BCN World impulsará 40.000 empleos en hostelería y comercio

Un informe de la URV ha cuantificado los puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos que se derivarán de la construcción y el primer año de funcionamiento del macrocomplejo lúdico que se ubicará en Salou y Vila-seca

19 mayo 2017 16:48 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:48
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No sólo de trabajadores directos vivirá el futuro complejo del Centre Recreatiu i Turístic (CRT) que se ha programado en terrenos de Vila-seca y Salou. Un informe elaborado por profesores de la URV para cuantificar el impacto económico sobre el territorio que tendrá el heredero de BCN World cifra en alrededor de 40.000 el número de trabajadores totales generados durante un año de explotación del proyecto.

Esa cifra se complementa con otros indicadores igualmente entusiastas respecto a la oportunidad del empleo: entre 2.000 y 4.000 trabajadores directos en el CRT y unos 12.000 anuales durante la fase de construcción.


Diferentes escenarios
El informe, encargado por el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, constata las bonanzas y ventajas del macroproyecto en cuanto a impacto económico y turístico, no sólo en el Camp de Tarragona sino en toda la provincia y, por extensión, en Catalunya. Para ser exactos, esos 40.000 trabajadores estimados responden al número total de puestos en un año de explotación; ahí se incluyen los directos, pero también los indirectos y, sobre todo, los inducidos.

En una rueda de prensa reciente, el Govern aprovechó la presentación de la aprobación definitiva del Pla Director Urbanístic (PDU), la herramienta con la que darle forma al CRT, para sacar pecho de la oportunidad económica que supone la iniciativa que trae entre manos.

Más allá de los grandes números, el estudio de la URV ahonda en las posibilidades de empleo. De hecho, establece tres escenarios en generación total de trabajo: 35.443 en el supuesto pesimista, 41.711 en el moderado y 47.979 en el escenario más optimista. El grueso procede de los efectos inducidos, esto es, trabajos ocasionales vinculados al funcionamiento de ese resort destinado al comercio, al turismo, al juego y a las convenciones pero que no están generados de una manera directa.

Según el balance, los campos que generarán más ocupación son los de servicios privados, comercio y hostelería, aunque «también se desencadenan efectos muy positivos en otros sectores como la industria agroalimentaria, textil, madera, química, papel y el sector de servicios públicos». Los servicios financieros o los vinculados al transporte serían otros nichos potencialmente favorecidos.

El análisis universitario es una lluvia de cifras que refuerzan los argumentos del Govern para apostar por esta instalación: una inyección de optimismo en una de las zonas de Catalunya más maltratadas por el paro y una búsqueda de «la innovación, la calidad y la lucha contra la estacionalización del turismo», en palabras del conseller de Territori, Josep Rull.

Si el impacto durante el funcionamiento ordinario del CRT es notorio, aún lo es más si se analiza la economía impulsada durante los seis años que duraría la fase de construcción. Se crearían como techo máximo 11.963 empleos cada año, hasta configurar un global de 71.782 en toda Catalunya. La mayor parte de ellos (37.418) serían ocupaciones por efecto inducido. Un total de 18.930 empleos serían indirectos mientras que los directos sumarían 15.435, según las tablas del informe de la Rovira i Virgili.


‘Shock para la economía’
Algunas de las dudas susceptibles en este debate, y en parte bazas para los detractores y las voces escépticas del CRT, atañen a la calidad de ese empleo. De momento, los responsables de la Generalitat que están al frente del proyecto se esmeran en recalcar que esa generación de riqueza estará basada en la calidad.

Por su parte, el propio Delegat del Govern en Tarragona, Òscar Peris, habló de «empleos de calidad con repercusión para la gente que trabaje allí» y de la importancia de la desestacionalización, uno de los frenos que a día de hoy lastra el desarrollo turístico.

Sea como sea, el informe de la URV habla en algunas partes de un «shock» para la economía, aunque también se cura en salud. El texto califica estos resultados como una «cuantificación preliminar que necesariamente habrá que revisar y actualizar».

Más allá del beneficio en términos laborales, el impacto en el turismo será igualmente decisivo, a juzgar por los datos de la URV. El CRT sumará entre 1,7 y 2,1 millones de pernoctaciones a las actuales que registra el territorio. Será un aumento del 21,9%. Esas cifras romperán la tendencia a la baja de la oferta de plazas hoteleras en los últimos años.

La URV, en su proyección, considera que el CRT atraería a alrededor de unos cinco millones de visitantes cada año. «No es de extrañar la importancia del shock provocado por esta masiva afluencia de gente sobre la economía más cerca, lo que hará aumentar la producción local de una forma muy significativa», diagnostica.

En todo caso, cifras de tanta magnitud refuerzan un proyecto demandado en reiteradas ocasiones por sectores económicos y sociales de la provincia.

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