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Un joven acusado del asesinato de su expareja ha asegurado ante el tribunal del jurado que le juzga desde hoy en la Audiencia de Zaragoza no acordarse de cómo perpetró el crimen, aunque ha admitido al tiempo que no soportaba estar alejado de un hijo menor de ambos de 5 años de edad.
Con estas palabras, el procesado, Cristinel I.S., ha resumido su defensa ante unos hechos perpetrados a las puertas de un punto de encuentro familiar de Zaragoza el 10 de junio de 2016, ante la mirada del menor.
En su relato ante el tribunal, el acusado ha confesado haber ingerido abundante alcohol los días previos al crimen debido a la angustia que le producía el régimen impuesto por el juzgado que le había condenado un año antes por maltrato a su excompañera, visitas de tres horas durante los fines de semana.
El presunto asesino, de nacionalidad rumana, esperó a que su expareja llamara al timbre del punto de encuentro y entrara en el portal para insistir en volver a retomar la relación de pareja, aunque finalmente la acuchilló con fuerza en el abdomen.
La víctima, apuñalada en cinco ocasiones más, la última en el cuello, logró salir hasta la calle seguida de su hijo, que gritaba "mamá, mamá", pero a pesar de la ayuda recibida falleció horas más tarde en el hospital ya que, según la fiscalía, "cada una de las heridas era mortal de necesidad".
Las acusaciones solicitan para el acusado penas de entre 26 y 31 años de prisión por asesinato y quebrantamiento de condena, mientras que la defensa, que admite la autoría del homicidio, solicita la absolución de su cliente por trastorno mental transitorio.
