Propiedades del aceite de oliva, mucho más que un alimento

El aceite ha dado un salto de calidad para salir de la cocina. Si tradicionalmente su uso se centraba en freír, cocinar en sartén, aliñar ensaladas o darle vida a un trocito de pan, ahora existe una cultura entorno a este fruto y alimento que permite descubrir nuevos conceptos como catas, experiencias gastronómica o tratamientos de belleza. 

Siguiendo las tendencias del enoturismo visitar el paisaje agrario es una de las demandas más solicitadas. Desde hace años, el mundo de la vino lleva mostrando sus viñas a través de paseos y catas a pie de campo. La estrecha relación entre productos, vino y aceite, ha tenido mucha influencia y ahora también se pueden visitar olivos en su entorno natural. 

Los olivos forman parte desde hace miles de años de nuestro paisaje mediterráneo. Conocer esta tierra, entender su carácter y cómo se trabaja en ella, aprender su historia y finalmente probar el tesoro que nos ofrece, se convierte en una de las experiencias más gratificantes. 

Un paseo para aprender en primera persona sobre el cultivo y la producción de aceite en fincas de agricultores especializados en la producción de un aceite de oliva. Estas visitas suelen acabar con catas de aceite que permiten apreciar matices y valorar la calidad de los productos de nuestras comarcas. 

Revolución gastronómica

Pese a que ha salido de la cocina, el aceite continúa siendo uno de sus protagonistas entre los fogones. Vivimos en una vanguardia gastronómica interminable en la que desde hace años han surgido técnicas novedosas que permiten releer los alimentos. Una revolución para desafiar su idiosincrasia y darles un nuevo formato sin perder el alma. 

En el Baix Penedès existe la asociación Terra i Taula que conecta productores, bodegas, restaurantes, enólogos, cocineros y el ámbito gastronómico de la comarca para promocionar y sacar más provecho de los bienes de la tierra.

De esta manera los miembros de esta asociación ponen en común sus conocimientos para crear nuevas experiencias gastronómicas. Desde entonces han conseguido innovaciones deliciosas. Algunos restaurantes cuentan en su carta con una crema catalana de aceite. Los productores de aceite ofrecen gominolas, caramelos, texturas y crujientes hechos de aceite. Sin duda es un diferenciador especial de cara a una feria gastronómica, en las que el trozo de pan con aceite, pese a seguir siendo un placer, ya ha quedado atrás. 

En este debate por encontrar nuevos desafíos culinarios, la cultura del aceite ha trascendido a la oliva y sus variedades. La empresa Afruse de Reus se propuesto el reto de ofrecer aceites de otro frutos de la zona. Así, encontramos aceite de almendras, avellana, sésamo, cachuete, nuez, macadamia, argán, pepita de albaricoque, entre muchos más.

Otro de los usos que encontramos del aceite de oliva y su fruto es la fabricación de cosméticos. La cosmética natural libre de productos tóxicos se ha extendido mucho los últimos años. Las propiedades naturales de los productos de la tierra han pasado a ser protagonistas de un mercado que siempre se ha gestado desde el laboratorio. 

Desde 2008, Nina Priorat apuesta por la cosmética de kilómetro cero. Se trata de uno de los mejores ejemplos de cosmética natural a partir de los productos de la zona. Fabrican productos de belleza a partir de frutos como la uva, las avellanas y, como no, el aceite de oliva.
Precisamente este año se ha ampliado la gamma de cosmético de aceite de oliva para regenerar y tonificar la piel con nuevas cremas hidratantes para el cuerpo, pies, manos y champús, además de los jabones. 

El mundo de la cosmética natural y ecológica sigue avanzando. La elevada concentración de ingredientes activos naturales permite tener unas excelentes propiedades. El cuidado de la piel si no se hace de manera responsable puede ser contraproducente. En este sentido, la calidad de los productos de proximidad, ajenos a derivados tóxicos, está asegurada.