Oliver Stone agita el mundo de la política y el espionaje en el thriller 'Snowden'

El polémico director nos sumerge ahora en este biopic sobre la vida del exagente que filtró documentos de la NSA que revelaron el espionaje masivo de su Gobierno

19 mayo 2017 17:48 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:27
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Snowden es la última entrega de una filmografía, la de Oliver Stone, que ha ido perdiendo el favor de la crítica y que se ha ido decantando por el efectismo y la demagogia. Es el dibujo de un héroe sin fisuras rodada con el brío habitual del director, al que nadie puede negar que sabe entretener y contar bien una historia.

Que Stone tiene capacidad para narrar, nadie lo duda. Es un profundo conocedor de la historia reciente de su país. Por eso, ahora apuesta por relatar el proceso de desengaño y toma de conciencia de un patriota que cree en el sistema, tal como les sucedía a los personajes de Tom Cruise en Nacido en el 4 de julio y Charlie Sheen en Wall Street. Los personajes de Stone no suelen dejar indiferente a nadie.

¿Qué llevó al exespía Snowden a cometer lo que ha sido calificado como el mayor atentando contra la seguridad en la historia de Estados Unidos? El filme arranca en la habitación de un hotel en Hong Kong, donde Snowden (Joseph Gordon-Levitt) entrega información confidencial a dos periodistas de The Guardian y el Washington Post y a una realizadora de documentales. Son miles de documentos que demuestran el sistema de vigilancia mundial de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, sus siglas en inglés), que no entiende de leyes ni de privacidad.

La información es poder

El Snowden de Stone es un cerebrín hijo de una familia vinculada a la Administración pública, que trata de servir a su país con las armas, pero se rompe las piernas en el entrenamiento y tiene que abandonar el Ejército. Pasa a ser asesor de la CIA y la NSA, un contratista que diseña complejos programas de espionaje que no siempre tienen que ver con objetivos militares. La guerra moderna, explica maravillosamente el filme, se libra desde las pantallas de ordenadores en bases secretas, ya sea ‘hackeando’ servidores en Japón para sembrar el caos en el país o a través de un dron que deja caer su letal carga a miles de kilómetros de distancia. Un combate ‘limpio’ y sin daños colaterales. La munición más preciada en nuestros días, concluye Stone, es la información.

El director de Asesinos natos no quiere convertir en héroe al exagente de la CIA. Es el espectador tiene que decidir si Snowden es un héroe o no.

Comentarios
Multimedia Diari