La inmortalidad, ¿al alcance de todos o solo de los ricos?

¿Puede un tipo de 1,90 m intimidar a cualquier persona que se le ponga delante llevando siempre a cuestas una mochila rosa de unicornios con arco iris? Joel Kinnaman puede

17 febrero 2018 15:38 | Actualizado a 17 febrero 2018 15:45
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En el amplísimo universo de Netflix, dícese catálogo, hay cabida para infinidad de temáticas pero si alguna es por la que apuestan sin duda es por la ciencia ficción. Gracias.Un claro ejemplo de esto es Altered Carbon, su gran apuesta de comienzos de 2018, donde parece ser que ha echado toda la carne en el asador y la ha dotado de un presupuesto que muchas otras producciones quisieran. Netflix creó un estudio del tamaño de varios campos de fútbol, por el que han llegado a desfilar hasta cuatrocientos extras a la vez interpretando a habitantes de la caótica y sombría ciudad de Bay City, donde se desarrolla casi toda la acción.

Y es que adaptar el libro de Richard Morgan no ha tenido que ser tarea fácil.

Imaginemos que queremos transformar Blade Runner en serie, con su misma estética futurista, sus mismos silencios profundos, su narrativa lenta, con universos múltiples e interminables, donde cambiar de planeta está a la orden del día. Esto es Altered Carbon. 

La acción transcurre en el año 2384 donde la muerte no necesariamente es el fin de la existencia. El personaje principipal es Takeshi Kovacs (interpretado por Will Yun Lee) un exguerrero interestelar de élite del Protectorado que ha sido mantenido prisionero durante 250 años y que es «descargado» en una ‘funda’ que pertenecía a Elias Ryker (Joel Kinnaman, os resultará conocida su cara si habéis visto House of Cards), un oficial de policía. ¡Y qué funda!. 

La muerte real solo se produce si se destruye la pila que todos llevan insertada en la nuca, si no se destruye con cambiar de cuerpo -o sea funda- se vuelve a vivir. Kovacs -que estaba en hibernación- vuelve a la vida gracias a un multimillonario que necesita que investigue su muerte real. Sin embargo, esta muerte del multimillonario no ha sido tal ya que existe una copia de seguridad de su pila en un satélite de su propiedad. Entonces, ¿Cuál es el objetivo de la reanimación de Kovacs?...

Netflix apuesta por la ciencia ficción. Esta serie posee uno de los mayores presupuestos para su producción 

La gente con creencias religiosas no quiere jugar a ser Dios y prefiere no usar este tipo de tecnología para seguir viviendo. Tecnología que por otro lado, tampoco está al alcance de todo el mundo por su excesivo coste. Y aquí tenemos un problema de conciencia. Los ricos, qué raro, viven totalmente alejados de la realidad, literalmente. Sus vidas transcurren en Aerium, una torre tan alta que está por encima de las nubes, con un cielo limpio y luminoso mientras que el resto de mortales viven a ras de suelo en la mencionada anteriormente Bay City (antigua San Francisco) sobresaturada de población, sucia y lluviosa, donde todas las miserias humanas conviven.

¿El dinero todo lo puede? ¿Los ricos están por encima de la ley? ¿No tienen conciencia ni reparos en conseguir lo que quieren a costa de lo que sea? ¿La diferencia entre ricos y pobres cada vez es mayor? ¡Hasta la eternidad pueden comprar!
Menos esto último, que todo se andará, a mí me resulta tristemente familiar con la realidad en la que vivimos actualmente.

A Altered Carbon se la ha tachado de excesivamente violenta. Y lo es. Laeta Elizabeth Kalogridis, la responsable de la adaptación, dijo que «¿cómo podemos ser fieles a la obra de Morgan si no podemos mostrar sangre, sexo y tacos?» Dicho y hecho, sangre, sexo y tacos por doquier. Sangre, mucha sangre. Escenas como la de la clínica o el hotel son fieles muestras de ello.

Ciencia ficción, con buenas dosis de sangre, sexo y tacos y pequeñas dosis de filosofía, esto es ‘Altered Carbon’

Altered Carbon te va a gustar si eres un espectador paciente al que no le importa que la trama se desarrolle de forma bastante lenta y sobre todo si eres un amante de la ciencia-ficción y de la estética cyberpunk. La producción final es maravillosa y cuando nos introducen en mundos virtuales el tratamiento psicodélico de la imagen le da un plus de calidad a la serie y resulta muy atractiva visualmente, con unos efectos especiales bastante dignos. Esperemos que la audiencia le acompañe -como la fuerza-, se convierta en una serie de culto y tenga recorrido, ya que dado el presupuesto que le ha dedicado Netflix, es lo que se espera.

Todavía no está confirmada una segunda temporada, aunque parece que sí se realizará.

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