El cierre de camas dispara las listas de espera en Tarragona

Los sindicatos aseguran que también existe riesgo real de que las urgencias de los hospitales se colapsen pronto, ya que los pacientes no pueden ser trasladados a planta

27 julio 2019 09:00 | Actualizado a 30 julio 2019 12:50
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Ya es casi una tradición que cuando llega el verano los hospitales cierren algunas de sus habitaciones. El personal sanitario se va de vacaciones y se programan menos cirugías. Según los sindicatos, estas medidas ayudan a alargar las listas de espera de los especialistas. Además, auguran que pronto las urgencias de los principales hospitales de la demarcación se colapsarán. Y es que los pacientes empiezan a acumularse en los boxes. No hay camas disponibles para poder subir los enfermos a planta. Según ha podido saber el Diari, entre los centros hospitalarios del Camp de Tarragona y de las Terres de l’Ebre se han cerrado unas 150 camas.

En el último pleno municipal, el cierre de habitaciones por parte de la Generalitat centró parte del debate. El nuevo gobierno local, liderado por el republicano Pau Ricomà, defendió a capa y espada las medidas que ha tomado el Departament de Salut para este verano.

«¿Pero qué se piensan? ¿Que en verano la gente no se pone enferma?», se pregunta Aixa Muñoz, delegada sindical de la CGT. Según explican los trabajadores de los hospitales públicos de la provincia, «hay menos camas, pero hay servicios que están sobresaturados». Un ejemplo claro es la unidad de reanimación del Hospital Joan XXIII. «Los pacientes que no caben en planta deben ser ingresados en intermedios o en reanimación, ya que en verano hay pocas operaciones», comenta una enfermera, quien añade que «los ponemos donde sea».

La principal preocupación de los médicos es que el cierre de camas y de quirófanos contribuye a alargar las listas de espera. «Solo de pensar lo que nos espera en septiembre... ya me agobio», explica Lucas, un médico, quien añade que «los quirófanos no deberían dejar de funcionar nunca. Pero para ello deberían contratar más profesionales», asegura Muñoz, de la CGT.

Estas medidas de ahorro sanitario tienen su origen en la época de los recortes, sobre todo a partir de 2012, cuando Boi Ruiz estaba al frente de la conselleria. «Puedo llegar a entender que se cierren camas en aquellas unidades donde se compruebe que la actividad disminuye durante el verano. Lo que no se comprende de ninguna de las maneras es que servicios que nada tienen que ver con el verano, como por ejemplo partos, se vean afectados por estas medidas», asegura Tani Francesch, delegada sindical de Metges de Catalunya, quien alerta de que «sería importante tener disponibles en 24 horas habitaciones en caso de colapso en urgencias».

Por su lado, la UGT asegura que, en verano, los hospitales del Camp de Tarragona tienen más trabajo «porque estamos en la costa y los centros de atención primaria se encuentran totalmente desbordados», asegura Montse Inglés, delegada sindical de la UGT, quien añade que «el cierre de camas y quirófanos es un hecho que ya está muy asumido. Pero va en detrimento de todos: del paciente y de los profesionales».

Fuentes consultadas por el Diari aseguran que la medida de ahorro no afecta al día a día de los trabajadores de las plantas, ya que los hospitales adecúan el personal dependiendo de las camas disponibles. «La principal perjudicada en la decisión de cerrar habitaciones es la unidad de urgencias de los hospitales. Los pacientes no pueden ser trasladados a planta y se pasan días y días en los boxes, con todas las incomodidades que esto conlleva. Tanto para el enfermo como para los profesionales», asegura Inglés.

El Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT) también se muestra reivindicativo y pide al gobierno autonómico más inversión y previsión de cara el verano del año que viene. «En verano aumentan la población y la demanda asistencial y, en cambio, se cierran servicios y camas. No estoy de acuerdo, pero las circunstancias son las que son», opina Fernando Vizcarro, presidente del COMT, quien recrimina al Departament no haber tenido más previsión. «Esto se transforma en todavía más presión asistencial a partir de septiembre», asegura Vizcarro.

El gobierno local no lo ve así

El PSC presentó una moción en el último pleno municipal –celebrado el 19 de julio–, que pedía instar a la Generalitat a revertir la situación. La propuesta contó con el apoyo de todos los grupos municipales exceptuando el del principal socio de gobierno, ERC. «La Generalitat no cierra ni abre camas. El Departament de Salut lo que hace es adecuar los servicios a las necesidades de la población, que son cambiantes en función de la época del año». De esta manera justificó la situación el portavoz del gobierno municipal, Xavi Puig.

El CatSalut insiste en que este verano se ha aumentado el dispositivo de profesionales para reforzar la atención primaria y hospitalaria con 503 profesionales adicionales. Puig defendió su postura recitando punto por punto el plan de verano que presentó hace unos días la conselleria de Salut, también gobernada por la republicana Alba Vergès.

«El porcentaje medio de camas disponibles entre julio y septiembre en Catalunya crece respecto al año pasado y en el Camp de Tarragona se sitúa en el 90,3%», aseguraba Puig el pasado viernes durante el pleno, quien se comprometió a tirar adelante un consejo municipal de la salud «para hacer un diagnóstico de la situación». Puig enumeró las últimas inversiones del gobierno de Torra en Tarragona para acabar así con «el intento de crear una relación fantasmagórica entre la Generalitat y el Hospital Joan XXIII, que no me parece justa», añadió el portavoz.

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