Las UCI se preparan para la escasez de sedantes

Ante un escenario de desabastecimiento de fármacos, trabajan para suplir los dos analgésicos más utilizados con pautas ‘no habituales’

01 abril 2020 18:40 | Actualizado a 01 abril 2020 18:47
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Para salvar vidas con tratamientos invasivos, o dejar que esas vidas partan, los médicos recurren a la sedación. Al dormir al paciente se busca que no sufra innecesariamente en procedimientos como la intubación, utilizado en las afecciones pulmonares graves que se presentan con el COVID-19. Pero los sedantes más necesarios, como el midazolam y propofol, ya dejan de tener reposición en las farmacias hospitalarias, alerta un documento de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc). Aún cuando el ministro de Sanidad, Salvador Illa, negara en rueda de prensa el desabastecimiento de sedantes, una fuente de la sociedad de médicos de Cuidados Intensivos, «sin querer polemizar con el ministerio», mantiene su posición. También la Agencia Española del Medicamento ha ratificado la falta de disponibilidad de fármacos para estas unidades hospitalarias, sin especificar cuáles.

«Se está notando la escasez ante el pico de demanda tan desorbitado que tenemos», afirma Manuela García, médico intensivista del Hospital Virgen de Macarena en Sevilla y coordinadora del Grupo de Trabajo de Sedación, Analgesia y Delirium. «Ahora que empiezan a disminuir muchos fármacos, debemos combinar sedantes o recuperar los que se habían dejado de usar porque aparecieron otros con menos interacciones o vida media como, por ejemplo, el diazepam».

Ante este «desabastecimiento a nivel nacional e internacional» y una demanda «altísima», el personal de las Unidades de Cuidados Intensivos se prepara para sustituirlos con los fármacos que «en ese momento» tengan disponibles. Estas «otras pautas de sedación no tan habituales» deben considerarse caso por caso pues «no siempre son las más deseables», especifica el documento ‘Protocolos de analgosedación en pacientes con infección por COVID-19 en caso de desabastecimiento’, elaborado a petición de los jefes de Servicio de las UCI españolas.

La «mayoría» de los pacientes de coronavirus que llega a la UCI, un 40% de los que presentan una patología grave, tienen «dificultad respiratoria aguda», explica el documento, y requieren de la colocación de una sonda en la tráquea, vía nariz o boca, con sedación en las fases iniciales. «Tenemos que sedar a los pacientes porque en los momentos más graves de la enfermedad necesitan respiración mecánica y deben estar confortables», dice García.

La situación de escasez y la dependencia de los medicamentos que «vayamos teniendo en cada hospital» ha obligado a desarrollar unas pautas de emergencia para la «asociación de varios fármacos y la adición de otros no indicados en sedación profunda», con el objetivo de «permitir el ahorro de los que tengamos menos disponibilidad», prevé. El ahorro puede llegar hasta un 30% de midazolam y propofol. No se contempla aplicar estos ahorros en la sedación paliativa.

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