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La gestora de Ciudadanos ha aprobado por unanimidad abrir ya cauces de diálogo con el PP y el PSOE para explorar posibles pactos electorales en Catalunya, Galicia y el País Vasco con el fin de frenar los movimientos independentistas en esos territorios en los que previsiblemente se celebrarán comicios este año.
Tras las explicaciones de Inés Arrimadas, que acudió ayer miércoles a la reunión de la gestora para detallar su propuesta, denominada Mejor Unidos, la ejecutiva interina ha decidido apoyarla y poner en marcha el grupo de trabajo creado en diciembre en previsión de que pudiera haber comicios, señaló la portavoz de este órgano, Melisa Rodríguez, en rueda de prensa.
Se trata de una fórmula «transversal» abierta también a la sociedad civil, pero dirigida sobre todo al PP, que tiene más una idea de acuerdo electoral global, y al PSOE. Una propuesta que siguen haciendo «extensible a los socialistas, dijo Melisa Rodríguez, pese al rechazo manifestado abiertamente por el PSC, con la esperanza de que recapacite ante «tanta amenaza nacionalista» y pongan por delante el interés general, más allá «del ombligo de Sánchez».
¿Y Lorena Roldán?
Tampoco confirmó la portavoz Melisa Rodríguez si la líder de la formación naranja en Catalunya, la tarraconense Lorena Roldán, sería quien encabezaría una eventual candidatura conjunta a la Generalitat, y se limitó a afirmar que es la persona que ha ganado las primarias y que en esta reunión no se ha hablado de nombres.
Este grupo de trabajo, que se creó el 16 de diciembre y se ha reunido en alguna ocasión, según la portavoz, está formado por diez dirigentes de la gestora, entre ellos el presidente de este organismo, Manuel García Bofill; José María Espejo, Fran Hervías, Joan Mesquida, Carlos Cuadrado, Marina Bravo, Melisa Rodríguez y Miguel Gutiérrez.
El bloque crítico de Cs que lidera Francisco Igea tiene ya lista la enmienda a la totalidad al borrador de Estatutos de la gestora, donde plantea poner fin a «la estructura piramidal actual» con una Ejecutiva que -asegura- mantiene el poder absoluto y acabar así con el modelo «de red clientelar».
