Niños y adolescentes: ¿Cuándo pedir ayuda a un psicólogo?

Dificultades de aprendizaje, comunicación o problemas de conducta son las principales consultas

18 septiembre 2017 17:05 | Actualizado a 10 octubre 2017 20:05
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A ser padres se aprende día a día y en muchas ocasiones a base de equivocarse y rectificar a tiempo. La niñez primero y la adolescencia después son dos etapas en la que es importante estar atentos a cualquier aspecto que pueda afectar el bienestar emocional de los niños y/o la familia. ¿Cuándo pedir ayuda profesional y recurrir a la psicología infanto-juvenil? En primer lugar a los padres no debería asustarles solicitar apoyo profesional. Desde SN Psicologia en Tarragona atienden a niños y adolescentes con problemas relacionados con el desarrollo y el aprendizaje, como problemas de concentración o de disminución del rendimiento escolar, además de TDAH, depresión o bullying. La psicóloga sanitaria y psicoterapeuta Sònia Navarro está al frente del servicio y para ello cuenta con la colaboración de Rosa Morón, pedagoga especializada en el área de reeducación pedagógica.

La terapia

La base es muy similar a la terapia en adultos, pero la labor del psicólogo infantil se sustenta en dos pilares básicos. Por un lado, como destaca la psicóloga Sònia Navarro (sonia@snpsicologia.com), «la comunicación con los padres es de gran importancia, por lo que se pueden proponer sesiones familiares». Encuentros en los que deberán estar de acuerdo los padres  y los hijos, especialmente cuando los hijos son adolescentes.
Otra de las diferencias, y que además supone una gran ventaja, es que los niños y adolescentes que empiezan un proceso terapéutico consiguen cambios mucho más rápido que los adultos. Esto se debe, en palabras de la psicóloga, «a que no llevan tanto tiempo afectados y por lo tanto atajando el problema de raíz, la solución es mucho más fácil». Además los jóvenes también cuentan con la ventaja de ser más flexibles a los cambios que los adultos.

Apoyo pedagógico 

En dificultades concretas del aprendizaje, de relaciones personales y adaptación social, los padres también pueden buscar el apoyo de un servicio de pedagogía. «En estos casos la intervención está centrada en el desarrollo académico, emocional y conductual de los niños/as y jóvenes y que pueden estar vinculados a trastornos específicos como la dislexia, disgrafía, disortografía, trastorno del aprendizaje no verbal, etc.», detalla la psicóloga de SN Psicologia de Tarragona (www.snpsicologia.com).

En estos casos, el tratamiento a seguir estará determinado en primer lugar por la información que aporten los padres sobre el niño, en segundo lugar por la observación del menor y la realización de pruebas específicas y por último por el establecimiento de la intervención específica a desarrollar para alcanzar los objetivos establecidos. El objetivo, tal y como recuerda Sònia Navarro, es lograr el bienestar emocional de toda la familia. 

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