Vinos que merecen un premio

La sumiller Anna Casabona desvela los ‘entresijos’ de certámenes como los Premis Vinari

09 septiembre 2017 09:47 | Actualizado a 15 febrero 2019 18:45
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En uno de los últimos artículos con la sumiller Anna Casabona, antes de las vacaciones de verano, descubrimos los entresijos del Concurs Millor Sommelier de Catalunya 2017, en el que sumilleres de toda Catalunya ‘competían’ para ser el mejor. Pero además de ellos, los vinos también se someten a examen en diferentes certámenes que se celebran durante todo el año y que ponen a prueba la calidad de la bebida ante el exigente paladar de expertos del mundo del vino. 

En el ámbito catalán destacan los Premis Vinari 2017, organizados por Vadevi.cat y que este lunes encararon la recta final con la celebración de la cata de vinos finalistas. Anna Casabona desvela los ‘secretos’ de los galardones, como jurado. «En los Premis Vinari pueden participar todas las bodegas de Catalunya que elaboran vinos y cavas», explica la sumiller. El certamen consta de 12 categorías: Blancos Jóvenes; Blancos con Crianza; Rosados; Tintos Jóvenes; Tintos de Crianza (con crianza hasta un máximo de 12 meses); Tintos de Guarda (con crianza de más de 12 meses); Vinos dulces, rancios y de postres; Espumosos Jóvenes (crianza en botella mínima en rima de 9 meses); Espumosos Reserva (crianza mínima de 15 meses); Espumosos Gran Reserva (crianza mínima de 30 meses); Espumosos Antiguas Reservas (crianza mínima de 50 meses); y Espumosos Rosados.

Además también se reconoce el mejor vino ecológico; la mejor etiqueta de vino (que elegirá un jurado especializado, fuera de las sesiones de cata a ciegas de los vinos); y el Gran Vinari d’Or, que recae en el mejor vino de Catalunya del año.

A ciegas

Expertos del mundo del vino como enólogos, sumilleres, prescriptores, periodistas,… son los encargados de examinar los vinos a través de las catas a ciegas. «Esto significa que lo único que podemos saber del vino es en qué categoría está concursando y la añada», asegura Anna Casabona. Cada miembro del jurado cata decenas de vinos. La cifra sorprende. «En una sesión se pueden llegar a catar unos 60 vinos, lo que supone analizarlos y puntuarlos», detalla la enóloga y recuerda que  «es una responsabilidad muy grande para los miembros del jurado, ya que nuestra valoración puede hacer que un vino entre en el podio o por lo contrario resulte descalificado». No hay que olvidar que detrás de cada botella hay mucho trabajo. «Puedo tener mis gustos personales y no por eso dejaré de puntuar mejor un vino porque no sea de mi estilo», asegura la sumiller.

Hay que entrenarse. Según la sumiller para ser miembro del jurado de un certamen de vinos «tienes que estar habituado a catar muchos vinos porque, no nos engañemos, cuesta. Aunque cuando valoras vinos vas más al grano y no te entretienes; y evidentemente todo se escupe».

Por dónde empezar

La valoración de cada vino empieza por identificar que no sobresalga ningún defecto. «Si existe alguno muy evidente (como puede ser oxidación, avinagrado…) evidentemente ya no se merece pasar a la segunda fase, y es descalificado», asegura la sumiller. 

El ‘problema’ está cuando compiten vinos muy buenos y los miembros del jurado deben discriminar cuáles son mejores que otros, y, según Anna Casabona, esto pasa cada vez más, porque la calidad de los vinos catalanes ha aumentado mucho y cuesta llegar a encontrar cuáles son realmente los mejores respecto a los demás.

Planteamos la pregunta a la inversa: razones para otorgar a un vino la máxima puntuación. «Lo más importante es que sea un vino equilibrado en todos sus aspectos, es decir, que tenga un buen aroma, que sea fresco, complejo, que sorprenda, que refleje su origen, hasta que sea original o diferente, son algunos de los aspectos que se aprecian», destaca la enóloga. 

En los Premis Vinari se realizan dos catas. «En la primera se catan todos los vinos y se clasifican por merecedores de medalla (los que se merecen estar en el podio); recomendables (vinos que no se merecen ganar una medalla pero que están bastante bien y que tranquilamente se pueden recomendar); y los defectuosos», detalla la enóloga, mientras que en la segunda ronda todos los vinos merecedores de una medalla se vuelven a catar esta vez para repartir el oro, la plata y el bronce en cada categoría y por cada Denominación de Origen. En la edición 2017 de los premios después de cuatro catas preliminares, celebradas entre junio y julio, y poner a prueba 870 vinos de bodegas catalanas, 196 vinos han llegado a la final que se celebró este lunes en el Celler de Rubí. Finalmente, los vinos que mejor puntuación hayan obtenido serán los galardonados en una gala especial que tendrá lugar el 6 de octubre en el Auditorio de Vilafranca del Penedès y que será televisada por TV3 por primera vez. Paciencia hasta entonces.

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