La provincia proclama a 67 nuevos alcaldes tras cerrar 28 pactos

Después de intensas negociaciones y acuerdos ´in extremis´, esta mañana se constituyen los 184 ayuntamientos, aún con alguna incógnita. En 12 pueblos no gobernará la lista más votada

19 mayo 2017 22:34 | Actualizado a 22 mayo 2017 17:59
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

 

Las negociaciones se podrían haber extendido en el tiempo, casi indefinidamente. Los 184 municipios de la provincia configuran sus consistorios durante la mañana de hoy, prácticamente de forma obligada, porque lo marca la ley, y porque ya no queda más tiempo. Los partidos políticos dejan atrás tres semanas intensas de reuniones, intentos de acuerdos, algunos entendimientos y muchos desencuentros, incluso en pequeñas poblaciones en las que, hasta el último momento, ha habido una pugna constante por hacerse con el poder. 
Incluso en algunos casos ha llegado el día de las investiduras sin nada claro, después de propuestas, ofertas, asambleas y conversaciones en busca puntos en común. Es lo que sucede por ejemplo en municipios como Querol, Aiguamúrcia, Vilalba dels Arcs o Pinell de Brai, en los que la fragmentación es tal que no se ha podido llegar a un entente y todo se deberá decidir hoy mismo. 
21 días después de las elecciones, la provincia verá renovar un 36% de los alcaldes. Como mínimo (a la espera de ver qué sucede hoy en la proclamación definitiva), habrá 67 ediles nuevos, después de 28 pactos (se está a la espera del que debe concretarse en las próximas semanas en El Vendrell) que, en algunos casos, han servido para desbancar a la lista más votada. En otras ocasiones se han producido negociaciones que no han llegado a buen puerto y hacen que la lista ganadora tenga que gobernar en minoría, al menos de momento, y buscar pactos puntuales. Es el caso de municipios como Aldover, Salou, Roda de Berà, Tortosa, Deltebre, El Catllar, Reus o, incluso, la capital tarraconense. Y eso que las mayorías absolutas, pese a la atomización anunciada, han sido la tónica general en la demarcación. 
En 139 municipios tarraconenses se consiguieron mayorías absolutas (71 de ellas fueron de CiU), dejando un escenario, en general, libre de pactos, en tanto que el partido ganador puede gobernar a su antojo. En esa categoría se incluyen, por ejemplo, los 17 pueblos tarraconenses en los que sólo concurría una lista y en los que ya se conocía el alcalde. 
En 12 localidades, los acuerdos han dejado fuera del gobierno a la lista más votada. Los casos más extremos han sido los de La Selva del Camp, Godall y L’Espluga de Francolí, donde todo estuvo en vilo hasta ayer. En La Selva, un pacto de PSC (4 concejales) y ERC (3) para repartirse la alcaldía dejará fuera a CiU, la fuerza más votada (cosechó seis ediles). En Godall, PSC (3) y PP (1) se unen para repartirse la alcaldía y desbancar a Acord per Godall (3). En L’Espluga, CiU (5) y PSC(1) dejan fuera a Som Espluga, la lista más votada (5). David Rovira seguirá como alcalde. 
Los más votados quedarán fuera también en Els Pallaresos, Vilallonga del Camp, L’Ametlla de Mar, L’Albiol, Camarles, La Bisbal del Penedès, Botarell, Rasquera y Calafell. Els Pallaresos constituye uno de los casos más llamativos, ya que cuatro fuerzas se han unido para desbancar al alcalde Jaume Domínguez, del PSC, que había ganado las elecciones. El edil convergente Josep Maria Nolla gobernará durante los cuatro años gracias al apoyo de tres partidos más: ERC, ICV e IP. 
No son datos ni situaciones definitivas, puesto que en municipios donde las negociaciones han sido muy ajustadas podría haber cambios de voto de última hora y modificar sus composiciones. Algunos alcaldes relegados esconden su decepción por verse fuera del gobierno a pesar de haber sido el grupo que más apoyos del censo ha recibido. Otros asumen el juego democrático y aceptan irse a la oposición. 
Reparto de alcaldías
También en Vilallonga del Camp no gobernará el partido más votado. CiU, por cuatro votos, ganó las elecciones del pasado 24 de mayo pero pasará la legislatura en la oposición. Un acuerdo de ERC y el grupo Vilallonga Pot Més les permite formar gobierno y repartirse la alcaldía. El republicano Ignasi Valera gobernará dos años y Carmelo Gil otros dos.
En L’Ametlla de Mar CiU ha sufrido un movimiento parecido. Los convergentes, con cinco concejales, ganaron las elecciones pero un pacto entre Jordi Gaseni (ERC) y Compromís per la Cala llevará a los republicanos a ocupar la alcaldía. El reparto de alcaldías también marcará la política en Camarles. El socialista Ramon Brull gobernará durante dos años, mientras que la convergente Sandra Zaragoza hará lo propio en la segunda mitad de mandato. En esta ocasión, ERC, que tenía la lista más votada, se quedará en la oposición. 
Las cosas han estado también muy ajustadas en Rasquera, donde un resultado de ERC (3), CiU (2) y Solidaritat (2) presagiaba la necesidad de entendimientos para garantizar la gobernabilidad en esta población  de la Ribera d’Ebre. La alcaldesa en funciones, Dolors Subirats, había ganado las elecciones de la mano de ERC. Desde entonces, intentó formar un gobierno de unidad con las tres fuerzas, pero no hubo acuerdo. Un pacto de gobierno hará que Josep González, de Solidaritat, sea alcalde los dos primeros años y Jesús Benaiges, de CiU, los dos últimos. 
Otro caso sonado es el de Calafell. Joan Olivella (CiU) dejará hoy de ser alcalde, después de un pacto a cuatro bandas entre PSC, PP, UAM y C’s que convertirá al socialista Ramon Ferré en el máximo representante municipal. 
En una negociación rápida, fraguada pocos días después de las elecciones, CiU y PSC alcanzaron un acuerdo en La Bisbal del Penedès en detrimento de ERC, con una mayoría que ponía fin al gobierno republicano durante los últimos ocho años. 
Acuerdos en el Baix Camp
Más se tardó en negociar el reparto de responsabilidades en Botarell. CiU, esta vez con ERC, firmó un pacto de gobierno para gobernar esta localidad del Baix Camp, con el pretexto de que el ayuntamiento necesitaba una regeneración. Otro caso en esa línea es de L’Albiol. ERC había ganado las elecciones, superando en votos y empatando en ediles (3) con CiU. Los republicanos intentaron pactar con los convergentes para formar un gobierno estable de seis concejales pero han visto cómo CiU se ponía de acuerdo con PSC (obtuvo un edil), obteniendo así una mayoría suficiente para gobernar y desbancar así a la lista vencedora, la de ERC.
Una muestra de lo arduas y complejas que han sido las negociaciones ha sido lo ocurrido en algunas de las ciudades más importantes de la provincia como Reus y El Vendrell, donde no se ha llegado a ningún pacto que garantizar la gobernabilidad. Carles Pellicer (CiU) gobernará la capital del Baix Camp en minoría. En la capital del Baix Penedès, Martí Carnicer (PSC) ni siquiera podrá formar gobierno hoy. Sí será investido como alcalde, aunque ahora tendrá un mes para impulsar coaliciones con las que poder establecer un gobierno. 
Las negociaciones se podrían haber extendido en el tiempo, casi indefinidamente. Los 184 municipios de la provincia configuran sus consistorios durante la mañana de hoy, prácticamente de forma obligada, porque lo marca la ley, y porque ya no queda más tiempo. Los partidos políticos dejan atrás tres semanas intensas de reuniones, intentos de acuerdos, algunos entendimientos y muchos desencuentros, incluso en pequeñas poblaciones en las que, hasta el último momento, ha habido una pugna constante por hacerse con el poder.

Incluso en algunos casos ha llegado el día de las investiduras sin nada claro, después de propuestas, ofertas, asambleas y conversaciones en busca puntos en común. Es lo que sucede por ejemplo en municipios como Querol, Aiguamúrcia, Vilalba dels Arcs o Pinell de Brai, en los que la fragmentación es tal que no se ha podido llegar a un entente y todo se deberá decidir hoy mismo.

21 días después de las elecciones, la provincia verá renovar un 36% de los alcaldes. Como mínimo (a la espera de ver qué sucede hoy en la proclamación definitiva), habrá 67 ediles nuevos, después de 28 pactos (se está a la espera del que debe concretarse en las próximas semanas en El Vendrell) que, en algunos casos, han servido para desbancar a la lista más votada. En otras ocasiones se han producido negociaciones que no han llegado a buen puerto y hacen que la lista ganadora tenga que gobernar en minoría, al menos de momento, y buscar pactos puntuales. Es el caso de municipios como Aldover, Salou, Roda de Berà, Tortosa, Deltebre, El Catllar, Reus o, incluso, la capital tarraconense. Y eso que las mayorías absolutas, pese a la atomización anunciada, han sido la tónica general en la demarcación.

En 139 municipios tarraconenses se consiguieron mayorías absolutas (71 de ellas fueron de CiU), dejando un escenario, en general, libre de pactos, en tanto que el partido ganador puede gobernar a su antojo. En esa categoría se incluyen, por ejemplo, los 17 pueblos tarraconenses en los que sólo concurría una lista y en los que ya se conocía el alcalde.

En 12 localidades, los acuerdos han dejado fuera del gobierno a la lista más votada. Los casos más extremos han sido los de La Selva del Camp, Godall y L’Espluga de Francolí, donde todo estuvo en vilo hasta ayer. En La Selva, un pacto de PSC (4 concejales) y ERC (3) para repartirse la alcaldía dejará fuera a CiU, la fuerza más votada (cosechó seis ediles). En Godall, PSC (3) y PP (1) se unen para repartirse la alcaldía y desbancar a Acord per Godall (3). En L’Espluga, CiU (5) y PSC(1) dejan fuera a Som Espluga, la lista más votada (5). David Rovira seguirá como alcalde.

Los más votados quedarán fuera también en Els Pallaresos, Vilallonga del Camp, L’Ametlla de Mar, L’Albiol, Camarles, La Bisbal del Penedès, Botarell, Rasquera y Calafell. Els Pallaresos constituye uno de los casos más llamativos, ya que cuatro fuerzas se han unido para desbancar al alcalde Jaume Domínguez, del PSC, que había ganado las elecciones. El edil convergente Josep Maria Nolla gobernará durante los cuatro años gracias al apoyo de tres partidos más: ERC, ICV e IP.

No son datos ni situaciones definitivas, puesto que en municipios donde las negociaciones han sido muy ajustadas podría haber cambios de voto de última hora y modificar sus composiciones. Algunos alcaldes relegados esconden su decepción por verse fuera del gobierno a pesar de haber sido el grupo que más apoyos del censo ha recibido. Otros asumen el juego democrático y aceptan irse a la oposición.

 

Reparto de alcaldías

También en Vilallonga del Camp no gobernará el partido más votado. CiU, por cuatro votos, ganó las elecciones del pasado 24 de mayo pero pasará la legislatura en la oposición. Un acuerdo de ERC y el grupo Vilallonga Pot Més les permite formar gobierno y repartirse la alcaldía. El republicano Ignasi Valera gobernará dos años y Carmelo Gil otros dos.

En L’Ametlla de Mar CiU ha sufrido un movimiento parecido. Los convergentes, con cinco concejales, ganaron las elecciones pero un pacto entre Jordi Gaseni (ERC) y Compromís per la Cala llevará a los republicanos a ocupar la alcaldía. El reparto de alcaldías también marcará la política en Camarles. El socialista Ramon Brull gobernará durante dos años, mientras que la convergente Sandra Zaragoza hará lo propio en la segunda mitad de mandato. En esta ocasión, ERC, que tenía la lista más votada, se quedará en la oposición.

Las cosas han estado también muy ajustadas en Rasquera, donde un resultado de ERC (3), CiU (2) y Solidaritat (2) presagiaba la necesidad de entendimientos para garantizar la gobernabilidad en esta población de la Ribera d’Ebre. La alcaldesa en funciones, Dolors Subirats, había ganado las elecciones de la mano de ERC. Desde entonces, intentó formar un gobierno de unidad con las tres fuerzas, pero no hubo acuerdo. Un pacto de gobierno hará que Josep González, de Solidaritat, sea alcalde los dos primeros años y Jesús Benaiges, de CiU, los dos últimos.

Otro caso sonado es el de Calafell. Joan Olivella (CiU) dejará hoy de ser alcalde, después de un pacto a cuatro bandas entre PSC, PP, UAM y C’s que convertirá al socialista Ramon Ferré en el máximo representante municipal.

En una negociación rápida, fraguada pocos días después de las elecciones, CiU y PSC alcanzaron un acuerdo en La Bisbal del Penedès en detrimento de ERC, con una mayoría que ponía fin al gobierno republicano durante los últimos ocho años.

 

Acuerdos en el Baix Camp

Más se tardó en negociar el reparto de responsabilidades en Botarell. CiU, esta vez con ERC, firmó un pacto de gobierno para gobernar esta localidad del Baix Camp, con el pretexto de que el ayuntamiento necesitaba una regeneración. Otro caso en esa línea es de L’Albiol. ERC había ganado las elecciones, superando en votos y empatando en ediles (3) con CiU. Los republicanos intentaron pactar con los convergentes para formar un gobierno estable de seis concejales pero han visto cómo CiU se ponía de acuerdo con PSC (obtuvo un edil), obteniendo así una mayoría suficiente para gobernar y desbancar así a la lista vencedora, la de ERC.

Una muestra de lo arduas y complejas que han sido las negociaciones ha sido lo ocurrido en algunas de las ciudades más importantes de la provincia como Reus y El Vendrell, donde no se ha llegado a ningún pacto que garantizar la gobernabilidad. Carles Pellicer (CiU) gobernará la capital del Baix Camp en minoría. En la capital del Baix Penedès, Martí Carnicer (PSC) ni siquiera podrá formar gobierno hoy. Sí será investido como alcalde, aunque ahora tendrá un mes para impulsar coaliciones con las que poder establecer un gobierno.

 

Comentarios
Multimedia Diari