La ‘luz azul’ de las pantallas que roba las horas de sueño juvenil

Tres estudios coinciden en los problemas de salud asociados a las tecnologías 

29 mayo 2019 06:11 | Actualizado a 29 mayo 2019 06:14
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Aquellos adolescentes que utilizaron los dispositivos móviles más de cuatro horas al día tuvieron una hora menos de sueño diario. Se dormían treinta minutos más tarde y despertaban otros treinta minutos más temprano, comparados con los que estaban frente a la pantalla una hora o menos, según un estudio de los institutos holandeses de Neurociencias y Salud Pública, presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología. 

Con la menor exposición a la ‘luz azul’, ésa que emiten los teléfonos, las tabletas y los ordenadores, desaparecían en tan solo una semana los síntomas del trastorno del sueño que comenzaban a padecer, como fatiga, falta de concentración y mal humor. Sobre todo cuando se limitaba el uso durante las noches, cuando afecta más la producción de la melatonina, lo que interrumpe el tiempo y la calidad del sueño.

En España los niños pasan cerca de cinco horas diarias frente a algún tipo de pantalla, lapso que se incrementa los fines de semana, según un estudio de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación. Algo que se repite en los países del entorno. «Los adolescentes pasan cada vez más tiempo en dispositivos con pantallas, y son frecuentes sus trastornos de sueño», afirma Dirk Jan Stenvers, doctor del Departamento de Endocrinología y Metabolismo del Centro Médico Universitario de Amsterdam, al presentar el estudio sobre los problemas de sueño en adolescentes, en Lyon.

«Hemos demostrado que se pueden revertir fácilmente al minimizar el uso nocturno de la pantalla o la exposición a la ‘luz azul’. Según nuestros datos, es probable que estos trastornos sean causados, al menos en parte, por la luz azul de las pantallas». El ensayo de la universidad holandesa concluyó que, además de apartar las pantallas a los jóvenes a las horas cercanas a la de dormir, también era efectivo bloquear esa ‘luz azul’ con gafas especiales.

A largo plazo sabemos que la pérdida de sueño se asocia con un mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedad cardíaca. Si podemos introducir medidas sencillas ahora, podremos evitar mayores problemas de salud en los próximos años. Otros dos estudios relacionan el uso excesivo de dispositivos móviles con problemas de salud a edades cada vez más tempranas. Uno de ellos le atribuye la mayor incidencia de obesidad infantil. «Se está formando una generación de niños sedentarios», advierte Luis Blesa, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría. «Cada vez los niños pasan más tiempo delante de una pantalla. Junto a una mala alimentación, puede incrementar el número de niños obesos».

Otro estudio atribuye al uso excesivo de pantallas una pérdida progresiva de visión. Los niños de entre 7 y 12 años tienen más miopía que los universitarios de hace una generación. En concreto, media dioptría más, que podría alcanzar las seis dioptrías, según Fabio Delgado, director óptico de Cottet.  

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