Acude al banco con una actriz que se hace pasar por su madre muerta

Golpe policial al fraude en el cobro de pensiones. La Policía Nacional ha destapado en 21 provincias un fraude de más de seis millones de euros realizado en 2019 mediante el cobro indebido de pensiones de fallecidos. Los agentes arrestaron a 11 de las 36 personas que fueron identificadas como responsables de 55 delitos contra la Seguridad Social, estafa, falsedad documental y apropiación indebida.

Las investigaciones comenzaron tras recibirse varias denuncias de hechos similares en diferentes puntos del país. La mayoría de los implicados eran personas cercanas a los fallecidos como hermanos, hijos, nietos y sobrinos, pero también esposos, yernos y exparejas.            

La operación ha supuesto un reto organizativo para los investigadores, ya que han analizado 12.586 abonos indebidos, 75 cuentas bancarias, 23 casos con más de 100.000 euros defraudados, 40 pensiones que superaban los diez años de ingresos ilícitos, 22 fallecimientos ocurridos antes del año 2000, y 11 muertes de pensionistas españoles ocurridas en el extranjero. Se han podido recuperar 3,9 millones de euros del total defraudado.

Entre los casos destaca el de una mujer que, con el fin de conseguir acceso a la cuenta bancaria de su madre fallecida cuatro años antes, no dudó en acercarse al banco con una 'actriz' que suplantó la identidad de su progenitora. Logró el acceso al dinero mediante la falsificación de la firma de la titular de la cuenta. Se benefició de más de 200 disposiciones en efectivo, que han supuesto un fraude de más de 74.000 euros, abonados durante más de 20 años de forma indebida.

En otro caso fue detenido un empleado de banca que, aprovechando sus conocimientos en el puesto y abusando de la confianza de sus compañeros de oficina, llegó a realizar hasta 62 reintegros de la cuenta de una mujer fallecida y que habían sido abonados indebidamente por el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Para cometer los hechos, el arrestado falsificó los justificantes de efectivo y las cartillas bancarias de la pensionista fallecida y, con el fin de justificarse en su puesto de trabajo, aprovechaba los momentos en los que atendía a personas de avanzada edad para indicar a su compañero de ventanilla que la misma era muy mayor, que no podía estar de pie al tener dificultades de movimiento y la invitaba a esperar sentada.

Con esa estratagema, el detenido conseguía que en caja le entregaran el dinero con la falsa creencia que la mujer que estaba sentada era la titular de la cuenta. El arresto del trabajador se produjo mientras extraía dinero en un cajero automático de la propia entidad a la que había robado previamente