2020, un año crucial para combatir la crisis ambiental

Un 49,7% de los españoles reconoce la «emergencia climática» por «el peligro que supone», frente al 38,2% que cree que el mundo está ante una «situación grave» pero sin llegar a suponer una emergencia. Estas fueron algunas de las conclusiones del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas en el que se ofreció un sondeo específico sobre la valoración de los ciudadanos sobre el cambio climático, después de la Cumbre Mundial del Clima COP25 de diciembre.

Los expertos señalan que 2020 será crucial para actuar y combatir la crisis ambiental. «Vamos tarde y con poco margen de maniobra porque los efectos que se llevan anunciando desde hace tiempo ya están aquí, como el incremento de las temperaturas, precipitaciones más irregulares tanto por los períodos de sequía como por fenómenos más extremos y más intensos, la subida del nivel del mar asociada y el impacto en las infraestructuras», explica Enric Aguilar, investigador del Center for Climate Change.

En esta misma línea, Francesc Castells, catedrático emérito en Ingeniería Química e investigador en la Universitat Rovira i Virgili, asegura que «aunque regresásemos a los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero de hace cien años, las consecuencias del calentamiento global ya las tenemos aquí, sin embargo podemos evitar que empeoren».

Por su parte, el profesor e investigador del Departament de Geografia de la URV, Sergi Saladié, afirma que, a nivel social, el principal problema es la comprensión «del alcance de los efectos de la crisis climática y la recurrencia de los mismos». El temporal Gloria ha sido un aviso de cómo afectará al territorio la crisis climática. Saladié recuerda que «la entrada de agua marina tierra adentro 3 kilómetros en el Delta de l’Ebre ha resultado un caso significativo y de gran impacto a nivel social».

¿Punto de no retorno?

Los investigadores indican que «si empezamos a actuar ahora, será posible minimizar los efectos, de una manera importante, para la seguridad de la vida humana», explica Saladié y advierte que «de lo contrario, hagamos lo que hagamos, las dinámicas ambientales estarán tan alteradas que nada volverá a ser como antes, porque cambiará la correlación climática a la que estamos acostumbrados».

Por su parte, Arturo Frediani, de a Escola Tècnica Superior d’Arquitectura, añade que «sin ser alarmistas, la población y los gobernantes debemos concienciarnos y modificar nuestro comportamiento para reducir la huella ecológica en nuestro entorno».