La provincia de Tarragona perdió 12.119 extranjeros en 2014

Los foráneos bajaron un 8,4%, el retroceso más acusado de la historia reciente. Salou, El Perelló y Ulldecona aún tienen porcentajes de población extranjera por encima del 30%

19 mayo 2017 23:28 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:43
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La diáspora de la población extranjera en Tarragona se agravó un poco más durante el año pasado. En 2014 se registró la pérdida de ciudadanos foráneos más importante de la historia reciente. El número de extranjeros se redujo en la provincia un 8,4% o, lo que es lo mismo: el padrón municipal perdió a 12.119 habitantes que residían aquí y que habían nacido más allá de la frontera. La cifra, ofrecida ayer por el Idescat, duplica con creces el dato de 2013 (-5.275), cuando la demografía ya mostraba una tendencia evidente de reducción generalizada de la población foránea.

Se da la circunstancia de que las comarcas tarraconenses pierden más población extranjera que absoluta, un indicador que en el mismo periodo bajó ‘solo’ en 9.216 personas. Un total de 132.193 foráneos habitan actualmente en Tarragona, la cifra más baja en los últimos siete años. Hay que retroceder hasta 2007 para ver un registro más reducido. Sólo un 16,5% de la población empadronada ha nacido fuera, un balance que sigue estando por encima de la estadística media catalana, situada en el 14,5%. Es un porcentaje superior al de España (10,7%). La población extranjera residente en Catalunya era de 1.089.214 personas a 1 de enero de 2014.

 

3.874 personas menos en el Ebre

Con ese 8,4% de retroceso, Tarragona es la provincia de Catalunya que más baja, superando con cierta holgura la media catalana (-6%). Por ámbitos territoriales, Terres de l’Ebre ha perdido 3.874 ciudadanos de fuera, pasando de los 36.541 a los 32.667. Es un 10,6% menos. También se ha pasado de un porcentaje de extranjeros sobre el total que ha oscilado del 19,3% al 17,7%. Por su parte, el Camp de Tarragona padeció una pérdida de 7.441 residentes, bajando de los 92.747 a los 85.306 y de un porcentaje del 17,8 al 16,5%.

 

Algunos factores

Las variaciones del censo extranjero están afectadas no sólo por la intensidad de los flujos de entrada y salida de la migración exterior sino también por la evolución del crecimiento vegetativo de estos colectivos y por el proceso de naturalización. En 2013, el Ministerio de Trabajo contabilizó a 73.468 extranjeros residentes en Catalunya que habían obtenido la nacionalidad española. El 62,6% eran originarios de América del Sur y Centroamérica. A esas tendencias se añaden, claro está, los efectos de la crisis económica y las dificultades laborales, que provocan el regreso a sus países, dinámica en auge.

Tarragona (22.379 extranjeros) y Reus (17.874) son las ciudades de la demarcación que concentran el mayor número de población foránea. En ambos casos, estas cifras representan un 17% de su censo demográfico, un ratio que ha descendido sensiblemente en los dos últimos años. Pero otras localidades tienen porcentajes mucho mayores de extranjeros, que superan la cuarta parte de la población, caso de los municipios costeros y de fuerte componente residencial como Salou (34,5%), El Perelló (31,4), y Mont-roig del Camp (29,1%, recordemos que el término municipal incluye Miami Platja). Pratdip (28,9), L’Ampolla (28,7) y L’Ametlla de Mar (27%).

En las Terres de l’Ebre, también destacan los casos de Ulldecona (30,1%), Benissanet (27%), Gandesa (22,2) o Alcanar (21,9), aunque en estos casos su fuerte presencia está vinculada a la oferta laboral agrícola o industrial existente en estas zonas.

En Catalunya, el número de habitantes extranjeros según el continente de procedencia se ha visto modificado en el último año. La población de origen europeo sigue siendo la más numerosa (casi representa un tercio de los foráneos), mientras que la llegada desde África pasa a ocupar el segundo lugar, con un 28,2%, seguida por los residentes de origen americano, con un 26,7%.

 

162 ‘países’ en Catalunya

Más alejada de estos colectivos está la comunidad asiática, que conforma el 12,9% del total. En relación al año anterior, la mayor disminución le corresponde al continente americano (-11,8%), fundamentalmente por la pérdida de población procedente de Sudamérica (-14%), uno de los colectivos que más está volviendo a su lugar de origen debido a la escasez de oportunidades en la que fue tierra de acogida. El número de originarios de esa región decreció en 36.002 personas, un descenso que representa la mitad de la variación anual de la población de fuera.

Los europeos retroceden un 4,5%, pero con un comportamiento regional diferencial. Los comunitarios bajan en un 5,5% mientras que los del resto del continente experimentan un ligero aumento, del 0,3%. En el caso de la población africana, la merma de sus efectivos es del 3,7% y de la asiática es del 1,2%.

El stock de población extranjera es heterogéneo en cuanto a procedencias, que aparecen representadas por 162 nacionalidades. Las siete con más presencia concentran el 50,7% del total de la población extranjera en Catalunya. La comunidad marroquí es, con mucha diferencia, la más numerosa (226.818 personas) y equivale a la quinta parte del total (20,8%). El segundo lugar es para la población de Rumanía (98.239), con una representación del 9%. En ese ranking de nacionalidades, después se sitúa la población china (49.773), la italiana (48.857), la pakistaní (44.449), la boliviana (42.039) y la ecuatoriana (41.834).

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