El placer casero de los helados

Recetas. Con ingredientes tan versátiles como el yogur y las frutas podemos preparar polos saludables

26 julio 2020 08:50 | Actualizado a 26 julio 2020 09:54
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Apetitosos, gustosos y sobre todo refrescantes. Los helados son un placer irrenunciable en verano. Si a todo esto le añadimos que pueden ser saludables, la satisfacción de saborear un polo es doble. Por ello, las recetas caseras son una alternativa con muchos beneficios siempre cuando, como explica Montse Pallarés March, dietista-nutricionista deportiva y clínica, «utilicemos ingredientes saludables, controlemos la cantidad y la frecuencia de consumo».

Otra de las ventajas de los helados caseros es que con pocos ingredientes y utensilios podemos conseguir preparaciones sabrosas. «Solo son necesarios una batidora y un cuchillo, los moldes y los palos son opcionales», detalla Montse Pallarés, mientras que de los ingredientes comenta que «los principales son cualquier fruta y algún láctico (yogur, leche, queso fresco batido, etc.) o alguna bebida vegetal sin azúcares añadidos (de arroz, avena, coco, etc.)». Así que podemos atrevernos con cualquier fruta: melón, sandía, arándanos, fresas, frambuesas, plátano, melocotón, mango, ciruela, paraguayo, etc. Las posibilidades son infinitas.

Y la guinda a las preparaciones son los toppings para dar más sabor y color a cada una de las recetas. «Podemos utilizar frutos secos, chocolate negro (mínimo 70% de cacao), trocitos de fruta, semillas de chía, coco rallado o canela Ceylan en polvo», explica la dietista-nutricionista deportiva y clínica. Por ello, y otros motivos, la experta asegura que vale la pena hacer un esfuerzo para desengancharse de los helados comerciales, ya que «estaremos ganando en salud, puesto que los helados comerciales aportan azúcares simples, grasas hidrogenadas (de mala calidad) y aditivos (aromas, colorantes, etc.)». En este sentido, sigue explicando la experta, «no debemos abusar de los helados comerciales porque son alimentos ultraprocesados que aportan una gran cantidad de energía, pero no aportan ningún nutriente, son lo que se denominan alimentos superfluos o de calorías vacías». Pero si no podemos resistir la tentación, es importante fijarse en «el listado de ingredientes para saber lo que comemos y no encontrar ningún ingrediente extraño. Tiene que tener un listado de ingredientes no muy extenso, como máximo tiene que tener 5 y que estos sean de origen natural, sin azúcares añadidos y sin aditivos», detalla Montse Pallarés.

Los helados caseros, además de aportar beneficios a nuestra salud, también contribuyen a mejorar el bienestar emocional. Tal y como explica la psicóloga y directora del Centro Psicoedúcate, Miriam Recio Ventosa, «los helados tienen efectos en el sistema nervioso y activan ciertas zonas del cerebro que nos generan bienestar a nivel emocional e incluso regula nuestro estrés. Solemos relacionarlos con situaciones placenteras como la estación veraniega, un paseo relajante, nos refresca del calor al sentir el frío, o al acabar una comida o cena, sentimos que el comerlo de postre el menú ingerido nos genere mayor satisfacción. E incluso puede generar un buen recuerdo de nuestra infancia».

El momento del día en el que tomemos un helado también puede influir más o menos en nuestras emociones. Por ello, la experta explica que «lo ideal, desde mi punto de vista, sería escoger un rato para ti, para conectar contigo, escoger tu sabor preferido y dar un paseo viviendo el presente. Busca tu momento».

También se puede establecer una relación entre el apetito emocional y los helados, como ocurre con el chocolate. «Esto puede deberse a que los helados tienen componentes, como he comentado anteriormente, que pueden ‘engañar’ al estómago y creer que nos satisface en el ámbito de la felicidad completa, pero realmente ese bienestar es momentáneo y puntual. Por lo que, cuando «nuestra relación con los helados llega a ser excesiva por conseguir esa sensación placentera, quizá los estamos utilizando de ‘parche’ emocional», concluye Miriam Recio.

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