Natza Farré: 'Si eres defensor de los derechos humanos tienes que ser feminista'

La periodista aclara conceptos y da un cursillo acelerado de feminismo lleno de humor e ironía

19 mayo 2017 16:29 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:35
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«Nacemos hombres y mujeres porque así se organizan los cajones del mundo. El sexo nos lo otorga el aparato reproductor. Si eres mujer, eres un coñazo. Si eres hombre, eres la polla. Y más o menos por aquí ha ido la cosa desde que empieza todo». Así arranca ‘Curs de Feminisme per microones’ (Ara llibres), un cursillo de feminismo acelerado que ya va por su cuarta edición.

Su autora, la periodista Natza Farré (Barcelona 1972), estuvo recientemente en Tarragona y cuenta que sí, que la idea era hacer un manual muy didáctico; de hecho va por niveles: básico, elemental, mediano y alto. Como en cualquier libro de texto también hay resúmenes, frases para recordar y exámenes... de conciencia.

Cuenta Farré que la idea surgió en una tertulia en la que se hablaba sobre violencia de género. Al primer tertuliano no se le ocurrió otra forma de comenzar que comentando que a los hombres también los maltratan «con la cantidad de asesinatos que estamos contando», recuerda Farré.

A partir de entonces arrancó a trabajar en un texto en el que no rehuyó de la palabra feminismo a pesar de que reconoce que muchas personas , incluidas mujeres, sienten cierto pudor en usarla. El término «se asocia a un tipo de mujer muy concreta en el que muchas no se ven reflejadas», explica. Cuenta que «el objetivo era que partiéramos de cero. Muchas personas no reflexionan sobre el machismo que les toca de forma cercana».

En el relato no faltan la ironía ni el humor. «Sentía necesidad de hacer un contrapunto porque todo es muy trágico».

De las madres a la ecología

La variedad de temas es amplísima, comenzando por algunos más evidentes, como la maternidad. Preguntada sobre las nuevas tendencias que exigen madres cada vez más dedicadas a la crianza, considera que «es una trampa. Nos vuelven a colocar en el espacio privado y el público sólo vuelve a ser de los hombres. Tenemos que reivindicar nuestro lugar en el espacio público no sólo como madres».

Tampoco se calla en aspectos menos evidentes. Sobre la propuesta de impulsar las compresas de tela, comenta en el libro: «Quien quiera estar limpiando la sangre de una tela a la orilla del río con agua helada, que lo haga. Yo ni de coña»... Y en la entrevista aclara que «es evidente que estoy a favor del ecologismo y respeto a la naturaleza, per no volvería a hacer según qué cosas».

Pero tal vez una de sus críticas más agrias sea contra los propios medios de comunicación. «El otro día leía un titular que decía ‘Kuwait ahorca a siete personas, incluidos un príncipe y tres mujeres’, y ¿qué pasa?, ¿que las mujeres no somos personas?». Lo recuerda a la par que cuenta que no cree en el término ‘micromachismos’; para ella esto es machismo con todas sus letras. «A que tú no hablarías de microhomofobia o microxenofobia», interpela.

Sobre si hay hombres que han leído el libro, advierte que el manual no está escrito para un sexo en particular. «Si eres defensor o defensora de los derechos humanos, eres feminista». Y apunta que los hombres que lo han leído le confiesan que hay cosas en las que nunca habían pensado.

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