Comienza el juicio al hombre acusado de matar a su familia con un hacha

Van Breda, de 22 años, se declaró inocente e insistió en que el crimen que ha conmocionado a su país fue obra de un intruso que se dio a la fuga

19 mayo 2017 15:32 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:32
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El juicio al sudafricano Henri van Breda, acusado de matar a sus padres y a su hermano mayor con un hacha simulando un robo violento en la mansión de la familia, comenzó hoy en el Tribunal Superior de Ciudad del Cabo con la lectura de la declaración del joven.

Van Breda, de 22 años, se declaró inocente e insistió en que el crimen que ha conmocionado ha Sudáfrica fue obra de un intruso que se dio a la fuga, dejándoles a él y a su hermana Marli, que entonces tenía 16 años, como únicos supervivientes.

El supuesto ataque por parte de desconocidos que denuncia Henri van Breda no le provocó a él más que rasguños y contusiones, mientras que su hermana Marli sufrió graves heridas en la cabeza que la dejaron en estado crítico.

En su declaración jurada, leída por su abogado hoy en el tribunal, Van Breda asegura que el hombre que atacó a su familia era de raza negra, llevaba un pasamontañas y "se reía" mientras atacaba a su padre en la lujosa residencia de los Van Breda en Stellenbosch, en la provincia del Cabo Occidental.

El acaudalado empresario Martin van Breda, de 54 años, su mujer Teresa, de 55, y su hijo Rudi, de 22, fueron encontrados muertos en la madrugada del 27 de enero de 2015, una matanza de la que la Policía responsabiliza a su hijo Henri, a quien acusa también del intento de asesinato de su hermana Marli.

Henri van Breda ha defendido su inocencia desde el momento en que declaró por primera vez ante la Policía y está en libertad bajo fianza desde que fue acusado formalmente el 14 de junio del año pasado.

Su hermana Marli sufre pérdidas de memoria a causa de las heridas sufridas y no recuerda lo ocurrido la noche de la tragedia.

Según la prensa sudafricana, Henri y Marli van Breda herederán de sus padres 200 millones de rand (más de 14 millones de euros).

Después de seis años en Australia, donde Martin van Breda tenía algunos de sus negocios, la familia había regresado a su país natal un año antes de la masacre.

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