El Tiempo
Estado Carreteras
Whatsapp
Encuesta
Directorio Empresas
Si Mariano Rajoy había fiado su futuro a los barones del PSOE, ahora se encomienda a las bases socialistas. El PP, sorprendido ante la maniobra de Pedro Sánchez, confía en que los militantes, que tendrán esta vez voz y voto en evemtuales acuerdos de gobernabilidad , frenen un posible pacto con Podemos y el concierto de los independentistas, y den así la puntilla a su secretario general. «Sánchez se está sometiendo por voluntad propia a unas pre-primarias», asegura un alto cargo del Ejecutivo.
Sin el líder del PSOE, con un nuevo interlocutor, en el entorno del presidente del Gobierno se entiende que se habría generado una mínima oportunidad que les podría favorecer. Esta es una vieja teoría rescatada de la campaña electoral, cuando fuentes cercanas a Rajoy valoraban que tener enfrente a Susana Díaz, y no a Sánchez, podría facilitar un entendimiento con los socialistas. «Con ella compartimos visión de Estado», aseguraba entonces un dirigente popular, que aún no había asistido al «portazo» que el candidato del PSOE dio al presidente días más tarde en la Moncloa.
Pero el escenario es tan rocambolesco que en la sede central de la calle Génova se recibe con desconfianza y fuentes de la cúpula subrayan lo «difícil» y «remoto» de que la carambola acabe facilitando un Ejecutivo de Rajoy. Muchas fichas deberían moverse para llegar a ese punto y, aun contemplando que el líder del PSOE haya asumido un riesgo «suicida», recuerdan que nada garantiza que otro secretario general vaya a ver con mejores ojos el acercamiento al PP. De ahí que, en términos de probabilidades, la dirección de los populares se incline por la repetición de las elecciones.
Las líneas rojas de Sánchez
Si algunos miembros del Gobierno dan por hecho que Rajoy ya no tiene «margen de maniobra» para gobernar, la cúpula del PP sostiene al mismo tiempo que el PSOE tampoco lo logrará. «El pacto es imposible», defienden fuentes de la dirección. Esas voces creen que las líneas rojas de los socialistas no admiten un acuerdo con Podemos que pase por atraer a los nacionalistas. Y el pacto de PSOE y Ciudadanos con la connivencia del partido de Pablo Iglesias lo ven «irrealizable».
En realidad, nadie puede prever cuál será el pronunciamiento de la militancia socialista, pero en la dirección del PP se ponen ya el traje de precampaña electoral que lavaron y plancharon tras las vacaciones de Navidad. La misma semana de Reyes, Moncloa lanzó una instrucción a los ministerios para reactivar sus agendas y no desaprovechar la visibilidad que da estar aún en el Gobierno, aunque sea en funciones, y el propio jefe del Ejecutivo ha multiplicado su presencia pública.
Los populares no temen, desde luego, la repetición de los comicios. Aunque en la formación cuestionen su cabeza de cartel, creen que hay capacidad de mejora respecto a los resultados del pasado 20 de diciembre. Sus cálculos establecen que no se producirá un gran vuelco en escaños, pero los populares apuntan que una leve subida del PP y una ligera caída del PSOE podrían generar una nueva oportunidad para que los socialistas acepten, si no negociar, al menos dialogar.
Malestar en el PP
Distintas fuentes territoriales del partido no comparten, sin embargo, las tesis de la cúpula. En algunos círculos del PP se mantienen prudentes y no descartan que el pacto de izquierdas llegue a cerrarse. Pero lo que mayor malestar genera es la «impasibilidad» del equipo de Rajoy ante esta situación. Las voces más críticas del partido apuntan al sinsentido de haber esperado a que en el comité federal del PSOE se pronunciara la vieja guardia, y a dejar que sean ahora las bases socialistas las que decidan sobre el futuro Gobierno. «Es como si la directiva del Real Madrid lo fiase todo a lo que voten los hinchas del Barsa», se lamenta un veterano del PP.
Del mismo modo, reprochan que el jefe del Ejecutivo no haya tratado de sumar apoyos para su investidura y llegue a su cita esta semana con el Rey confiando en que Felipe VI no vuelva a proponerle como candidato a ser investido. El vicesecretario de Sectorial del PP ya anticipó que Rajoy volverá a declinar someterse al Congreso. «Si no hay modificaciones en los apoyos recibidos, no hay razones para hacer cambio en las posiciones», argumentó Javier Maroto. «En el fondo, el presidente ha renunciado a sus posibilidades de seguir gobernando en esta legislatura».
