El crédito se derrumbó un 33,52% en Tarragona entre 2007 y 2014

La demarcación reduce durante los años de Gran Recesión en casi 9.000 millones de euros el saldo del crédito acumulado, más de diez puntos por encima de la caída media estatal

19 mayo 2017 22:56 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:06
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Desde que arrancó la Gran Recesión, el saldo de crédito acumulado en las comarcas de Tarragona ha caído en casi 9.000 millones de euros, al pasar de 26.812.677 millones de euros en 2007 a 17.825.075 millones de euros en 2014, con un descenso acumulado del 33,52%.

Tras Lleida –con una caída en el saldo de crédito vivo del 35,19% durante este período–, la demarcación de Tarragona es la que experimenta un mayor descenso porcentual en su cifra de deuda en toda Catalunya. Es, además, una de las demarcaciones españolas con el derrumbe más acusado en estos años de crisis, con un descenso que se sitúa más de diez puntos por encima de la media estatal, cuyo descenso en este período fue del 22,24%.

 

Se abre el grifo

Las familias y empresas españolas han sufrido una dura carestía de crédito durante la crisis, pero por fin el grifo ha empezado a abrirse. La liquidez proporcionada por el Banco Central Europea a la banca –que ahora obliga a que se utilice para dar préstamos y no para comprar deuda pública– ha tenido su efecto en la mayor concesión de préstamos.

El menor coste de financiación para la banca y la presión competitiva entre las entidades por captar clientes ha llevado a que se concedan más créditos, con una reducción de los tipos y una mejora en las condiciones de acceso. Según la encuesta de préstamos bancarios de abril del Banco de España, en los últimos doce meses se ha producido una «clara relajación» en los criterios de aprobación de crédito, aunque «siguen siendo relativamente estrictos desde una perspectiva histórica».

Restablecer el crédito era condición necesaria para impulsar la actividad económica. Este año, todos los bancos presumen de haber incrementado notablemente los nuevos préstamos concedidos en el primer trimestre, con las pymes y los autónomos como principales beneficiarios de la mayor actividad crediticia. Pero se parte de volúmenes tan bajos que incrementos del 70% apenas representan unos cientos de millones más.

Desde que empezó la crisis, el saldo de crédito acumulado ha caído en España en casi 385.000 millones de euros, un 22,25%. A finales de 2014 había 1,34 billones de euros de crédito bancario vivo frente a los 1,73 billones de diciembre de 2007.

El estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica y financiera que la acompañó obligó a que empresas y familias iniciaran un durísimo proceso de desendeudamiento. Aunque eso tardó algún tiempo. Durante los primeros años de la crisis no hubo reducción del endeudamiento. En 2007 el crédito creció un 16,7% y en 2008, con todas las alarmas ya encendidas, siguió creciendo un 6,48%. En 2009, el año de la primera recesión en España, el saldo se mantuvo prácticamente estable.

No fue hasta 2011 cuando se produjo el primer descenso significativo –un 3,16%– en el stock de préstamos. Un año después, España tiene que pedir a Europa el rescate para una parte del sector financiero y el grifo se cierra definitivamente. Los hogares y las empresas afrontan un despalancamiento forzoso que lleva a que el saldo de crédito caiga un 9% ese año, un 10% en 2013 y un 8,4% en 2014.

Sin embargo, el recorte en el saldo de crédito bancario no ha sido igual en toda la geografía española. En la estadística se incluyen todo tipo de préstamos (hipotecarios, consumo, a empresas) por lo que influye y mucho el peso empresarial que exista en cada zona.

Entre 2007 y 2014, las demarcaciones más afectadas por el derrumbe del crédito vivo fueron Zaragoza, con un descenso del 45,3%, Ávila (-40,87%) y Castelló. A cierta distancia pero por encima de la media se situó Tarragona con su descenso del 33,52%.

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