La contratación de orquestas se recupera después de tocar fondo

Tras un batacazo del 40% por los recortes, el negocio de las bandas suma su segundo año de leve mejoría, que ronda el 5%. El respiro económico municipal es el principal factor

19 mayo 2017 22:04 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:26
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Tarragona está de verbena. El cénit de la actuación en directo llega este fin de semana, con media provincia celebrando su fiesta mayor y poniendo un año más a prueba la contratación de los ayuntamientos, otro termómetro que sirve para medir si la recuperación económica se palpa, por fin, en la calle. Por segundo año consecutivo, la dinámica es positiva, aunque la mejora es ligera y no compartida por todos.

Después de tocar fondo en 2013, al año siguiente, en parte por ser preelectoral, se notó una mínima reacción en el sector, lo que invitaba a un optimismo moderado. Esa inercia se prolonga ahora. «Hay un poco más de alegría en la contratación. Se invierte más o menos lo mismo en orquestas, pero se opta por añadir complementos como parques infantiles. Quizás los ayuntamientos tienen algo más de capacidad económica. La tendencia es positiva», define Carlos Barceló, gerente de Organizaciones Artísticas Barceló, una firma con sede en Móra d’Ebre que lleva a más de 40 orquestas.

 

Ligera mejora

Atrás quedan años aciagos, con un descenso del negocio que puede rondar el 40%. «El tema se mueve un poco pero hemos tenido que bajar precios, vamos muy ajustados, pero hay pueblos que están bien, así que nos está yendo algo mejor», comenta Toni Biarnés, de la orquesta Tangara, de Ascó, habitual en poblaciones del Priorat y que en todo el año alcanza las 40 actuaciones. Manolo Roca, de la orquesta tortosina Pensylvania, también corrobora la mínima mejora: «Quizás estamos algo mejor, este año haremos entre cuatro y cinco conciertos más». Su orquesta perdió alrededor del 50% de actividad.

Según las cifras de la Associació Professional de Músics de Catalunya y la Associació de Representants, Promotors i Mànagers, el número de bolos de las diez principales formaciones orquestales catalanas experimentó en 2014 un crecimiento del 3%. Tres orquestas tradicionales lideran el top con un empate histórico a 122 actuaciones, con un descenso del 10% de la Selvatana y un ascenso de la Principal de la Bisbal (9%) y la Maravella (15%). «Estamos prácticamente igual, aunque quizás un poco mejor que otros años, lo que pasa es que debido a las elecciones todo se ha retrasado más y se ha hecho a última hora», lamenta Martí Coll, portavoz de la orquesta Girasol, otro combinado clásico de la provincia que este año ha llevado su espectáculo a poblaciones como Picamoixons, Vilallonga, Torredembarra, Puigpelat o Vallmoll.

Con la constitución de los ayuntamientos en junio, la contratación ha quedado para última hora y ha mantenido en vilo a muchas formaciones. «Un 70% de contratos se han firmado a última hora, con muchas prisas», indica Carlos Barceló.

No siempre la lectura de cómo está yendo el verano es positiva. «Estamos igual que siempre. Quizás a las orquestas que tienen el caché más bajo les va un poco mejor. A lo mejor se nota un poco más de actividad, pero es un incremento mínimo», cuenta Antoni Espinòs, miembro fundador de Cimarrón, histórica orquesta de Tortosa nacida en 1971. Entre los combos más veteranos se encuentra la Orquestra Melodia, de El Vendrell, una formación que vio la luz en 1931. Xavi Torné, uno de sus músicos, describe la evolución: «Hasta el año pasamos nos mantuvimos. Antes de la crisis podíamos hacer entre 35 y 40 conciertos al año, generalmente englobados en verano. En los años de la crisis bajamos a 25, 27, 24, dependía del año, pero en 2014, a pesar de que algunos decían que había cierta recuperación, bajamos a 16. Ahora estamos en ese nivel».

La Orquestra Rosaleda ha notado cierta mejoría: «Estamos algo mejor, aunque las elecciones no han ayudado. Tenemos algún concierto más en septiembre. Creo que las cosas están más claras en los ayuntamientos. Ya no hay ese regateo de antes, en el que prácticamente negociabas con el concejal, que te pedía una rebaja», cuenta Xavier Planes, representante de esta orquesta habitual en las comarcas tarraconenses: Sarral o Móra d’Ebre figuran entre sus paradas estivales.

 

La competencia modesta

Las orquestas de gran formato se están topando con la dura competencia de los grupos más pequeños, con menos infraestructuras y un precio más asequible pero capaces de ofrecer shows similares. «Hay ayuntamientos que piensan: ‘Si no puedo contratar a la orquesta de 15 músicos, que venga una de cinco. Llevan gran parte de la música secuenciada, programada en el ordenador. Cantan bien, tienen contacto con el público, pero el espectáculo no es igual», se queja Xavi Torné. «Abundan los tríos, los cuartetos, que pueden llegar a sonar como una orquesta, pero no es lo mismo. Le dan a un botón y ahí suena hasta la filarmónica de Berlín», cuenta Toni Biarnés.

La orquesta Aquàrium, con 28 años de trayectoria, tiene este verano compromisos en Falset, Santa Oliva, Sant Pere i Sant Pau o Calafell. «Uno de los problemas actuales es que los programadores de fiestas mayores prefieren contratar grupos amateur, que actúan a cambio de bocadillos y bebidas, en lugar de orquestas y conjuntos de baile de calidad», apunta Toni Álvarez, bajista y cantante. También constata que la contratación, al menos, ha dejado de caer, amortiguando el batacazo del último lustro: ha pasado de los 60 bolos al año a unos 35.

El dj y la disco móvil se han convertido en alternativas asequibles para las concejalías de fiestas, más todavía cuando el sector, aún en pie de guerra, sigue viéndose gravemente perjudicado por el 21% del IVA. Algunos músicos denuncian el pago en negro y el alto porcentaje de economía sumergida.

Comentarios
Multimedia Diari