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El Joker, el enemigo número uno de Batman, ha sembrado la locura entre los cinéfilos y quienes aspiran a ser actores. Lo que al principio apuntaba a un spin-off desfasado y truculento, ha acabado por ser un estupendo filme que narra el camino a la locura y el mal del cómico fracasado Arthur Fleck (Joaquin Phoenix), un hombre ignorado por la sociedad, cuya motivación en la vida es hacer reír. Pero una serie de trágicos acontecimientos le llevarán a ver el mundo de otra forma.
El de Phoenix es un Joker brutal, por encima del villano de la ciudad de Gotham, sumida en el caos y la violencia, y donde la ausencia de moral le llevaran a sucumbir en sus constantes aspiraciones por hacer reír.
Su interpretación huele a nominación de los Oscar y veremos, incluso, si no lo acaba ganando. En ese caso se daría la curiosa circunstancia de que un mismo personaje, el del Joker, habría ‘ganado’ la preciada estatuilla con dos actores diferentes. El de la edición de 2008, entregado en 2009, el australiano Heath Ledger ganó el Oscar como mejor secundario por el papel de Joker en El caballero oscuro. En febrero sabremos si el Joker, con la cara de Phoenix, repite triunfo.
Para alcanzar esa meta, el actor nacido en San Juan de Puerto Rico ha tenido que trabajar duro, construyendo un personaje durante ocho meses. Le ha dado no sólo un aspecto que no logró ni Jared Leto en Escuadrón suicida sino unas formas (y una risa) que evocan su tormentosa historia personal.
Porque la cinta se adentra en las razones que empujaron a aquel payaso a la psicosis, adentrándose en su vida familiar, laboral y amorosa, previo permiso de DC Comics. En Joker podremos apreciar la evolución de un payaso que se esfuerza por hacer reír y repartir felicidad en su ciudad hasta entrar en una vorágine criminal y ponerse al frente de una revuelta de delincuentes, sembrando el pánico.
La película de Todd Philips (Resacón en Las Vegas) es una innovadora apuesta que seguramente va a trasctocar los filmes basados en cómics gracias a su intensidad y originalidad. Y, por supuesto, la interpretación de Joaquin ‘Jokin’ Phoenix, permítanme el juego del nombre con el título.
De verdad, este Joker hiela la sangre por su brutalidad, mientras nos muestra mediante una fábula la amoralidad e hipocresía de esta sociedad respetable. El filme logra su primer objetivo: perturbar, mientras ahonda en el segundo, conmover. Dos metas logradas gracias al trabajo del dúo Philips (dirección)-Phoenix (interpretación) y a un guión que consigue convencer seamos o no fans de DC Comics.
Realismo y oscuridad pasados por el tamiz de la insana crudeza. Una extravagancia en la que orden y podredumbre se contraponen para mostrarnos la cara más demente, la de un payaso fallido convertido en un perturbado dispuestos a alterar todas las reglas.
El detective German Areta vuelve con la precuela de 'El crack Cero'
Siete años después de Holmes & Watson, José Luis Garci regresa al cine con una precuela de El crack. Carlos Santos retoma en El crack cero el papel que supuso un punto de inflexión en la carrera de Alfredo Landa, el detective German Areta, y Miguel Ángel Muñoz el de 'el Moro', su fiel escudero, que en las dos películas originales era interpretado por Miguel Rellán.
Seis meses después del suicidio del afamado sastre Narciso Benavides, una misteriosa y atractiva mujer casada visita a Germán Areta, prestigioso ex policía de la Brigada Criminal y ahora detective privado, para que inicie una investigación sobre el ‘Caso Benavides’.
El concierto se grabó durante dos noches consecutivas, en enero de 1972, en una iglesia de Los Ángeles. Una joven pero ya consagrada Aretha Franklin, vestida con túnica y concentrada, lleva al éxtasis a los feligreses canción tras canción en un recital de góspel que ha tardado 46 años en ver la luz.
Las sesiones fueron filmadas por un equipo de rodaje liderado por Sydney Pollack, pero el oscarizado director de Memorias de África o Los tres días del cóndor cometió un error de principiante, no utilizar claqueta, con lo que una vez en la cabina de edición se encontró con cientos de tomas de video y de audio sin sincronizar.
Mientras el disco resultante, Amazing Grace, fue un bombazo inesperado para una diva que llevaba años fraguando éxitos pop, las bobinas rodadas por Pollack languidecieron durante años en algún almacén hasta que la historia llegó a oídos del productor musical Alan Elliott, un apasionado del góspel y de ese álbum en particular.
Basada en la historia real sobre cómo Antonia Brico se convirtió en la primera mujer del mundo en dirigir con éxito la Orquesta Filarmónica de Berlín. Arranca en los años 20, cuando era apenas una niña, Antonia Brico (Christanne de Bruijn) y sus padres emigraron a Estados Unidos.
