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La Organización de Consumidores y Usuarios, a través de su publicación Fincas y Casas, ofrece una serie de consejos prácticos para aquellos que vayan a reformar su hogar. Desde la OCU recuerdan que una obra no es algo que se haga con frecuencia, por lo que es fácil que se cometan errores que puedan provocar problemas, tanto de encarecimiento del coste final como de retrasos o de disputas con vecinos.
La primera recomendación que hay que seguir, según la Organización, es hacer una buena reflexión sobre qué es lo que se quiere. Dedicar tiempo a la definición de la obra e identificar sus necesidades y preferencias es fundamental.
En segundo lugar, hay que revisar todas las implicaciones, pues una vez que se ha comenzado una obra cuesta el doble de tiempo y dinero no haber pensado en todas las consecuencias de una simple reforma. Generalmente, para las pequeñas obras domésticas no compensa contratar los servicios de un arquitecto o diseñador. Pero sí resulta muy conveniente contrastar nuestra idea con alguna persona que tenga más experiencia en obras. Otro elemento a tener en cuenta es la planificación de la obra. No se deben olvidar los permisos o licencias que exija el ayuntamiento en función de la obra. Y si se vive en una comunidad de propietarios, se deben tener en cuenta dos cosas: las normas sobre permisos necesarios para realizar obras y las medidas para evitar conflictos innecesarios.
OCU informa que contar tanto con un presupuesto detallado firmado antes como con una factura de las obras después, con su correspondiente IVA, es imprescindible para poder exigir responsabilidades por mala realización. Si se dan determinadas condiciones y requisitos, el tipo aplicable no es del 21%, sino el reducido del 10%.
