Cubren el glaciar Presena para sobrevivir al cambio climático

Enormes sábanas bloquean los rayos del sol en un glaciar que ha perdido un tercio de su volumen en treinta años

30 junio 2020 08:20 | Actualizado a 30 junio 2020 09:56
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En los últimos treinta años el glaciar Presena ha perdido un tercio de su volumen como consecuencia del cambio climático, un deshielo que se acentúa en verano y que la provincia autónoma italiana de Trento (norte) intenta frenar cubriéndolo con enormes sábanas que bloquean los rayos del sol. «Cada verano lo cubrimos con enormes lonas, que reflejan la luz solar y mantienen la temperatura más baja que en el exterior. Lo hacemos para intentar proteger la masa del glaciar en la medida de lo posible», explica Davide Panizza, jefe de la empresa Carosello Tonale, responsable de esta operación que comenzó a practicarse en 2008 y que desde entonces amplía cada año el área de actuación.

Tanto es así que en 2008 se consiguió tapar una superficie de 30.000 metros cuadrados mientras que este año el equipo de 13 personas que participa se esfuerza por proteger un área de 100.000 metros cuadrados, el equivalente a 10 campos de fútbol.

Acaban de empezar las labores para arropar este glaciar, que está situado en la cordillera de los Alpes, en la región de Trentino-Alto Adigio (norte) y que tiene una altitud de entre 2.700 y 3.000 metros. Tardarán un mes en cubrir los 100.000 metros cuadrados previstos para este año y lo harán con lonas que miden 350 metros cuadrados, que serán cosidas entre sí con máquinas especializadas para evitar que quede ningún hueco que consienta la entrada de los rayos solares.

El glaciar permanecerá resguardado hasta septiembre, cuando este equipo de técnicos y profesionales procederá a retirar estas telas, labor que le llevará otro mes, para que a partir de octubre todo el espacio quede al descubierto y dispuesto a acoger las primeras nevadas.

Riesgo de desaparición

Esta ardua operación, que cuesta más de 300.000 euros al año, ha posibilitado que el deshielo inexorable del glaciar «se contenga en un 50 %» en la última década, todo un éxito teniendo en cuenta que, sin estos grandes toldos, «toda la masa de hielo existente por debajo de los 2.900 metros habría ya desaparecido».

Lamentablemente, estas telas no frenan de forma total su derretimiento, que prosigue su curso a medida que el cambio climático avanza.

«El continuo aumento de las temperaturas acelera de forma exponencial el deshielo del glaciar, no hay duda de que el cambio climático influye directamente en este fenómeno. Nosotros tratamos de ralentizar este proceso, pero no lo paramos al cien por cien», reconoce Panizza.

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