El Gobierno más numeroso de los últimos 40 años

Con 22 miembros, cuatro vicepresidentes y 18 ministros, el Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez será uno de los más numerosos de la historia de la democracia y el mayor de los últimos 40 años. PSOE y Unidas Podemos negociaron para sacar adelante la investidura un equilibro de sillas que ha propiciado la creación de nuevas carteras como Consumo, que ostentará Alberto Garzón; la división de otras como Trabajo y Seguridad Social, que ocuparán Yolanda Díaz y José Luis Escrivá; y el ascenso a rango vicepresidencial a la titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera, además de acomodar al líder del partido morado, Pablo Iglesias, en otra de Asuntos Sociales.

Sin embargo, el de Sánchez no será el Ejecutivo más amplio desde la Transición, un honor que le corresponde al tercer Gobierno de Adolfo Suárez –entre el 6 de abril de 1979 y el 27 de febrero de 1981– con 26 miembros (dos vicepresidentes y 24 ministros). Las luchas internas que mantenían las distintas familias que malvivían en la UCD se intentaron apaciguar con la creación de una serie de ministerios adjuntos a la Presidencia y sin cartera que lideraron Rafael Arias-Salgado, Pío Cabanillas o Joaquín Garrigues Walker, entre otros. Además, el Ministerio de Defensa se dividía entres, los del Ejército, Aire y Marina.

A eso hubo que añadir que para preparar la entrada de España en la Unión Europea se creó el Ministerio de Relaciones con las Comunidades Europeas, también sin cartera. Lo ostentaron Leopoldo Calvo-Sotelo y, después, Eduard Punset. Pese a la sobrepoblación, Súarez mantuvo dos Vicepresidencias durante sus tres Gobiernos, aunque hizo falta instalar en el Congreso una segunda fila de las sillas azules que tradicionalmente ocupan los miembros del Ejecutivo.

Tras el breve periodo del Gobierno de Calvo Sotelo, los Ejecutivos de Felipe González -desde 1982 a 1996- se caracterizaron por tener solo un vicepresidente. Primero Alfonso Guerra y, a partir de 1991, Narcís Serra. El número de ministros se mantuvo entre 15 y 18, y en 1986 se produjo la entrada de las primeras mujeres en el gabinete, Rosa Conde (Portavoz) y Matilde Fernández (Asuntos Sociales).

Con la llegada de José María Aznar a la Moncloa en 1996, regresaron las dos Vicepresidencias con Francisco Alvarez-Cascos (Presidencia) y Rodrigo Rato (Hacienda). También desapareció el ministerio de Obras Públicas, cuyas competencias fueron absorbidas por Fomento y Medio Ambiente, de nueva creación. El número de ministros nunca superó los 14.

Con el regreso en abril de 2008 de los socialistas al poder con José Luis Rodríguez Zapatero, volvió a crecer el número de carteras hasta las 18, con una Vicepresidencia primera para María Teresa Fernández de la Vega (portavoz y ministra de la Presidencia) y Pedro Solbes (segunda y ministro de Economía). Por primera vez, se formó un Ejecutivo paritario con nueve mujeres y nueve hombres.

En su segunda legislatura en el Gobierno, Zapatero se añadió una Vicepresidencia Tercera para incluir al expresidente andaluz Manuel Chaves con competencias territoriales. El número de Ministerios se fue hasta los 17 con la creación de la cartera de Igualdad, con la que debutó Bibiana Aído en 2008, y que ahora ocupará Irene Montero.

Recortes

La llegada de la crisis trajo consigo recortes también en el Consejo de Ministros. El primer Gobierno de Rajoy se formó el 22 de diciembre de 2011 con una Vicepresidencia para Soraya Sáenz de Santamaría y 13 Ministerios, el gabinete más reducido de la democracia.

En su segunda legislatura, el líder popular mantuvo la misma composición gubernamental hasta la moción de censura de 2018 que llevó a Pedro Sánchez a Moncloa.

El líder socialista, en su primer Gobierno, designó a Carmen Calvo como única vicepresidenta y formó un Consejo de Ministros con 17 integrantes y con mayoría de mujeres, 11 frente a seis hombres. La innovación fue la creación de la cartera de Transición Ecológica, ahora elevada a vicepresidencia.

«Oposición compacta»

Mientras los ministros toman hoy posesión del cargo, la plana mayor del PP acudirá hoy lunes a su sede central en la calle Génova para formalizar su oposición al nuevo Gobierno . Pablo Casado ha convocado a sus cuadros a un encuentro de la junta directiva nacional que dejará enfocada la estrategia para esta legislatura, con la mirada puesta en el Ejecutivo y sin perder de vista la presión de Vox en la derecha. Es este último condicionante el que ha avivado de nuevo las dudas en el partido, donde los barones abogan por la moderación y por rebajar el voltaje de la investidura.

Los populares se movieron el fin de semana pasado entre la necesidad de marcar territorio en la oposición a Pedro Sánchez, «no aparecer como un agente pasivo», y el recelo de haber «sobreactuado» en las primeras jornadas del debate parlamentario. Los sectores del PP menos seducidos por la «agitación» actual de la política, advierten de los riesgos de caer en la «hipérbole constante» por un «miedo escénico a Vox». No sólo recurren al retroceso que sufrieron en las urnas el 28 de abril tras una campaña electoral «a cara de perro», sino a otros argumentos que, incluso desde el punto de vista táctico, apuntan a un perjuicio directo para la formación conservadora.

Algunos cargos del PP cuestionan que los «excesos dialécticos» y la gestualidad que se vio en el Congreso encuentren resonancia en la mayoría del electorado y señalan a la posibilidad de que, lejos de contribuir a expandir el espacio político, ayude a mejorar la imagen del Ejecutivo. Creen que muchos ciudadanos que votaron PSOE pueden no estar de acuerdo con su acercamiento a ERC y que esa es una grieta a aprovechar para ofrecer una «alternativa» de «partido de Gobierno» alejado de los «gritos». En un contexto profundamente polarizado, apuestan por tomar distancia e instalarse en la «centralidad».