'La Manada violó a la joven de manera organizada'

La fiscal cree que en el caso de la chica vejada por cinco individuos en Sanfermines se dieron los supuestos de la agresión sexual

28 noviembre 2017 11:27 | Actualizado a 30 noviembre 2017 14:17
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Los cinco jóvenes integrantes de ‘La Manada’ violaron a la jóven madrileña durante los Sanfermines de 2016 de una manera «conjunta y organizada», lo que se tradujo en una situación de «sometimiento» para la víctima, que se quedó «sin posibilidad de reacción», según aseguró ayer la fiscal Elena Sarasate ante la Audiencia de Navarra. Si de una forma se puede calificar la defensa que realizó la fiscal  para justificar los 22 años y 10 meses que pide para cada uno de los acusados es de «contundente». Tal es así, que los abogados de las acusaciones se limitaron a incidir en algunos aspectos y a formular un escueto «nos adherimos a los expuesto por la Fiscalía».

La conclusión de Sarasate fue que aquella noche del 6 al 7 de julio, en el portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona, la denunciante fue objeto de «una agresión sexual brutal y humillante». Para llegar a tal conclusión, la fiscal enumeró los tres supuestos precisos para una agresión sexual: violencia, humillación y ausencia de consentimiento. Para la fiscal, hubo violencia, aunque no dejaran marcas. La propia forense advirtió de que entre el 30% y el 50% de las agresiones sexuales no provocan lesiones. Acciones como «agarrarla de los brazos, taparle la boca y decirle que se callara ya fue violencia». Pero, además, cree, se produjo una «intimidación gravísima». «Con  cinco varones y en el lugar donde se encontraban, no tenía otra opción racional que someterse», afirmó.

Todos los actos que realizaron en ese portal, defiende, supusieron una humillación para la víctima. «En los vídeos se ve a varios varones realizando actos sexuales. La sujetan y la controlan como les interesa. En todo momento se ve a una persona inferior, rodeada en todo momento de cinco jóvenes mucho más corpulentos que ella», apuntó la fiscal. Y respecto a los audios, aseguró que las frases que se dirigían a ella son «todo imperativos». Tampoco ve consentimiento. 

Pero también sustentó su acusación en las «contradicciones determinantes» en que dice que incurrieron los acusados durante su declaración. Recordó que «ella era una chica de 18 años perfectamente normal, con una vida sexual normal» y dudó de que «en siete minutos de conversación se va con unos desconocidos, con cinco, y practican sexo sin preservativo», explicó restando toda credibilidad a la versión de los acusados, que «actuaron de forma conjunta y organizada» y «cuando terminaron y consiguieron lo que querían, la dejaron tirada y semi desnuda».                     

No sabía que la grababan

Sarasate dudó de las palabras de la agente de la policía municipal que redactó la denuncia de la joven y que afirmó que la victima le había reconocido que sabía que le habían grabado. Respecto a los agentes que la atendieron, recordó que «la encontraron en estado de shock, con dificultad de sacarle dos palabras seguidas, y no por el alcohol». También descartó otras pruebas como la declaración del vigilante del Hotel Europa. En su comparecencia en el juicio, recordó, no reconoció a los acusados y la descripción que dio de la joven no coincidía «en absoluto» con la víctima.

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