El confinamiento afecta la calidad y las horas totales de sueño

Los expertos señalan la importancia de respetar en la medida de lo posible las rutinas diarias, aunque se hayan modificado, y el tiempo de descanso nocturno

21 marzo 2020 11:10 | Actualizado a 21 marzo 2020 12:36
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No tenemos precedentes. Es una situación excepcional. Estas son algunas de las expresiones más escuchadas en los últimos días por expertos que se apresuran a evaluar cómo afecta el estado de alarma a nuestra salud. Debido al confinamiento, nuestro patrón de sueño se ha visto alterado. «En estos momentos, debemos disociar dos grupos de personas: por un lado, a quienes no poder salir de casa les genera ansiedad y tienen una percepción de falta de control, por lo que las estructuras del cerebro que se activan son las mismas que les afectan el sueño», explica el neurocientífico y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Diego Redolar, quien apunta que «en consecuencia, a estas personas les cuesta más dormir y nos despertamos más durante la noche y, al final, la calidad y las horas totales de sueño son inferiores y la situación redunda negativamente día tras día».

El otro grupo de personas –al que se refiere el experto– «son aquellas a las que el confinamiento no les genera ansiedad, pero el estar en casa nos lleva a adoptar una serie de rutinas que no son adecuadas para la regulación del sueño».

En este punto, el especialista recuerda cuáles son las bases para tener una buena calidad del sueño: «Para que los patrones sean adecuados, es decir, para que los ritmos circadianos estén regulados, es importante que factores como la luz o los hábitos saludables no se pierdan, porque si se alteran resultan un factor negativo para la calidad del sueño».

Pese a reconocer que «la situación es complicada y que no hablamos de unas vacaciones, que es una época en la que no trabajamos, no tenemos unos horarios fijos y nuestra rutina es diferente», ahora el inconveniente principal es el confinamiento, es decir, no podemos salir a la calle. Por ello, para paliar esta situación «debemos esforzarnos por generar nuevas rutinas saludables». «Si un día vas a dormir más tarde, programa igualmente el despertador a una hora determinada e intenta mantener un hábito a la hora de comenzar el día por la mañana, frente al riesgo de estar todo el día en pijama, no hacer la cama, etc.», detalla Diego Redolar. Él mismo recuerda que las personas mayores y los niños son más vulnerables a sufrir cambios en el ritmo del sueño. «A estas personas les afecta mucho más el hecho de no salir de casa», afirma el neurocientífico.

Al respecto, la Sociedad Española de Sueño (SES), a través de su Grupo de Pediatría, ha elaborado un documento de consenso que bajo el título Que el coronavirus no te quite el sueño ofrece una serie de consejos para la consecución de tres objetivos complementarios que ayudarán a poner en hora los relojes internos de los niños.

Sobre qué otras señales necesita nuestro cerebro para que el patrón del sueño no se altere, el experto de la UOC destaca que «desde un punto de vista fisiológico sabemos que la luz es primordial porque hay un núcleo en nuestro cerebro que es el supraquiasmático, (es el centro principal de regulación de los ritmos circadiano) que se activa por la luz y, entonces, durante el día está más activo, con el paso de las horas pierde activación y por la noche libera sustancias como la melatonina que de alguna manera nos dice que debemos ir a dormir».

Por esta razón, el especialista advierte que «si nos tumbamos en la cama con la tableta hasta altas horas de la madrugada, la frecuencia de luz del dispositivo contribuye a activar el núcleo supraquiasmático y, por lo tanto, el mensaje que le enviamos a nuestro cerebro es que es de día, lo que dificulta, todavía más, disregular los ritmos circadianos». Por esta razón, el experto no recomienda «utilizar dispositivos móviles en la cama, a no ser que sea en modo nocturno, como medida de precaución».

Además, con la llegada de la primavera, el próximo fin de semana, el último domingo de marzo (día 29), se producirá el cambio de hora, cuando a las dos de la madrugada habrá que adelantar el reloj hasta las tres (una hora menos en Canarias). El experto quien augura «que en esta ocasión, y dada la situación de confinamiento, el cambio de horario nos afectará más de lo que nos afectaba hasta el momento».

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