Verano a la sombra

Muchos jóvenes pasan sus vacaciones trabajando o estudiando y disfrutan del sol, de la fiesta y de la playa de maneras diferentes

14 agosto 2017 09:37 | Actualizado a 14 agosto 2017 10:14
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Las empresas de trabajo temporal Randstad y Adecco han confirmado un verano de récord en contrataciones. El auge del turismo y una cierta mejora de la situación económica han impulsado la campaña de la temporada estival. Un 12% más de contratos que el año anterior con una presencia mayoritaria del sector juvenil. Son Andalucía, Catalunya y Madrid las comunidades que más empleo generan durante el verano.

Los sectores donde hay más demanda de empleo, según los informes de las empresas de contratación, son en turismo y hostelería, los dos clásicos de la cultura española. Las profesiones más demandadas son cocineros, ayudantes de cocina, camareros o monitores de tiempo libre. Por otro lado, en el sector comercial, hay un mayoritario reclamo de dependientes, promotores, comerciales, reponedores y cajeros.

Para muchos el verano no es sol, playa y fiesta. Más del 50% de los jóvenes del país buscan empleo para trabajar en verano y muchos de ellos lo consiguen aunque no siempre con las condiciones deseadas y con un contrato temporal que sitúa a la empresa como principal beneficiaria. Por otro lado, también los hay que no pueden conseguir un empleo ya que deben dedicar todo su tiempo a estudiar y cambian la playa y la fiesta por una biblioteca y muchos libros.

HÉCTOR LÓPEZ

La crema solar por maquillaje

Héctor tiene 22 años, es de Tarragona y este año ha terminado sus estudios de artes escénicas en una academia de Barcelona. A pesar de su juventud, tiene mucha experiencia en gran variedad de empleos de verano, ya sea como profesor, monitor o animador. Actualmente su verano está más lleno de baile que nunca.Junto a un pequeño grupo de la escuela de baile y compañía Sinhus Sport, recorre los hoteles y campings de todo el territorio con diferentes espectáculos.

‘Trabajar en aquello que quieres es un privilegio’

«Cada día a las ocho de la tarde empieza el mismo ritual. Me preparo una pequeña maleta con los diferentes cambios de vestuario para la actuación, me arreglo y quedo con el grupo de baile para ir juntos al destino», explica Héctor. El show es una hora entera de baile frente a un público que muchas veces no es muy agradecido. El verano de este bailarín cambia el paisaje típico playero por los escenarios y el bañador y la crema solar por capas de maquillaje y atuendos muy elaborados. A pesar de dedicar su verano a este trabajo, Héctor se siente muy agradecido:  «trabajar cada noche en aquello en lo que te quieres dedicar es un privilegio». Héctor representa la otra cara de la diversión del verano, la encargada de generarla.

JAVIER PALACIOS

Ir cada día a la discoteca

Javier es un chico de Tarragona recién licenciado en Bellas Artes en Barcelona. Con tan solo 22 años, presenta una gran experiencia en el sector laboral. Empezó compaginando sus estudios con un proyecto emprendedor donde pintaba y dibujaba cuadros por encargo. Una forma de rentabilizar un talento. Actualmente sigue creando arte, pero de una forma diferente. Durante este verano se encarga de la decoración de una de las discotecas más conocidas de Salou. El día a día de Javier repite escenario,  trabaja en el taller preparando y arreglando las decoraciones necesarias.

‘Estoy viviendo mi propio sueño de verano’

Aunque la mayoría de jóvenes que trabajan en verano tienen como motivación principal ganar dinero,  para Javier, su principal motivo es poder trabajar de algo que le apasiona, ganar experiencia y crear un buen currículum. «Estoy viviendo mi propio sueño de verano, disfruto mucho trabajando y tengo un horario muy flexible que me  permite disfrutar del verano incluso de una manera más intensa», afirma Javier, quien crea belleza inadvertida por miles de personas cada noche.

ESTEFANÍA RÍOS

La playa detrás del escaparate

Estefanía vive y trabaja en una de las zonas más turísticas de Salou. A pesar de su situación, el paisaje más habitual de su verano es disfrutar de la playa detrás de un escaparate. Trabaja en un pequeño comercio  como dependienta y éste es el segundo verano que repite este destino como sus vacaciones. Durante el curso estudia Educación Social en Tarragona y aprovecha la temporada estival para ahorrar todo el dinero que pueda para contribuir con el gasto de la matrícula y ganar una cierta independencia en el ámbito familiar. 

‘El verano lo vivo como puedo pero con una sonrisa’

Su trabajo consiste en atender a los clientes e intentar ayudarles en lo que pueda, reponer y organizar la ropa. «También es muy importante lidiar con los turistas y vigilar que no se produzcan robos», comenta Estefanía. Su verano se convierte en una rutina constante que solo cambia la monotonía dependiendo del turno. De 10 a 16.30 horas si tiene un horario de mañanas o bien hasta las 12 de la noche si tiene el turno de tardes. «Intento aprovechar las horas libres, pero muchas veces prefiero descansar porque acabo agotada», explica Estefanía , quien añade que al final de la jornada siempre repite: «Y mañana más de lo mismo». 
Ver como se disfruta el verano a la sombra a escasos metros del mar con la función de intentar generar un buen recuerdo en las vacaciones del resto. «El verano lo vivo como puedo, pero es importante mantener la sonrisa siempre», concluye Estefanía.

LAURA PLAZA

Sacrificar el verano por un futuro

Laura tiene 24 años y acaba de terminar la carrera de medicina. Después de 6 años y tras muchas horas de estudio, este verano el destino de sus vacaciones es la biblioteca y su pasatiempo obligado son decenas de libros ya que se está preparando el MIR.
«El examen es a finales de enero pero se empieza a preparar en julio y la mayoría de estudiantes nos apuntamos a una academia para una orientación y refuerzo», explica Laura.

Vacaciones con diez horas diarias de estudio

La planificación de diez horas diarias de estudio hace prácticamente imposible el disfrute de un verano bajo el sol. «De lunes a viernes, desde las ocho de la mañana, estoy en la biblioteca hasta el mediodía, ya que por la tarde no abre, una dificultad que los estudiantes nos hemos encontrado», cuenta Laura, quien dice estar sorprendida porla cantidad de gente que va a la biblioteca para estudiar. El sábado asiste a clases de repaso y no es hasta el domingo cuando puede descansar de tanto libro. Laura espera entrar en la especialidad de pediatría y un esfuerzo de seis meses y el sacrificio del verano es el precio a pagar por conseguir una nota muy valiosa que garantiza el cumplimiento de un deseado sueño.

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