Detenidos por secuestrar y torturar a sus 13 hijos

Una de las hijas logra fugarse de la casa familiar, situada en California, y alerta a la policía de que los padres les tenían encadenados y desnutridos

17 enero 2018 11:25 | Actualizado a 17 enero 2018 11:31
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Las autoridades de la localidad californiana de Perris están aún intentando comprender qué motivos pudieron llevar a David Allen Turpin y a Louise Anna Turpin a encerrar a sus trece hijos en casa y llegar al extremo de encadenar a tres de ellos.

Los vecinos de Perris, a 110 kilómetros al este de Los Angeles y con su alcalde Michael Vargas a la cabeza, están devastados después de que el lunes las autoridades descubrieran los terribles sucesos que se escondían tras las paredes del domicilio de los Turpin.

En un primer registro de la vivienda la policía pudo constatar que tres de los vástagos del matrimonio estaban encadenados a distintos muebles, y que un denso mal olor denotaba una grave situación de insalubridad.

Quedó evidente también la desnutrición que sufrían los trece jóvenes, que, debido a la falta de alimento, fueron inicialmente identificados como menores a pesar de que sus edades oscilan entre los 2 y los 29 años.

De acuerdo con los medios locales, David Allen Turpin trabajó durante años como ingeniero para una importante empresa de seguridad, lo que le proporcionaba un salario que alcanzaba las seis cifras.

Sin embargo, ese dinero no parecía ser suficiente para esta numerosa familia de quince miembros que, hasta en dos ocasiones, llegó a solicitar la declaración de bancarrota.

En 2014 se instalaron en Perris, donde consiguieron una licencia que acreditaba que su domicilio servía, además, como escuela. Sin embargo, no existen pruebas de que nadie más allá de los hijos de los Turpin acudieran a este peculiar colegio, según explicaron ayer las autoridades.

Más allá de educar a sus hijos en casa, los Turpin parecían ser una familia extensa pero normal. 

La casa de los horrores de Perris se ha destapado porque una de las hijas del matrimonio logró escapar por una ventana y contactar con la Policía para denunciar el sufrimiento de sus doce hermanos. 

«Si alguien se puede imaginar el tener 17 años y aparentar diez, estar encadenado a una cama, malnutrido y con lesiones asociadas a esta situación... Yo llamaría a eso tortura», valoró en una comparecencia Greg Fellows, capitán de la oficina del aguacil de Perris, quien explicó que por el momento no parece que lo sucedido se deba a ninguna motivación de tipo religioso.

Fellows, quien no dudó en resaltar el «coraje» mostrado por la joven al escaparse de casa para así denunciar la situación, explicó que por el momento los trece hermanos permanecen juntos y están siendo tratados.

A la espera de que se aclaren los hechos, David Allen (57 años) y Louise Anna (49) aguardan en prisión, con una fianza de nueve millones de dólares cada uno, a que las autoridades presenten cargos por tortura y por poner en riesgo a sus hijos.

«Honestamente puedo decir que estoy completamente devastado ante este acto de crueldad. No puedo ni empezar a imaginarme el dolor y sufrimiento que han tenido que soportar», expresó por su parte el alcalde de Perris, Michael Vargas. 

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