Naturaleza poética y efímera

Sergi Quiñonero, de la Pobla de Massaluca, desarrolla creaciones artísticas dentro del medio natural

10 febrero 2018 16:34 | Actualizado a 10 febrero 2018 18:09
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Sergi Quiñonero dejó su Barcelona natal en 2007 y empezó un peregrinaje por la provincia de Tarragona hasta establecerse en La Pobla de Massaluca, adonde llegó por azar, movido por su necesidad de encontrar una casa a un precio económico. En este pueblo de la Terra Alta vive en armonía con su musa: la naturaleza. El entorno le inspira y le sosiega para crear su land art, disciplina contemporánea en la que el paisaje y el arte están estrechamente enlazados. 

«No tomo el medio natural como una materia física, sino como una metáfora o un significante. Lo concibo como un concepto, una construcción óptica o una elaboración lingüística», asegura.
Arte altamente efímero, concebido con materiales sencillos recolectados de la propia naturaleza «con mucho cuidado para no dañar el entorno del que los tomo». También reciclados o encontrados «para no generar otros nuevos». «Mi arte es sensible, concreto en su manifestación y en su forma, pero conceptual en sus contenidos», explica.

Su obra Del Natural es una de las seis propuestas seleccionadas  en la primera edición de OliverArt, una iniciativa del Centre de la Cultura de l’Oli de Catalunya, ubicado en La Granadella (Lleida), para incentivar la creación artística rural alrededor de la cultura del aceite. Estará expuesta allí. Con ella, Quiñonero revela cómo «el divorcio entre el ser humano y la naturaleza lleva a la pérdida de contacto de la persona con su propia naturaleza».

El medio natural está presente en sus trabajos desde que inició su carrera a mediados de los años noventa. Refleja, dice, una naturaleza idealizada, no presente en el entorno urbano, añorada, y por la que siente una profunda admiración y respeto. «En mis obras intento expresar mi amor por ella». 

Y al mismo tiempo reivindica que vivimos unos momentos críticos a nivel medioambiental: «Creo que un discurso de salvaguarda y protección de nuestro entorno natural es muy necesario».

Quiñonero lamenta que muchas personas que habitan en ciudades han perdido el contacto directo con el medio rural. «Esta situación comporta muchas cosas, entre ellas, problemas de salud. Quizá el caso más grave sea el de los niños, que tocan poca tierra, no se manchan con ella o no construyen cabañas en el campo. Nos vamos alejando de la naturaleza, que está quedado relegada a espacios aislados separados por vías de comunicación, construcciones o servicios», comenta.

En ese divorcio, el arte puede jugar un papel cohesionador. «Es una herramienta para aprehender el mundo, reflexionar sobre él y tomar conciencia de sus problemas. El arte puede ser denuncia, pero también disfrute y celebración, de esta temática o de cualquier otra», señala.

Las creaciones de este vecino de La Pobla de Massaluca van más allá del land art. Entre sus especialidades hay instalación, perfomance, escultura o poesía discursiva y visual. Emplea recursos formales y tecnológicos sencillos y económicos para alcanzar una estética emotiva y humana. Se mueve entre la plástica y la poesía, la obra gráfica y la letra, la escultura y la palabra y el gesto y el signo. 
«Utilizo la metáfora como instrumento para ayudarnos a descubrir lo mágico y lo intangible que se oculta tras la rutina cotidiana. Busco resolver mis dudas ante una naturaleza cada vez más deteriorada, un mundo cambiante de desarrollo hacia la nada y una especie humana que cada vez lo es menos», cuenta.

En 2017 realizó trabajos destacados. En Hoyocasero (Ávila) elaboró dos obras efímeras y otra que ha quedado de forma permanente: tres cubos de un metro de ancho construidos con lajas de granito. En Andorra, otra propuesta suya fue seleccionada para la segunda Biennal Internacional Andorra Land Art-Ala. Y, sobre todo, en junio participó en El Ports. Natura i Art, un paseo en la naturaleza -comenta- «en el que el público y los artistas se van encontrando con intervenciones artísticas efímeras y respetuosas con el medio ambiente». Este verano se celebrará la tercera edición de este certamen.

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