El tercer carril se tuerce

TGN no puede seguir callada como ha hecho el Ayuntamiento esta semana

19 mayo 2017 21:42 | Actualizado a 22 mayo 2017 13:06
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Entre Santa Tecla y la campaña electoral la noticia ha pasado desapercibida, pero la posibilidad de que el Ministerio de Fomento rechace construir la interconexión de L’Arboç –que debe conectar la línea del AVE con la convencional– debería haber encendido todas las alarmas. Y, sin embargo, no lo ha hecho.

La información apareció en la página 79 de un documento publicado el jueves en el BOE. A través de ésta, el Ministerio de Fomento abría el periodo para los estudios públicos del proyecto. Las mismas conclusiones del documento ya puntualizan que no puede asegurarse que la interconexión –ya sea en L’Arboç o en Vilafranca del Penedès– tenga una rentabilidad económica y/o social.

Después de llenarnos la boca exigiendo que las inversiones en infraestructuras tengan una rentabilidad económica, esta frase puede suponer la sentencia de muerte.

Los que tienen interés en que esto no siga adelante ya disponen de los argumentos para aparcar una intervención cuantificada en unos 3 millones. Una suma que dentro de un presupuesto de Fomento da risa. Y más si tenemos en cuenta que está acostumbrado a pagar facturas de hasta seis millones por kilómetro de AVE.

Está claro que sin la interconexión de L’Arboç el proyecto del tercer carril pierde una pata que era clave para que los tarraconenses «aceptasen» que los trenes sigan pasando por su litoral.Se tuerce un proyecto que inicialmente estaba pensado para las mercancías, pero que conseguía mejorar el servicio para los usuarios hasta Barcelona, reduciendo el tiempo de viaje en 45- 50 minutos.

Porque, si finalmente no hay interconexión de L’Arboç, ¿vale la pena el fuerzo?, ¿le compensa a la ciudad de Tarragona el tercer carril? ¿o estamos de nuevo rebajando aquellas exigencias mínimas que se habían exigido como contraprestación?

La mejora de la estación está presupuestada a la espera de redactarse el proyecto. No olvidemos que ya debería haberse acabado hace muchos años. Las pasarelas las acabará pagando el Port, y de momento ya llevan un mes y medio de demora según el calendario previsto inicialmente. Y la mejora del servicio para los pasajeros queda en el aire. Menudo negocio.

Pero es que, más allá de mejorar el deplorable servicio actual, la ciudad de Tarragona puede quedar huérfana de una oferta de trenes con cara y ojos dentro de muy pocos meses.

La inminente puesta en funcionamiento del nuevo tramo Vandellòs- La Secuita facilitará que los convoyes que hacen el recorrido Barcelona- Valencia paren en Perafort. Lo que supondrá perder los 23 Talgos y Euromed que a diario hacen el trayecto entre la capital Comtal y València y viceversa.

Más de veinte convoyes que a día de hoy paran en la estación de la Plaça de la Pedrera, que quedará relegada a los trenes de media distancia y cercanías.

El tercer carril no es exclusivamente un proyecto de Tarragona ciudad, como tampoco lo es la interconexión de L’Arboç. No obstante, sí que es la que saldrá más perjudicada si todo no sigue adelante según lo previsto.

La presión y la unidad para defender una hoja de ruta que, más o menos era unánime, será determinante. Tarragona no puede seguir manteniéndose callada como ha hecho en los últimos días el Ayuntamiento, que ha rechazado dar a conocer su postura.

Más allá de amenazas sobre movilizaciones y de recogidas de firmas, el Ayuntamiento debe ser consciente de lo que perderán sus ciudadanos. De nada servirá que sigamos lamiéndonos las heridas por la mala ubicación de una estación de Perafort, que muy pronto tendrá más servicios que la del centro de la ciudad.

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