Rebecca Amsellem: 'Ser feminista es defender la igualdad, no queremos pasar por encima de nadie'

La francesa Rebecca Amsellem es una feminista convencida de que se pueden cambiar las cosas. Su última iniciativa ha sido una plataforma para fiscalizar lo que proponen los candidatos a la presidencia de su país en materia de derechos de las mujeres (la peor parada ha resultado, paradójicamente, Marine Le Pen, la única mujer candidata)... También ha participado en iniciativas para visibilizar la brecha salarial, «hay mujeres que me han dicho que se han atrevido a pedir un aumento de sueldo al ver lo que ganaban sus compañeros», apunta. Hablamos con ella en un congreso sobre el empoderamiento económico de las mujeres organizado por el Parlamento Europeo que se celebró en Bruselas y al cual acudió como ponente.

-Dice que todos deberíamos ser feministas. ¿Cómo se lo explicaría a los hombres?

- El feminismo es simplemente la igualdad entre los hombres y las mujeres y debemos explicarles a los hombres que no queremos pasar por encima de nadie, sólo queremos la igualdad.

-¿Por qué cree que tiene tan mala prensa ser feminista? Conozco mujeres políticas que acaban con la frase ‘pero yo no soy feminista’.

- Seguramente porque la gente ve solo lo que quiere ver y la verdad es más compleja que todo eso. Creo que no hay una única definición de feminismo, sino una definición general, que es igualdad entre mujer y hombre, pero a partir de allí hay muchos tipos de feminismos.

-Y, ¿por qué la mala imagen?

- Desde la sociedad patriarcal hay la necesidad de etiquetar al feminismo, de decir cosas como que todas la mujeres feministas son feas o tienen pelos en las axilas. Eso no tiene ningún sentido, pero es la construcción social que existe... Eso es lo que yo quiero hacer con mi organización, que la gente se sienta orgullosa de nuevo de ser feminista. Soy feminista porque creo en la igualdad, porque quiero que las chicas jóvenes también sean líderes comunales. Que haya una nueva generación de chicos que piense que está bien ser padres y quedarse en casa si hace falta.

 -En España se está discutiendo si implantar el currículm ciego, sin género. ¿Qué piensa? ¿Cree que puede ser útil?

- Pero si cuando vas a la entrevista se sabe si eres mujer u hombre y en ese momento surgen los estereotipos: si eres mujer, si estás en tus treinta, si tienes hijos... Creo que sería más útil que los gerentes entendieran que contratar a mujeres con niños pequeños es bueno para sus empresas porque son capaces de manejar con eficiencia varias cosas a la vez. Yo creo que eso es en lo que hay que trabajar, porque parece que la solución es siempre invisibilizar a las mujeres, que se sientan avergonzadas de ser mujeres. ¿No es muy loco cuando lo piensas?

 -Los estados y las empresas pueden tomar medidas para mejorar la igualdad. ¿Pero qué pueden hacer las familias para cambiar las cosas?

- Pienso que debería haber una especie de contrato entre la madre y el padre sobre las tareas que se hacen en casa. Los dos tienen que cambiar pañales para que cuando los niños vean esas cosas les parezca normal. Que no sólo a la niña le parezca normal limpiar porque sólo ve a su madre hacerlo. O que el niño piense que está bien que su padre esté viendo la televisión mientras su madre cocina.

 -Un estudio reciente dice que las niñas comienzan a dudar pronto de sus capacidades. ¿Qué se puede hacer? Tengo una hija de 11 años que ama la informática, pero el otro día salió mal por primera vez en un examen de matemáticas y ya ha comenzado a plantearse lo que hacer en el futuro...

- Yo no tengo hijos, pero si los tuviera les diría una cosa que mi madre me dijo una vez: un 1% de talento y 99% de trabajo. Se trata de dar lo mejor de ti. Dígale a su hija que es muy afortunada si encuentra algo que le guste porque luego se pasará muchas horas en el trabajo... Tenemos que enseñar especialmente a nuestras chicas a no ser perfectas, sino a ser valientes y seguir en el camino. No haces nada si pretendes ser perfecta.