Al frente de la recreación histórica

Segur de Calafell. El director de cine Laureano Clavero ha editado el libro ‘Enfocando la Segunda Guerra Mundial’

28 junio 2020 10:10 | Actualizado a 14 julio 2020 09:54
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«Que no caigan en el olvido las cifras de soldados fallecidos en combate, sino que sean reconocidos como personas». Esta es la obsesión del director de cine y fotógrafo Laureano Clavero, quien actualmente vive en Segur de Calafell. Y ha sido este espíritu el que le ha llevado a editar el libro fotográfico sobre recreación histórica Enfocando la Segunda Guerra Mundial (Editorial Círculo Rojo).

El proyecto compila años de trabajo, así como de numerosas sesiones fotográficas y de rodaje de documentales como Hürtgen into the muddy battle y Road to Normandy. «Desde hace años, con la ayuda de las asociaciones de recreación histórica First Allied Airborne Catalunya y Airborne Lleida, me dedico a recrear diferentes batallas y momentos bélicos, como la Segunda Guerra Mundial», explica el fotógrafo.

Localizaciones como el pueblo abandonado de Marmellar, en el Montmell, Arenys de Mar o el bosque del Montseny han sido el escenario contemporáneo de las diferentes recreaciones fotográficas. «En Arenys de Mar representamos el desembarco de Normandía y en el Montseny la batalla de Hürtgen, que fue la primera vez que los americanos pusieron un pie en suelo alemán», explica Laureano Clavero, quien asegura que «como el resultado fue satisfactorio compartimos las imágenes a través de las redes sociales y rápidamente sumaron muchos likes y fueron compartidas».

Ahora, este patrimonio fotográfico e histórico ocupa las páginas del libro. «El libro se llama Enfoncando la Segunda Guerra Mundial porque existe otro que se llama Ligeramente desenfocado de Robert Kapa, quien fue el único fotógrafo que desembarcó en Normandía con las primeras oleadas de tropas y que consiguió unas pocas instantáneas del momento, aunque desenfocadas porque silbaban las balas a centímetros de él», explica Laureano Clavero. Por ello, él mismo se muestra agradecido «de la oportunidad que ha tenido de poder enfocar el conflicto de la Segunda Guerra Mundial a través de la recreación histórica».

Y es que para este vecino de Segur de Calafell «la recreación histórica y la fotografía contribuyen a entender la misma historia», ya que –sigue explicando- «uno puede llegar a un conflicto bélico como la Segunda Guerra Mundial a través de los libros o del cine, es decir, mediante muchas disciplinas que se encargan de explicar la historia, mientras que la recreación histórica es una herramienta que permite entender física y materialmente lo que podía pesar el armamento, cómo fue el desembarco de Normandía y mojarse el uniforme, lo que era correr en la playa…»

Apuntes a pie de foto

Las fidedignas fotografías son complementadas por los textos del escritor David López Cabia, autor de novela bélica y divulgador histórico. Precisamente, los apuntes a pie de foto aportan el detalle histórico, ilustran acciones valientes, hablan de la vida del soldado, acercan sus sufrimientos al lector, desvelan la estrategia y el impacto que tenía la guerra en la población. Por su parte, Laureano Clavero, en compañía del editor y fotógrafo Sergio García, ha trabajado de manera incansable en todas y cada una de las imágenes, tratando de aportar el máximo realismo histórico.

Y mientras el proyecto seguía su rumbo, las imágenes llegaron a manos de Dale Dye asesor histórico de Steven Spielberg en el film Salvar al soldado Ryan. «La película fue un punto de inflexión en el cine bélico. Yo la vi con 15 años en Estados Unidos en los Studios Universal y nunca pensé que, más de dos décadas después, el asesor histórico sería el prologuista de mi libro», confiesa Laureano Clavero. «Ciertos grupos de personas en todo el mundo, llamados recreadores, visten los uniformes, llevan las armas y representan el combate. Nos ayuda a comprender, a recordar, a apreciar el sacrificio. Algunos lo verán morboso. Otros proclaman que el estudio de la guerra es educativo, proporcionando una base para que personas razonables y naciones racionales eviten repetir errores pasados. Como veterano de guerra, caigo en la última categoría», son algunas de las palabras que Dale Dye escribe en el libro.

Enfocando la Segunda Guerra Mundial también está flanqueado por el epílogo de Daniel Sam, divulgador histórico y quien destaca que «este proyecto, antesala de otros venideros, capta de forma visual situaciones de combate donde la máquina cede su protagonismo al verdadero motor de la guerra: el soldado».

Por esta razón, el director de cine tiene claro qué huella quiere dejar con sus imágenes. Él mismo distingue que «hay dos huellas que se pueden dejar: por un lado, el recuerdo de todos los soldados que desembarcaron en Europa, no como una cifra, sino como individuos, y por otro lado el tener en cuenta la recreación histórica para entender la historia».

Por esta razón, Laureano Clavero pone en valor el trabajo de quienes han dedicado su vida a estudiar los conflictos al detalle, desde los uniformes hasta el equipamiento de los distintos ejércitos. «No hay fotomontaje, todo lo que se ve en la fotografía, estaba in situ. Lo que sí que retoqué es la paleta de colores en busca de un único tono en las fotografías», afirma.

Trabajo en equipo

En este sentido, el director de cine hace hincapié en que «el resultado de Enfocando la Segunda Guerra Mundial no es un trabajo individual, es un trabajo en equipo, porque cada pieza tiene un lugar y si una pieza no está en el lugar se cae todo el castillo de naipes».

A parte del libro Enfocando la Segunda Guerra Mundial, el director de cine ha mostrado su fascinación por la historia y los conflictos bélicos en otros proyectos cinematográficos como El diario de Peter Brill (2017) y 1533 Km. Hasta casa. Los héroes de Miramar (2012). «La primera es la historia del único piloto alemán entrenado para bombardear Nueva York, y que se creía que era una leyenda», explica Laureano Clavero. Mientras, 1533 Km. Hasta casa. Los héroes de Miramar se centra en la Guerra de Malvinas.

«Es una película muy humana sobre ocho veteranos de la Guerra de Malvinas que tenían 17 y 18 años cuando fueron a campo de batalla. Retrato como fue su vida antes, durante y después de la guerra», explica el director de cine. Y es que otro de los aspectos que interesa al cineasta es el análisis de por qué «perdemos más gente por las secuelas que durante la guerra, es decir, por qué se muere más gente en tiempo de paz que durante el conflicto bélico».

Una observación que le transporta a la actualidad y la pandemia de la Covid-19. «Nos hemos levantado muchos días con las cifras de centenares de fallecidos, pero hubo un momento en que solo llegaron a ser números en la pantalla, como lo fueron muchos soldados caídos en combate».

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