El transporte en Tarragona ha perdido 4.390 empleos

El sector está constatando un repunte en la actividad, después de siete años en los que la caída del tráfico de mercancías ha sido del orden del 40%

19 mayo 2017 22:20 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:38
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Uno de los indicadores más precisos para saber cómo va la economía es el sector del transporte, que en periodos de crisis también es el primero en registrar la caída de actividad. Si no hay demanda, no hay tráfico de mercancías, y esto ha acabado con un gran número de compañías que ahora, después de siete años, están empezando a ver una ligera recuperación.

Según datos de la Seguridad Social, la demarcación de Tarragona ha perdido 4.390 profesionales afiliados en los últimos siete años. Un total de 3.702 empleos eran asalariados inscritos al régimen general, en la categoría de transporte y comunicaciones, mientras que los otros 688 eran autónomos.

Esta destrucción de puestos de trabajo se traduce en que, un sector que había empleado a 16.866 personas en la provincia, se ha quedado en 12.476 (según las últimas estadísticas correspondientes a diciembre de 2014).

El secretario general de la Federació Empresarial d’Autotransport de la provincia de Tarragona (Feat), Josep Lluís Aymat, pone en valor que «pese a que es una actividad que pasa muy desapercibida, emplea a alrededor de 800.000 personas en España».

A partir de 2013, la actividad quedó muy tocada. De las cerca de 5.000 empresas de transporte que había en la demarcación, tan solo quedan 3.414, de las cuales 2.826 se dedican a las mercancías y otras 588 a los viajeros. Aunque Josep Lluís Aymat reconoce que principalmente se ha visto afectado el primer grupo. «Los viajeros son más estables, mientras que el transporte de mercancías ha caído del orden del 40%», asegura. La destrucción de empresas la ha notado la Feat, que en este periodo ha perdido alrededor de 500 asociados.

 

Sector de pymes

El del transporte es un sector en el que la pequeña y mediana empresa tiene un peso muy significativo. Y éstas han pasado por importantes apuros a partir del momento en el que incrementó la morosidad, al mismo tiempo que soportan una fuerte fiscalidad y un creciente precio de los carburantes.

Según describe Josep Lluís Aymat, las empresas que han resistido en mejores condiciones son las que «estaban poco o nada endeudadas, habiendo amortizado las inversiones de compra de activos o mejora de la flota».

Las compañías han aguantado con un parque de vehículos más pequeño. Ahora la actividad aún no se ha normalizado, aunque tímidamente está registrando una cierta mejora. «Hemos constatado un pequeño incremento de la actividad, que aún no es demasiado significativo, y que esperamos que se consolide en los próximos meses», describe Aymat.

Prueba de esta recuperación es que en lo que va de año el tráfico en las autopistas ha incrementado del orden del 6%. Además ha aumentado el consumo de carburantes y las ventas de vehículos industriales. «Era inevitable, porque habíamos llegado a una situación que si no se producía un repunte todos nos habríamos visto obligados a cerrar», argumenta.

Pese a ello, los precios de los servicios se han ajustado. «Estamos en un escenario en el que espero que las empresas hayan entendido que no pueden embarcarse en crecimientos insostenibles, abarcando un mercado muy extenso, que hará que el servicio no sea rentable», lamenta Aymat.

El secretario general de la patronal tarraconense reparte responsabilidades. Aymat denuncia que, aprovechando la vulnerabilidad del colectivo, hay clientes que «solicitan un servicio, rompiendo los precios, que lo único que consigue es contribuir en arruinar al colectivo».

 

Camiones más antiguos

Cuando el tráfico de camiones vuelve a ser notorio en las carreteras, el parque móvil ha envejecido. La antigüedad media de los vehículos de gran tonaje estaba en cuatro años de vida. Ahora ha subido hasta los siete.

Pese a ello, los profesionales del sector niegan que esto incremente el riesgo para la seguridad. Argumentan que las inspecciones que tienen que pasar los camiones son más exigentes que las que pasan los turismos particulares, y que estas revisiones son el indicativo básico que acreditan que el vehículo, pese a llevar más kilómetros, puede seguir en la carretera.

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