La gestión de la comunidad en buenas manos, garantía de tranquilidad

Llegar a casa y que todo esté en orden. Abrir la puerta, que el portal esté limpio, las luces en funcionamiento, el ascensor en marcha... Un gesto cotidiano que sólo se valora cuando ocurre un problema. Para evitar que eso suceda existe la figura de los administradores de fincas, unos profesionales que se encargan de administrar de forma habitual y continuada las fincas de terceros.

La función de los administradores de fincas va mucho más allá del control de ingresos y gastos de una comunidad de vecinos. Se encargan de gestionar propiedades horizontales y verticales de forma integral, desde encargarse del mantenimiento del ascensor o los extintores, hasta mediar por una buena relación entre los vecinos.

«Hace 80 años cuando empezó esta profesión se limitaba a hacer el control de ingresos y gastos, pero con el paso de los años las comunidades son cada vez más complejas y no sólo incluyen ascensor, sino que puedes contar con el mantenimiento de una piscina, zonas lúdicas o deportivas... La profesión ha ganado mucha importancia dentro de nuestra sociedad», explica Rosalia Papiol, miembro de la junta directiva del Col·legi d’Administradors de Finques de Tarragona. 

Los administradores de fincasse encargan de administrar de forma habitual y continuada las fincas de terceros

El papel de un administrador es preocuparse de todas las gestiones relacionadas con la finca y del cumplimiento de la normativa vigente en todas las materias. En este sentido, es muy importante estar actualizado para cumplir con la legislación. «Los administradores recibimos formación e información de forma constante», señala Papiol. «Existe un control bastante estricto en todo aquello que puede comportar un riesgo, como los ascensores, los extintores, las obras... Una comunidad debe velar por el cumplimiento de toda esta normativa y, de alguna manera, esa responsabilidad de control la delegan en los administradores», cuenta.

Desde el Col·legi d’Administradors de Finques de Tarragona, que engloba a unos 250 profesionales de la provincia, ofrecen a sus colegiados formación continuada a través de sesiones, talleres y cursos sobre varios aspectos de la gestión inmobiliaria. El colegio también ha lanzado varias campañas de concienciación para que todas las comunidades se aseguren de contar con un profesional colegiado. Eso, aseguran, aporta unas garantías y un respaldo que puede ser clave en el día a día pero también frente a asuntos conflictivos.

Algunos de los problemas más comunes actualmente en las comunidades de vecinos son los ocupas y la morosidad

Algunos de los problemas más comunes actualmente en las comunidades de vecinos son los ocupas y la morosidad. En este segundo caso, «si la gestión de la comunidad se ha llevado bien, siempre será menos complicado llegar a cobrar a los morosos», asegura Papiol. 

Uno de los mecanismos con los que cuentan los administradores de fincas para la resolución de problemas de morosidad y otros conflictos es la mediación. Se trata de un proceso extrajudicial que permite llegar a un entendimiento entre las partes, en el caso de que exista una voluntad, de una forma más rápida y económica que por la vía judicial.

El intrusismo laboral, cuando lo barato sale caro
Uno de los grandes retos que afrontan los administradores de fincas es erradicar el intrusismo laboral. Se trata de una práctica que está muy extendida en el sector y que se ha visto agravada en los últimos años de crisis económica.

Desde el Col·legi d’Administradors de Finques de Tarragona recuerdan la importancia de contar con un profesional colegiado que ofrezca todas las garantías y alertan de que se están encontrando muchas comunidades con problemas derivados de una mala gestión.