Diferencias entre lo orgánico, lo ecológico y lo biológico: la chufa ejemplo de alimento natural

19 mayo 2017 17:49 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:27
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Seguramente serás una persona moderna, que se preocupa por la cultura y por el medio ambiente. Lo más probable es seas de los que consumen alimentos ecológicos  y que en alguna ocasión hayas encontrado diferencias de nomenclatura para definir a diferentes alimentos con este origen.

Te ayudamos a saber cuáles son las diferencias entre ecológico, biológico y orgánico, ya que a nivel legal, la regulación europea no contempla ninguna diferencia y somos los propios consumidores, junto a las empresas de este sector, los que hemos ido delimitando las diferencias entre cada una de estas formas de producción agrícola.

  • Cultivo orgánico, este término se utiliza cuando los alimentos están producidos sin productos químicos artificiales o pesticidas, sustituyéndose por aquellos que son exclusivamente naturales. De estos alimentos se obtiene una comida saludable, evitando problemas de intolerancia y alergia a los químicos, y contribuyen a mantener los recursos naturales para el futuro. Sus aportes al medio ambiente son, entre otros:
    • La contribución a mantener y aumentar la fertilidad del suelo.
    • Se practica la rotación de cultivos para de este modo regenerar el terreno de forma natural.
    • Previenen de forma efectiva la temida erosión del campo y con ello la pérdida de la biodiversidad en el subsuelo.
    • No contamina las aguas subterráneas.
  • Cultivo ecológico, es aquel en el que los productos resultantes han seguido un proceso de producción respetuoso con el medio ambiente. Para conseguir el certificado de producto ecológico se deben incorporar:
    • Las mejores prácticas medioambientales.
    • Se debe preservar al máximo los recursos naturales.
    • Aplicar con rigor las normas más exigentes sobre el mantenimiento del bienestar de la flora y la fauna locales.
    • Se deben utilizar los recursos renovables integrados en los sistemas locales haya donde se produzca este tipo de cultivo.
    • En España, tenemos un alto porcentaje de campos cultivados con sistemas ecológicos y en la huerta valenciana, encontramos un producto de gran relevancia que comienza a ocupar un puesto predominante dentro de la dieta clásica mediterránea. Las chufas ecológicas siguen todo el proceso de agricultura natural, respetando al máximo los cánones de respeto medioambientales. Sus altas propiedades nutricionales  se mantienen de este modo intactas, así como todo su sabor y contenidos en enzimas, que contribuyen con gran eficacia en el proceso digestivo, como son la amilasa y la lipasa. Estas encimas se suman a la pectina (de gran valor prebiótico) y a la arginina, que es un aminoácido que refuerza el sistema inmunitario y posee propiedades que ayudan en el proceso de cicatrización del organismo. Así mismo, este tipo de cultivo evita que se pierda el zinc y el hierro que contiene la chufa de forma natural, así como las vitaminas E y C, que realza su valor como alimento.
  • Cultivo biológico, es aquel donde las plantas que se cultivan no han sufrido manipulación genética alguna en su proceso de desarrollo productivo. Para obtener un sello biológico han de garantizar que:
    • Se lleve dentro de un proceso natural de selección de especies.
    • Contribuyan a la mejora del patrimonio genético  cerrando el ciclo reproductivo de las especies.
    • Se apoye la preservación del mayor nivel de biodiversidad posible.
    • Las chufas de cultivo bio en Valencia, llevan el reconocimiento del nstitute für Marketecölogy (IMO) de Suiza y Ecocert de Alemania. Pues, periódicamente, se acuden a eventos relacionados con el cultivo bio para aportar las últimas novedades en alimentación ecológica, sobre una base en la que no se le ha modificado ningún gen y por tanto, siguen siendo naturales y autóctonas del lugar de cultivo original. Esta variedad de chufas se cultiva en diferentes partes del mundo, evitando de forma fehaciente impacto medioambiental alguno. Pero las que mejor fortaleza, sabor y calidad siguen teniendo, son las cultivadas en algunas zonas del norte de África y sobre todo, en la afamada huerta valenciana, donde se han ido mezclando los mejores resultados de la Cyperus Sculentus Lativum para obtener una pureza y una fortaleza única en el mundo.
 

En resumen, estos tres tipos de agricultura garantizan que el consumidor está tomando el alimento con todas las garantías de salubridad posibles, con todos sus componentes alimenticios intactos, además de defender de manera sostenible el medio ambiente. Como ejemplo de alimento que sigue estas normas y que producimos en España, tenemos la chufa valenciana, que aporta multitud de nutrientes de grandes efectos positivos sobre nuestro organismo y que debería ser incorporado, si no lo estamos haciendo ya, a nuestra tradicional dieta mediterránea, que es reconocida mundialmente por ser de las más saludables que existen.

De la chufa, la horchata

Pero nuestra chufa, la chufa de valencia, aun pudiendo ser consumida entera o en forma de harina o aceite, es preferido por todos tomarla como horchata. La horchata de chufa, al producirse de forma totalmente natural, no pierde ni un ápice de sus propiedades naturales, tan sanas para nuestro organismo.

La fórmula para hacer una horchata tradicional es bien sencilla y no necesita de ningún mecanismo industrial, ni se le añade ningún producto químico para realzar su valor o dilatar su mantenimiento en el tiempo.

La bebida de chufa se produce cuando extraemos ese delicioso líquido blanco después de haberla lavado a conciencia, para quitarle toda la tierra posible, pues recordemos que la chufa es un pequeño tubérculo, por lo tanto nace y crece bajo tierra.

Después, se deja reposar en agua fría durante veinte minutos y se vuelve a limpiar. Posteriormente, pasará por un proceso de prensado y tamizado para extraerle la leche que será la base de la horchata.

Sólo queda añadirle agua y azúcar. Muchos son los que también le añaden canela, hojas de estevia o corteza de limón, pero en ningún caso es aconsejable echarle ningún tipo de elemento químico o refinado. La idea es que no pierda ese potencial natural que tanto beneficio aporta a nuestro cuerpo.

De este modo tan sencillo, se hace una de las bebidas más refrescantes y populares de nuestra tierra. Un sabor exquisito y unas propiedades nutritivas que debemos aprovechar al máximo. No lo pienses más y consume horchata de chufa, si es valenciana mejor. ¡Salud!

Comentarios
Multimedia Diari