La reunión entre representantes de Unión Sindical Obrera (USO) y del Sindicato de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (Sitcpla) con Ryanair, en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), a la que los sindicatos acudían ayer martes con «pocas esperanzas», finalizó sin acuerdo, por lo se mantiene la huelga de diez días anunciada para septiembre, ante la intención de la compañía de cerrar bases.
Ambos sindicatos han convocado diez días de huelga en septiembre (1, 2, 6, 8, 13, 15, 20, 22, 27 y 29) para impedir la intención de la compañía de cerrar las base de Gran Canaria y Tenerife, a partir de enero, y la de Girona más adelante, de las trece con que cuenta la aerolínea irlandesa en España.
Tras la reunión, el secretario de Organización de USO-Ryanair, Jairo Gonzalo, señaló que la convocatoria de huelga sigue en pie después de que la empresa no haya sido capaz de aportar datos que justifiquen su decisión de cierres.
«Se mantiene la convocatoria de diez jornadas de huelga en España, y hasta que no vengan con datos en la mano y con justificaciones reales, pues no nos moveremos de la huelga», dijo.
El representante sindical señaló que los mediadores han propuesto una nueva reunión entre las dos partes para la próxima semana, a las puertas de los paros convocados, en la que han convidado a Ryanair a «traer datos».
«Vaciar la empresa»
Antes de entrar en la reunión, USO y Sitcpla acusaron a Ryanair de querer «vaciar» la empresa y «pasar» al personal de las tres bases que amenaza con cerrar a filiales como Laudamotion o Ryanair Sun, donde los derechos laborales «se ven reducidos».
El secretario de Organización de USO-Ryanair cifró en 350 tripulantes de cabina (TCP) y 150 pilotos los empleos que están en el aire por el posible cierre de estas tres bases. Desde Sitcpla, su portavoz Matías Pavesi, asegura que si Ryanair no «intenta mejorar la situación» seguirán adelante con la huelga.
Desde USO y Sitcpla reprocharon a la compañía irlandesa que «ni siquiera haya comunicado al Gobierno canario su intención de cerrar las bases de Gran Canaria y Tenerife Sur», a la que puede unirse Girona. Otra de las ideas que han dejado caer desde los sindicatos es que la compañía irlandesa esté tratando de conseguir ayuda económica por parte de las instituciones públicas canarias, ya que la pérdida se contabiliza en millones por parte de la comunidad autónoma,