¿Qué tipo de padres somos?

19 mayo 2017 16:24 | Actualizado a 24 diciembre 2019 23:00
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¿Estamos educando bien a nuestros hijos?, ¿Somos buenos o malos padres?, ¿Somos permisivos o autoritarios? Nuestra actitud ante determinadas situaciones y la relación que tengamos con ellos nos ‘encasillará’ en una etiqueta u otra, y marcará el desarrollo emocional de los niños y niñas. Sobreprotectores, perfeccionistas, helicóptero, permisivos, hostiles, etc. Son algunas de las tipologías que ‘circulan’ en miles de páginas sobre familia. «Siempre han existido diferentes tipologías de padres, etiquetados con un nombre determinado según como se relacionan con sus hijos», afirma Conxa Torres, doctora en Pedagogía, profesora de la Facultat de Ciències de l’Educació i Psicología de la URV y secretaria del Col·legi de Pedagogs de Catalunya. También es responsable de l’Ensenyament de Pedagogia i Psicopedagogia.

«Los padres, en general, deben aprender a educar a medida que experimentan, a veces se equivocan y a veces aciertan, no hay nadie que sepa educar a sus hijos antes de hacerlo. Es más fácil educar a los hijos de los demás que a los tuyos», nos recuerda Josep Maria Cornadó, doctor en Ciencias de la Educación y responsable académico de Educación de Maestros de los Graus de Mestre de la Facultat d’Educació y Psicologia de la URV.

Partiendo de esta base, ¿Qué tipo de padres sois vosotros?

 

Autoritarios: ‘Hijos bajo control’

Autoritarios: 
‘Hijos bajo control’

Descripción: La comunicación es pobre y existe una escasa relación con los hijos a nivel emocional. «Se relacionan a través de la norma. Son padres poco afectuosos y cuyos hijos obedecen muy rápidamente», detalla la psicóloga sanitaria Sònia Navarro. Esto no significa que estén chillando a todas horas, sino que, según la psicoterapeuta, «en casa mandan los padres y punto». «La comunicación es unidireccional, de padres a hijos», afirma.

Desarrollo emocional de los niños: Este tipo de padres, según la psicóloga, «genera niños con baja autonomía y autoconfianza. «También son hijos que tienden a enfadarse y a estar irritables», añade. Obedecen para evitar el castigo, y desprenden poca alegría y espontaneidad. «Tienen escasa motivación para hacer cosas e incluso pueden llegar a ser inestables emocionalmente», añade. No tienen un criterio propio, asumen el de los padres.

 

 

Helicóptero: ‘Vuelan sobre los hijos’

Descripción: «Es un modelo de crianza que se está extendiendo y que se caracteriza por una atención excesiva de los hijos y una supervisión constante. Cuando un hijo tiene un problema bajan en picado y rápidamente lo atienden», destaca Josep Maria Cornadó. Su misión es arreglar los problemas de los hijos. «Son unos padres que, en lugar de preparar a los hijos para el camino, lo que hacen es preparar el camino para los hijos», añade. «Los progenitores tienen mucha tolerancia a las demandas de sus hijos y frecuentemente realizan tareas que les tocan hacer a los niños (incluso los deberes), e ignoran cuando los hijos se equivocan o cometen errores», afirma.Según el profesor la sobreprotección es «en el fondo comodidad de los padres. Frecuentemente dar libertad implica sufrimiento, y cuando controlamos todo sufrimos algo menos». 

Desarrollo emocional de los niños: «La sobreprotección conlleva a menudo, aunque no es siempre relación causa efecto, que los hijos tengan dificultades para resolver problemas, poca tolerancia a la frustración y mucha dependencia de los demás. Esto no significa que todos los padres sobreprotectores tengan hijos así, aunque las posibilidades aumentan, eso sí», destaca Josep Maria Cornadó. Conxa Torres nos recuerda que «los hijos tienen que ser autónomos. Aprender de las equivocaciones es un aprendizaje, que les ayuda a superar las frustraciones que se encontrarán lo largo de la vida». 

Permisivos: ‘Buena comunicación, pero sin control’

Descripción: Es el otro extremo. «La comunicación puede llegar a ser excesiva según la edad del niño. Dan demasiadas explicaciones a los hijos y hablan de todo con ellos», describe Sònia Navarro. De igual a igual. «Llegan en ocasiones a hacerles cómplices de confesiones o de preocupaciones de adultos», añade. Pese a esta ‘complicidad’ no son exigentes. «No exigen hacer la cama a un niño de 6 años o recoger el plato de la mesa», destaca la psicóloga.

Desarrollo emocional de los niños: Son hijos alegres, pero que denotan una falta de control que les generará también una baja autoestima. «Tienen dificultades para relacionarse socialmente porque tienen dificultades para asumir responsabilidades», afirma Sònia Navarro. Podrían terminar siendo adolescentes rebeldes. «Interpretan la ausencia de normas como un desinterés y una despreocupación por parte de los padres», añade la psicoterapeuta.

 

 

Democráticos/Asertivos:  ‘Escuchan y  son flexibles’

Descripción: Es el punto de equilibrio entre todas las tipologías de progenitores. «Son padres que ejercen un control y al mismo tiempo son flexibles. Dan explicaciones acordes a la edad de los hijos, pero sin dar mítines», describe la psicoterapeuta. Tienen en cuenta las necesidades o demandas de los niños. Son afectuosos en general pero, según Sònia Navarro, «piden a los hijos que asuman ciertas responsabilidades, acordes a la edad». La comunicación familiar es buena.

Desarrollo emocional de los niños: «Los niveles de autocontrol y de autoestima son más buenos y son hijos capaces de insistir en algunas tareas cuando no les salen bien», describe Sònia Navarro. También son más hábiles en las relaciones sociales y más independientes en general. «Tienen una moral, criterios y pensamientos propios», añade la psicóloga.

 

 

 

Colegas: ‘Padres en el papel  de adolescentes’

Descripción: Los padres tenemos que hacer de padres, no de colegas ni de amigos de nuestros hijos. «Los hijos mientras se están formando, aquello que ellos piensan que es lo mejor para ellos no es lo mismo que piensan los padres. Por ejemplo, no tiene mucho sentido que un niño de 15 años comente en casa la primera vez que tuvo determinadas experiencias, porque provoca sufrimiento en los padres. Tenemos que formar y educar, porque la educación y la formación van en otra línea», explica el doctor en Ciencias de la Educación, Josep Maria Cornadó.

Desarrollo emocional de los niños: Ante la falta de orientación de los padres, los niños o jóvenes de estas familias, suelen buscarla en personas externas: amigos, profesores, etc.

 

 

 

Negligentes/Indiferentes: ‘Abandonados emocionalmente’

Descripción: «Son familias desestructuradas en las que hay poco afecto y comunicación, y no se exige nada a los hijos», detalla Sònia Navarro, y añade que «los padres hacen lo que pueden». 

Desarrollo emocional de los niños: «Los hijos están abandonados emocionalmente y no tienen cubiertas sus necesidades básicas, ni psicológicas», explica la psicoterapeuta.

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