'Necesitamos algo más que el amor para sobrevivir'

Entrevista. Raquel Córcoles (ilustradora y periodista). ‘Idiotizadas, un cuento de empoderhada’ es un cómic para desaprender los hechizos que han ‘idiotizado’ a las mujeres durante años

26 diciembre 2017 09:07 | Actualizado a 26 diciembre 2017 09:11
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La ilustradora y periodista Raquel Córcoles (Reus, 1986), más conocida como Moderna de Pueblo, ha publicado el cómic feminista Idiotizadas, un cuento de empoderhadas (Zenith). A través de diferentes ‘hechizos’ relata la desigualdad y el machismo de los cuentos de princesas, con los que todavía convivimos. 

¿A qué edad o en qué momento dejó de creer en los cuentos de princesas?

Los cuentos de princesas tienen muchas ‘idiotizaciones’ incluidas. Nunca me he creído los finales felices y las bodas de muchos cuentos, porque nunca me ha convencido la idea del matrimonio convencional. Casarte, tener hijos, quedarte en casa… me parece lo menos idílico, aunque muchos cuentos acaben así. 

‘Idiotizadas, un cuento de empoderhadas’ refleja que dejarlo todo por amor, en ocasiones, no compensa tanto como nos quieren hacer creer los cuentos.

Sí, exacto. Nos han vendido el amor de manera tan idealizada que creemos que cuando lo encontramos todo se resolverá, y seremos infinitamente felices. Lo que da la felicidad es saber combinar todos los elementos, que son indispensables para una persona, no solo el amor. Si el amor no encaja en el resto de cosas que te importan tienes que desecharlo. Necesitamos algo más que una historia de amor para sobrevivir. 

¿A hombres y mujeres nos han vendido historias con finales distintos?

Sí. Los hombres tienen otro cometido en las historias, mientras que el de las mujeres es encontrar, casi siempre, a alguien que nos quiera. Muchas veces, en las películas ni siquiera te dan la razón por la que a una chica le gusta un tío. Por suerte, han empezado a surgir pelis más interesantes. Pero a las chicas de mi generación todavía nos sorprende ver otro tipo de personajes femeninos, lejos de papeles secundarios o de protagonistas que quieren encontrar a su príncipe.

¿Qué dificultades tenemos las mujeres todavía para ser tan, o más, líderes que los hombres?

Muchísimas. Nos han educado para que cumplamos con una imagen ideal, desde tener que estar arregladas hasta ser más agradables y estar siempre sonrientes, para que no crean que tenemos mal carácter o que somos unas amargadas. Además, todavía no tenemos referentes en todos los campos, lo que nos hace pensar que todavía no somos buenas en estos ámbitos. Llevamos años de desventaja y se nos castiga mucho más a nosotras que a ellos. El ejemplo son las mujeres políticas, siempre surge algún comentario sobre su ropa o su físico. 

La ‘Sirenita pescada’, la terrible historia de una chica que renuncia a su voz a cambio del amor, o la ‘Gordinieves’, una chica harta de tener que tragarse manzanas envenenadas, son algunas de las protagonistas.

He utilizado ‘hechizos’ como hilo conductor para explicar en qué estaban ‘idiotizadas’ cada una de las protagonistas. Son historias de superación con las que me he inspirado para emprender un largo camino para desaprender lo que nunca deberían haberles enseñado.

¿Tiene la esperanza de que la generación de los cuentos de Disney se ‘extinga’?

Utilizo los cuentos de Disney como metáfora. En esa época no estaba mal visto pensar así o dar determinados mensajes a los niños y niñas, porque la sociedad era así en ese momento. Lo que espero es que cambiemos. Entre los jóvenes de hoy en día existe mucha desigualdad. En el tema de la liberación sexual, las mujeres todavía seguimos condenadas y aún se nos señala. El cambio dependerá de la sociedad y de lo que queramos avanzar. 

La educación es importante.

Yo si tengo una hija no le voy a decir que se tape o que no salga porque la podrían violar; en todo caso le diré a mi hijo, si lo tengo, que sin consentimiento no puede aprovecharse de una chica que haya bebido, porque estaría cometiendo una violación. 
Hoy en día incluso hay campañas del Ministerio de Sanidad que mandan el mensaje de que es culpa de las mujeres. Imagínate lo atrasados que todavía estamos y lo que tienen que cambiar las cosas. 

¿El sentido del humor le ayuda a hablar de estos temas?

Sí. Lo difícil para mí es que cuando has oído tantos chistes machistas sin quererlo los reproduces, como que cuando vemos unos zapatos nos volemos locas. Me ha costado deshacerme de estos estereotipos, porque la gente está entrenada para reírse muy rápido. También me ha costado plantearme un tema tan serio como el feminismo y plantearlo de tal manera que no aburra.

¿A través del humor puede decirle cosas a sus amigas y pareja que de otra manera sería más difícil? 

Me pasa más con mi pareja. El hecho de tener que hacer un libro y guionizarlo juntos nos obliga a hablar de todo. Si estoy desmontando los cuentos de princesas, y diciendo que no creo en el amor para toda la vida y que tener pareja no es lo más importante, nos obliga a tener conversaciones muy sinceras que nos ayudan a avanzar y a entender nuestra relación de una manera más sana, sin falsedades y sin mentiras.

¿Se inspira en hechos reales?

Siempre me gusta partir de una historia de verdad, para saber de dónde viene y estar convencida de que es un problema que existe, que no me lo estoy inventando.
¿Hay personas que todavía creen que la vida real no es como la presenta en el cómic?
Cada uno puede tener sus sueños. Algunas mujeres creen, sin planteárselo, que casarse o tener hijos es la felicidad, y hacen las cosas porque toca y esperan que sus momentos de éxito sean esos. Y a veces, cuando lo consiguen, pueden sentirse estafadas, ya que se dan cuenta de que se han olvidado de muchas otras cosas. 

¿Qué moraleja se desprende del cómic?

Uno de los mensajes que quería dar a través de Idiotizadas, un cuento de empoderhadas es que a las mujeres nos han hecho creer que entre nosotros existen envidias, competencia, nos odiamos, etc. Es algo que mirando a mí alrededor no he visto. 

También quiero romper ese prejuicio y dar a entender que el feminismo es la intención de darse cuenta de qué hace una mujer por presión y qué hace porque quiere.

¿Qué deseos tiene para el 2018?

Estoy muy contenta de como me van las cosas y lo que me apetece es seguir trabajando. Ahora siento muchísima conexión con la gente que me lee porque noto que, además de ser algo divertido, estamos evolucionando todas las mujeres juntas. 
También espero que en el próximo año las cosas mejoren a nivel de igualdad, porque parece que el feminismo tiene que ser siempre algo secundario, y que depende de cuando se arreglen los demás problemas. Lo que quiero es que se considere seriamente, porque las mujeres somos la mitad de la población.

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