El PSOE teme que otras elecciones le conduzcan a la irrelevancia

El presidente de la gestora subraya que 'es preferible que Rajoy gobierne ahora en minoría a que lo haga en diciembre con mayoría'

19 mayo 2017 17:55 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:22
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La gestora socialista escribe poco a poco el relato del viraje del no a la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. Cada día incorpora un nuevo argumento, el de ayer era que unas elecciones en diciembre serían una hecatombe para el PSOE porque, además de tener asegurados los malos resultados, el PP tendría una mayoría más amplia que la de sus actuales 137 escaños. «Hay una cosa peor que un gobierno en minoría de Rajoy -alertó Javier Fernández- y es un gobierno en mayoría».

La dirección provisional del PSOE tiene que capear estos días dos asuntos; por un lado, apaciguar los ánimos en el partido tras la trifulca del sábado, y por otro, introducir la idea entre dirigentes y militantes de que hay que evitar como sea unas terceras elecciones y para eso hay que abstenerse en la investidura de Rajoy. El presidente de la dirección provisional socialista es de los que creen que es mejor abstenerse y desistir del no al líder del PP, que es todavía es la postura oficial del partido porque así lo decidió un Comité Federal en diciembre y lo ratificó en julio. Es «la opción menos mala», afirma Fernández y secundan desde el anonimato otros dirigentes. Se trata, apuntó, de abordar el asunto con la cabeza, no «con las tripas».

Los socialistas aún no han hecho números ni encargado encuestas, pero saben que están al borde del precipicio. «Todo el mundo sabe» que si se repiten los comicios en diciembre el PP obtendrá «mejor resultado» que el que tuvo el 26 de junio, advirtió el presidente de la gestora. Sobre todo, añadió, si el que aparece como culpable de que haya que volver a votar es el PSOE con su negativa a Rajoy. Un nuevo retroceso y quedar por debajo a los 85 escaños, se afirma entre los socialistas, podría llevar al partido a una situación económica tan precaria que pondría en riesgo hasta la propiedad de la histórica sede de la calle Ferraz de Madrid.

Bajar la temperatura

El problema para dar el giro es que antes, en palabras del presidente de la gestora, hay que «bajar la temperatura» del debate y reconducir a los derrotados en el Comité Federal y, sobre todo, convencer a la militancia, en la que es mayoritario el rechazo a cualquier complicidad con el PP. La tesis de que «abstenerse no es apoyar» que repite Fernández no es compartida por todos los socialistas. Por eso el también presidente de Asturias incide en que no es una cuestión «ideológica», es un planteamiento «táctico». El exministro y exnúmero dos del PSOE, José Blanco, abundó en esa idea y con el lenguaje de Ciudadanos habló de «abstención técnica».

Esta ebullición en la filas socialistas obedece en buena medida a que el partido «se ha podemizado», diagnosticó Fernández. En el PSOE, prosiguió, se ha olvidado la cultura de un partido con 137 años de historia y se ha desencadenado «un conflicto entre las élites y las bases» que ha conducido a la situación «más dramática» desde la transición.

Clamor por la abstención

El líder provisional de los socialistas también acudió a una reunión del grupo parlamentario, a la que no asistió Pedro Sánchez, y en la que pudo constatar que las heridas también están lejos de cerrarse entre los diputados. Comprobó que la situación es peor de lo que se temía. «Me preocupa la división en el partido», confesó minutos antes de ir a la cita. Ya dentro del salón pidió a los diputados «responsabilidad» para que el cisma no se trasladase al grupo parlamentario, pero en la veintena de intervenciones que hubo quedó patente la fractura.

El temor de la gestora es que esta división aflore si se convoca un nuevo debate de investidura y se rompa la disciplina de voto, algo con lo que han amenazado los socialistas catalanes, enrocados en el no.

Pero es que la mayoría de diputados del PSOE que intervinieron en la reunión del grupo parlamentario en el Congreso se mostró mayoritariamente partidaria de evitar esas terceras elecciones por la vía de la abstención.

De las alrededor de 25 intervenciones que se sucedieron durante más de tres horas de debate a puerta cerrada, solo el exalcalde de San Sebastián Odón Elorza y los diputados por Madrid Rafael Simancas y Margarita Robles introdujeron matices en la opinión general de que hay que impedir unos nuevos comicios.

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