De las montañas situadas entre las comarcas del Baix Ebre, convergiendo al este con el Monstià, al noroeste con Terra Alta y el Matarranya y al sur con el Baix Maestrat, se encuentra el Parc Natural de Els Ports. La formación geológica de este parque dibuja un paisaje único e emblemático de las Terres de l’Ebre, y también de Catalunya.
El clima está sujeto a los cambios constantes y por lo tanto imprevisibles, en los que el viento es el principal protagonista. A este se le conoce popularmente como el vent de dalt y procede del noroeste. Debido al efecto Foehn, la masa de aire sube hacia la cima de la sierra y genera por encima del macizo una enorme nube, que quienes la han visto apodan ‘la ceja’.
Montes con leyendas e historia que se remonta a la prehistoriaMont Caro con sus 1447 metres de latitud es el punto más elevado de Els Ports, aunque no se queda atrás el Tossal del Tres Reis que alcanza los 1350 metros. Claramente no supera al anterior monte, aun así hablamos de él por la trascendencia que tuvo en otra época. Cuenta la historia que se estableció como zona asamblearia de las eminencias de la era, los reyes católicos. Los monarcas de Catalunya, Aragón y Teruel, se reunían en lo alto de este pico, cada uno sin salir del propio país , para charlar.
Els Ports presentan orígenes mucho más remotos, así lo constatan las estampas de pinturas rupestres ubicadas en la Cueva Pintada, en el municipio de Alfara de Carles. También, en las excavaciones de la Cueva de Vidrio y la Cueva del Hospital, en Roquetes, los restos hallados dejan al descubierto unos asientos, que debieron de ser temporales dispuestos para antiguos grupos de cazadores que se organizaban para la captura de grandes ciervos. Sin embargo, los primeros pobladores permanentes del macizo fueron los íberos ya que, según apuntan algunos estudiosos, la existencia del poblado de la Peña del Gallo, en Horta, estaba dedicado al control de la ruta comercial que conectaba las tierras altas y la llanura litoral. El interior, por otro lado, estuvo en manos de los árabes, concretamente del poblado de las Rocas de Benet.
Cuando realmente tomó forma la ocupación fue tras la conquista cristiana del territorio. Las cartas de población fueron clave para crear asentamientos en el interior de las sierras y sacar partida de sus recursos. Entre los siglos XI y XII se entregaron esas cartas en los lugares situados en el interior del macizo. Algunos consiguieron consolidar la población, mientras que otros se despoblaron o quedaron reducidos a agrupaciones de caseríos.
A partir del siglo XVIII, de la administración de los bosques de Els Ports se encargó la Marina Real hasta el XIX. A partir de entonces se estableció la estructura actual de la propiedad de los terrenos forestales de esta zona.
En el año 1966 se construyó la Reserva Nacional de Caça dels Ports, como fuente de ingresos para las poblaciones que formasen parte de la cinegética. Posteriormente, en 1992 la Generalitat aprobaba la incorporación de la zona catalana de este territorio en el Pla d’Espais d’Interès Natural, y ya el 12 de junio del 2001 lograba la asignación de Parc Natural dels Ports y las Fagedes dels Ports conseguían la designación de reserva natural parcial.
En el interior del Parque Natural dels Ports se puede visitar, entre otros muchos destinos, Els Estrets d’Arnes, donde un arroyo se abre camino entre las abruptas paredes de las montañas. Allí se observan paisajes de pinares, matorrales y prados asombrosos que forman el macizo. Otro emblema del Parque, y que sin duda se ha de ver es el haya o Faig Pare, declarado en 1992 árbol monumental por el Departament d’ agricultura, ramaderia i pesca(DARP).Actualmente, como espacio natural protegido, Els Ports constituyen el refugio de muchas especies amenazadas tanto de flora como de fauna. En la flora, preocupa, sobre todo la supervivencia de las poblaciones de haya, cuyo enclave más meridional se encuentra en las Terres de l’Ebre .
La fauna del Parc Natural de Els Ports se caracteriza por la gran variedad y cantidad de ejemplares que alberga, hay desde especies animales autóctonas de Cataluña hasta las más estrafalarias que puedan imaginarse. El animal más representativo es la cabra salvaje, y los más buscados son águilas y aves rapaces, aunque también destacan las nutrias, murciélagos o las culebras lisas septentrionales.