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¿La situación actual entra dentro de las previsiones?
Siendo un virus nuevo, no sabemos demasiado sobre él, pero si analizamos lo ocurrido en otros países, vemos que siempre ha habido un incremento gradual de casos. Todo hace pensar que nos vamos a mover en parámetros parecidos a los de Italia. En España se están tomando medidas, algunas de ellas impopulares, pero que pueden ayudar a frenar la diseminación. Limitar la congregación de personas en zonas es importante para evitar la transmisión del virus a través de gotas, igual que el cierre de colegios y favorecer el teletrabajo, que deberían llegar a todo el país.
En las regiones sin colegio se está viendo a decenas de niños en los parques. ¿Es una práctica aconsejable?
La idea de anular la escolarización está destinada a evitar que los niños se congreguen en espacios cerrados y estén juntos durante un tiempo que favorezca la transmisión. ¿Los niños pueden salir a la calle de paseo? Por supuesto. ¿Se deben congregar en grupos, en terrazas, en columpios, en partidos de fútbol? No. Cada familia debería tener un correcto aislamiento, una situación en la que estemos en el ámbito familiar unos con otros, pero tratando de evitar reuniones que no son necesarias. Hay que compaginar una vida normal en la que uno duerme, se alimenta, descansa, sale a hacer la compra y se da un paseo con intentar mantener un contacto mínimo con otras personas porque es la forma de frenar las cadenas de transmisión.
¿Podemos hacer más para frenar la expansión del virus?
Podemos y debemos hacer más para frenar el virus. Hay que trasladar el mensaje de que las medidas de contención funcionan si se siguen. La población debe ser consciente de la gran responsabilidad individual que tenemos para llevar a cabo las medidas en cuanto a higiene de manos, limitar el contacto social, suspender las reuniones innecesarias… Las buenas prácticas nos afectan a todos y nos conciernen a todos.
¿Yqué pasa con las personas mayores?
Se tienen que proteger especialmente, intentar no mantener contacto alguno con personas que estén infectadas o tengan síntomas de una infección respiratoria, y deben tener un cierto aislamiento: si quieren, pueden salir a la calle a darse un paseo, pero sin contacto físico con otras personas.
¿Está preparada la sanidad española para una crisis sanitaria como ésta?
La sanidad española tiene muchos medios y puede hacer frente a situaciones complicadas, pero para llevar a cabo una mejor asistencia a los pacientes hay que limitar el número de nuevas infecciones, que el número de casos crezca lentamente y no de forma abrupta, de modo que el sistema no colapse. El sistema sanitario es bueno, tiene magníficos profesionales y recursos, pero también se debe ver apoyado por una correcta acción por parte de las autoridades de salud pública para frenar el incremento de casos, de manera que se pueda atender prioritariamente a los pacientes más graves.
¿Se puede estimar cuándo acabará la pandemia?
Dar una fecha sería aventurarse demasiado. Todos los días estamos conociendo nuevos datos y no sabemos cómo factores como la meteorología o las medidas de los gobiernos afectarán al virus. Tampoco sabemos de qué modo la población las seguirá. Hemos visto que en China la situación está medianamente controlada y el número de nuevos casos está descendiendo porque las medidas de contención funcionan. Si se llevan a cabo bien, veremos el final de esta circulación del virus antes.
¿Aislar las ciudades es una medida razonable?
Las medidas deben ser graduales. Antes que cerrar una ciudad habría que clausurar los transportes públicos, favorecer el teletrabajo y la jornada reducida o implantar turnos en la plantilla.
El coronavirus, el SARS, la gripe aviar, el ébola… ¿Está la humanidad abocada a convivir con este tipo de virus?
El hecho de haber visto en los últimos años emerger distintos patógenos que antes pasaban inadvertidos habla bien de nuestra capacidad diagnóstica. No sabemos si habrá más, sí sabemos que tenemos mejores técnicas para detectar y describir nuevas infecciones y vigilar su evolución.
