«La gente tendrá pensiones más bajas de lo que espera»

¿Hay que reformar el sistema de pensiones?

En 2011 y 2013 ya se emprendieron dos reformas para garantizar la sostenibilidad del sistema cuando se llegase al punto álgido de la jubilación de la generación del baby boom, es decir en torno al año 2030. Aquellas reformas iban en dos direcciones.

¿Cuáles?

Reducir la ‘generosidad’ de las pensiones actuales, con el Índice de Revalorización, y de las futuras. Se intentó limitar el gasto, no aumentar los ingresos.

Ahora no hay suficientes cotizaciones, aunque se reduzcan los gastos en pensiones.

Ya tenemos déficit por culpa de la reforma laboral y el modelo productivo. Han generado mucha ocupación, pero con unos salarios muy bajos y con contratos bonificados. Entran trabajadores en el sistema, pero no aportan nada o aportan menos.

Ese Índice de Revalorización, inferior al IPC, provocaba que los pensionistas perdiesen poder adquisitivo. Ahora el Gobierno promete subirlas al ritmo del IPC.

¿Y como se garantiza la sostenibilidad? Se recorta el gasto en las pensiones futuras. Por ejemplo, se alargan los años de cálculo de la pensión. Ésta será más baja en comparación con el salario que se percibe.

Saldremos perdiendo.

Ahora la pensión equivale más o menos a un 80% del sueldo. Con la reforma ya aprobada será del 55%. La gente tendrá una pensión mucho más baja de lo que espera, sobre todo si se compara con los pensionistas actuales. Ahora se dice que al jubilarte cobras más o menos lo mismo. Dentro de 20 años no será así.

¿Esto es inevitable?

Ya está aprobado, pero la sociedad no es consciente. Los políticos no transmitieron el impacto real de la reforma. La pregunta es: ¿por qué no buscamos más ingresos? Además deberíamos sacar del sistema las pensiones no contributivas, como las de viudedad y orfandad. Son solidaridad pura. Financiémoslas a través de los impuestos. No habría tanto riesgo de déficit.

¿Qué solución puede haber?

Fomentar que las empresas estén obligadas a hacer planes de pensiones privados a sus empleados. En Alemania y Francia los jubilados también cobran la mitad de su salario, pero todo el mundo dispone de planes de pensiones que les han hecho las empresas.

El trabajador también puede hacerse un plan de pensiones.

Claro. Pero tiene que tener capacidad de ahorro y si los salarios son bajos... ¿Qué capacidad de ahorro tiene?

Es un círculo vicioso. Si no tienes un buen sueldo, no puedes ahorrar y la pensión será ínfima. ¿Qué más soluciones puede haber?

Limitar las bonificaciones a los contratos y aumentar las bases de cotización. Hay que obtener más ingresos. Si no, tendremos una sociedad envejecida y en riesgo de pobreza.

¿Y retrasar aún más la edad de jubilación?

El problema no es la edad legal, sino la real. La media actual está en los 63 años porque hay muchas jubilaciones anticipadas y prejubilaciones.

¿Alargar la edad de jubilación perjudica la entrada de los jóvenes en el mercado laboral?

No, porque no hay un número fijo de trabajos que nos tengamos que repartir. Hay que impulsar la inversión productiva, la innovación, la tecnología, la emprendeduría, el talento, los trabajos de calidad... Es problema del modelo productivo.

¿Haría falta más control de la economía sumergida? Algunos sectores pagan gran parte del salario de su trabajador en negro. No los citaré, pero todos sabemos cuáles son.

La economía sumergida es una de las dos grandes amenazas al Estado del Bienestar. La otra son las estrategias de elusión fiscal. Por ejemplo, el tipo impositivo que pagan las grandes empresas es superior al de las pequeñas y medianas.

¿El trabajador debería estar maś concienciado y no aceptar el pago en negro?

Muchos trabajadores no tienen demasiadas alternativas, pero es importante la concienciación social de que hay que financiar los servicios públicos.