El FMI advierte sobre una posible burbuja inmobiliaria a nivel mundial

La primera advertencia ha sido que "conviene mantenerse alerta" aunque, eso sí, "sin entrar en pánico"

19 mayo 2017 16:23 | Actualizado a 24 diciembre 2019 23:00
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La preocupación ante la posibilidad de una nueva burbuja inmobiliaria dados los crecientes precios de la vivienda en distintos lugares del planeta ha llevado a los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) a preguntarse: "¿Es hora de volver a preocuparse por una caída mundial de los precios de la vivienda?". La respuesta que ellos mismos dan, datos en mano, no insta precisamente a mucha tranquilidad.

El aviso que les ha sobresaltado ha sido la evolución del índice de precios mundiales de vivienda que realiza el Fondo analizando los datos de 57 países. Un vistazo a ese gráfico permite comprobar que "prácticamente ha retornado al nivel anterior a la crisis financiera". Y es que si a comienzos de 2008 este índice rozaba el 160% (de la base que se fijó para el año 2000), a finales de 2016 había vuelto a alcanzar el 155% y la tendencia al alza, aunque ya algo más lenta, seguía.

Pese a tachar de "disparate" recurrir a la típica afirmación que hacen otros economistas de que 'esta vez es diferente', expertos del FMI sí apuntan que ahora "hay varias razones" para diferenciar a los condicionantes de esta posible burbuja en los precios del mercado del 'ladrillo'. Lo primero que dicen es que, a diferencia de otros 'boom' durante la década pasada, el auge actual "no está sincronizado entre los países" y, además, dentro de los que se ven afectados las subidas fuertes "están circunscritas a unas pocas ciudades".

Ahir y Loungani, dos economistas de peso en el FMI, aclaran que las diferencias en esta aparente nueva burbuja de precios son tales que incluso dentro de un mismo país son grandes. Ponen como ejemplo a China, donde mientras la vivienda se ha encarecido un 25% en Pekín en el último decenio en Xian lo ha hecho menos del 10%.

Asimismo, esos aumentos de precios no obedecen en general a un fuerte crecimiento del crédito hipotecario sino más bien, sobre todo en las mayores urbes, a limitaciones en la oferta que se unen a unos tipos de interés históricamente bajos.

Gobiernos prudentes y autoridades vigilantes

Ahora los reguladores nacionales e internacionales están más vigilantes, advierte el FMI, que lleva meses previniendo a varios países de la comunidad internacional para que adopten medidas para estimular su oferta inmobiliaria residencial. Y avisan, además, que el impacto del encarecimiento de la vivienda en el endeudamiento de los hogares "podría tener implicaciones negativas para la estabilidad financiera".

Por ello la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS), creada en 2009 por la Comisión (CE) para mejorar la supervisión financiera, publicó a finales de diciembre una serie de advertencias a ocho Estados de la UE entre los que no se encuentra España "sobre las vulnerabilidades a medio plazo" en sus sectores residenciales.

También señalan que los países ahora sí "recurren de manera más activa" a políticas macroprudenciales -con límites a los préstamos según el valor de las casas, al endeudamiento conforme a los ingresos y también a los requisitos de capital de la banca- para contener esos auges de los precios inmobiliarios.

Al analizar más a fondo el índice mundial de precios observan tres grupos de países: los que han estado en "auge", 21 economías donde el descenso desde 2007 fue bastante moderado seguido de un rápido repunte; los de "caída y auge", otros 18 Estados cuya recuperación viene de 2013; y los de "caída", 18 más donde los valores han permanecido en trayectoria descendente. A España la sitúan en este último, aunque para 2017 todos prevén ya subidas.

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