74 mujeres de Tarragona llevan un dispositivo para activar en caso de emergencia

Lleva incorporado un GPS y un micrófono para poder hablar con la víctima y detectar su posición para enviar a la Policía

19 mayo 2017 17:16 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:51
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El Servei d’Emergències Socials de Tarragona (SEST), durante este año, ha actuado en 193 casos de violencia machista en la ciudad –no siempre las víctimas han presentado denuncia–, frente a los 181 de todo el año pasado. Para el personal que trabaja en este servicio, no es que haya más casos, sino que las víctimas denuncian más, «socialmente este tipo de violencia no se ve como antes, cuando la cuestión quedaba en casa», recalcan las asistentes, quienes añaden que cada año en el colectivo de víctimas hay más gente joven.

El SEST –que cuenta con cuatro asistentas sociales y depende del Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona– se encarga de centralizar la gestión, tramitación y seguimiento de las mujeres de la ciudad que disponen de teléfono Atenpro, que la mujer activa en caso de verse en peligro. Está conectado a Cruz Roja y, en caso de una emergencia, se avisa a la Guàrdia Urbana. Dispone de tecla de alarma, se puede activar el altavoz, y cuenta con micro y GPS. Permite que desde la central de dicha institución humanitaria se graben no sólo las conversaciones sino también lo que pase alrededor. Cada llamada implica un informe, que es remitido tanto a los Serveis Socials como a la propia Guardia Urbana.

Actualmente, 74 mujeres de todas las edades de la ciudad de Tarragona tienen un Atenpro. Las asistentas sociales recalcan que para disponer de este servicio con una denuncia es suficiente, no hace falta que el juez emita una orden de protección. Las víctimas menores de edad también lo pueden llevar, en este caso con el permiso de los padres.

Muchas mujeres llevan hasta cinco años recibiendo agresiones o malos tratos, otras han sido víctimas de dos hombres diferentes. Este año tres han denunciado abusos sexuales. «Muchas no son conscientes de la violencia sexual», recalcan las asistentes sociales. Otras son controladas cuando salen de casa, incluso tienen que llevar a su pareja el resguardo del aparcamiento o se tienen que hacer una selfie para justificar con quién están», señalan. Otras prácticamente no pueden salir de casa, si lo hacen ya no pueden entrar porque la única llave la tiene el hombre. Una de las cuestiones de que se lamentan las asistentas sociales es la falta de programas para que los agresores no continúen reincidiendo.


Situación personal
Cuando una mujer es atendida por el SEST se explora su situación personal. En el caso de no poder volver al domicilio, los Serveis Socials le proporcionan un alojamiento alternativo, inicialmente por tres meses, prorrogables. Durante este año 17 mujeres –con 13 hijos– han sido realojadas en estos pisos. Actualmente son cinco mujeres con dos niños. El máximo en un mismo día han sido cinco mujeres y ocho niños. Por suerte, señalan, los maridos no saben dónde estan estos pisos. Sí que recuerdan que el año pasado un hombre estaba gritando desde la calle y fueron los propios vecinos quienes alertaron a la Guàrdia Urbana.

Algunas mujeres han acabado volviendo con sus parejas. «En estos casos trabajamos también con los hombres, y más si hay menores por su situación de riesgo», comentan las asistentes.

El objetivo del servicio que se ofrece desde el SEST es una atención social inmediata. Para ello, destacan las asistentes, hay un importante trabajo en red con todos los servicios de la ciudad que trabajan en violencia de este tipo: cuerpos policiales, Oficina d’Atenció a la Víctima de los Juzgados, Servei de Recuperació de la Generalitat, trabajadoras sociales en el ámbito sanitario de los hospitales, Creu Roja, etc.

Comentarios
Multimedia Diari