La hipocondría se hace más visible por el auge de Internet

Al menos dos de cada 10 individuos con trastorno de ansiedad por enfermedad deciden automedicarse por sus búsquedas en la red

08 enero 2018 11:03 | Actualizado a 08 enero 2018 11:12
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El trastorno de la hipocondría, estar convencido de padecer una enfermedad grave por una mala interpretación de síntomas, se ha convertido en una enfermedad cada vez más arraigada, entre otros factores por el auge de internet.

Aunque la hipocondria o hipocondriasis es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por una preocupación excesiva por padecer o llegar a padecer una enfermedad grave del que se tiene conocimiento desde hace muchos años, el auge del internet lo ha hecho más visible, considera la psiquiatra Cristina Lóyzaga.

«Antes de internet la búsqueda de información se hacía en bibliotecas, libros, revistas médicas. Ahora se accede a la información desde una computadora, pero los pacientes no tienen los elementos teóricos ni el juicio clínico para interpretarla», estima Lóyzaga.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, dos de cada 10 individuos con trastorno de ansiedad por enfermedad deciden automedicarse por los resultados de sus búsquedas en internet, lo que puede tener graves consecuencias en la salud.

Las personas se sienten enfermas todo el tiempo, además de tener pensamientos fatales sobre su salud, e invertir tiempo y dinero en tratamientos

«Con este tipo de pensamientos aparecen otro tipo de ideas como por ejemplo, tener una enfermedad y que nadie la detecte, sufrir de un infarto y que nadie lo ayude y tienen miedo a morir», explica la experta.

La especialista del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF) detalla que las personas hipocondríacas, que en su mayoría se ubican en el grupo de edad de entre 20 y 40 años, presentan una tensión que los lleva a sobreprotegerse.

«Si la persona detectó primero una taquicardia, una erupción en la piel o algo parecido, va a estar revisándose continuamente la piel, tomándose la presión a diario o la temperatura múltiples veces al día», señala.

El principal problema con este trastorno es la dificultad del diagnóstico ya que existe gran ignorancia en el ámbito médico por lo que, en promedio, en México pasan siete años antes de que un paciente pueda ser diagnosticado.

«Los propios médicos piensan que es hipocondríaco, abusan de su preocupación y es un pacientes que llega a ser molestos, pero no se le da una psicoeducación, una información adecuada para explicarle que lo que requiere es atención especializada», dice la experta.

Además, detalla que con frecuencia estos pacientes caen en manos de profesionales de la salud que les someten a estudios de laboratorio o incluso quirúrgicos «aunque saben bien que la persona no tiene nada».

El grave problema, argumenta, es el daño colateral que puede tener la enfermedad no solo en la salud de los pacientes sino en su vida cotidiana.

«La persona tiene mucha ansiedad que le provoca un deterioro en el funcionamiento global, ocupa más tiempo y dinero que lleva a una disfunción en su trabajo, estudio, desempeño social, o de pareja», asegura.

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