Prades potenciará la astronomía con un observatorio educativo y turístico

Aleix Roig, maestro y astrónomo aficionado, es el principal impulsor del proyecto. Su idea es poner en valor el cielo privilegiado de la Vila Vermella y abrirlo a colegios, visitantes y profesionales

19 mayo 2017 15:23 | Actualizado a 23 mayo 2017 10:12
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Aleix Roig es un apasionado de la astronomía. Un aficionado que lleva tantos años observando el cielo que prácticamente se ha convertido en un experto. De profesión es maestro. Trabaja en una escuela de Mataró, donde es jefe de estudios y entre sus numerosas labores trata de potenciar la ciencia y la astronomía, para muchos todavía la gran desconocida. Aleix, de 38 años, lleva dos décadas yendo a menudo a Prades, encandilado por la calidad de su cielo. Y hace tres años que vive allí la mitad de la semana, donde ha creado su propio observatorio. Ahora es uno de los principales impulsores de un centro astromómico que busca fusionar la educación en este campo con el astroturismo y la cultura.

«La idea es que no solo haya telescopios. Será más que un observatorio. La intención es que sea también museo interactivo, que cuente con aulas para talleres o un espacio dedicado a los amateurs para que puedan llevar sus propios equipos», explica. También apuestan por un rincón gastronómico, donde puedan hacerse, por ejemplo, catas a la carta y desarrollarse otras propuestas culinarias, con la implicación del sector de la zona. Además, harán actividades educativas, gastronómicas, enológicas o culturales. A todo ello, explica, añadiría una sala polivalente de unas 120 plazas que permitiría acoger eventos culturales, congresos o conciertos.

En el ámbito turístico, el futuro centro astronómico prevé diversificar la oferta ya existente en la zona y potenciar Prades como destino turístico nacional e internacional. Y a nivel educativo y divulgativo, sellar acuerdos con escuelas e institutos, además de abrirse a aquellas personas que sientan interés en adentrarse en esta disciplina.

Es pronto para un calendario

«Todo giraría alrededor de la calidad del cielo de Prades», afirma Aleix, optimista ante un proyecto que poco a poco va tomando forma. Todavía es pronto para establecer un calendario para el arranque del observatorio, que se halla en fase inicial. Pero ya tiene nombre: Centre Astronòmic Muntanyes de Prades (CAMP).

De momento están valorando ubicaciones en las afueras del municipio para que pueda instalarse allí el centro astronómico. Un hecho que esperan tener cerrado antes de que acabe el año.

Es un proyecto con varios agentes implicados. Apuestan por una fórmula mixta, pública y privada. El Ayuntamiento se ha sumado al carro, «sin ellos no podríamos llegar a ningún sitio. Pero tenemos suerte porque el equipo que está al frente del consistorio ha creído en ello», insiste el impulsor del CAMP. Y también subraya el peso de las empresas del sector para que la inversión se materialice. A día de hoy ya han superado varias fases de validación desde distintos ámbitos: la viabilidad económica a corto, medio y largo plazo, la propuesta arquitectónica integrada en el entorno y el proyecto de actividades y usos del equipamiento.

Los contactos con el Ayuntamiento para arrancar el proyecto se iniciaron hace un par de años. Y empezaron a organizar actividades que ayudan a poner los fundamentos del futuro centro astronómico. «Todo para sensibilizar a la población del valor añadido que tiene Prades en el ámbito de la astronomía», apunta Aleix Roig.

Una oportunidad

«Esto supone una nueva oportunidad para Prades. No nos habíamos dado cuenta de que tenía esta cualidad hasta que Aleix nos alertó. La relación empezó con una queja que hizo al Ayuntamiento porque teníamos una luz que generaba contaminación lumínica. Y en seguida nos entendimos», explica la alcaldesa de Prades, Lídia Bargas. «Estamos en fase muy inicial pero ya vamos haciendo actividades alrededor de la astronomía, y tienen mucho éxito», añade Bargas, señalando la fuerza de la colaboración público- privada para que el centro se haga realidad. «La parte turística es muy importante. Y la educativa también. Hay escuelas que tienen que hacer unos cuantos kilómetros hasta Àger, cuando aquí tenemos un enclave ideal», dice.

Aprendizaje experimental

Aleix Roig insiste en que una de las partes más potentes del proyecto sería la educativa, el campo de la divulgación. «Yo soy maestro. Y en clase llevamos a cabo proyectos en el ámbito de la ciencia», explica. Insiste en que hoy en día, con los telescopios y la tecnología existente, se podrían hacer actividades que no se hacen y que irían mucho más allá de lo que explica un libro de texto. «Por ejemplo, los satélites de Júpiter. Hay cuatro satélites principales y son visibles con los prismáticos. Y, por supuesto, con el telescopio. Desde las aulas se podría hacer un seguimiento del movimiento de las órbitas que descubrió Galileo Galilei», explica. U observar cometas. Es consciente de que muchos centros avanzan hacia un aprendizaje experimental, trabajo por proyecto y vivencias, poniendo al alumno en el centro. Y, desde su visión como docente, cree en la astronomía como una herramienta que ayudaría a avanzar hacia esta dirección. «Es importante tener claro cómo hacemos ciencia y cómo la fomentamos entre los más pequeños», dice.

Él empezó a interesarse en este campo a los 15 años. Y en Prades buscó una casa que permitiera instalar el observatorio. Ahora trata de disfrutar del mayor número de noches posible para contemplar el cielo.

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