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La lluvia acompañó ayer el inicio de la tradicional ofrenda floral frente al monumento de Rafael de Casanova; unas gotas que, sin embargo, no mermaron la nutrida representación de todos los sectores de la ciudad que se hicieron presentes.
El teniente de alcalde, Pau Pérez, fue el encargado de leer el discurso oficial en ausencia del alcalde Ballesteros, que no pudo asistir por motivos de salud.
Pérez destacó que este año la Diada coincidía con un «escenario único en sus características, una auténtica encrucijada en nuestra historia que debe determinar cuál es la Tarragona y la Catalunya que queremos para nuestros hijos e hijas».
Tuvo un recuerdo para una serie de ilustres catalanes como Almirall, Layret, Macià o Companys, quienes, aseguró, a lo largo de la historia «entendieron que dividir el país en bloques antagónicos era lo peor que le podía pasar a Catalunya... La tradición pactista y predispuesta al diálogo de los catalanes es ancestral».
El discurso institucional fue recibido en un momento con pitidos que, sin embargo, no impidieron que siguiera el acto.
Territorio de acogida
Por otra parte, quiso destacar la condición de tierra de acogida de Catalunya en general y de Tarragona en particular. Se refería a la respuesta ciudadana frente a la crisis de los refugiados sirios. Aseguró que centenares de tarraconenses se han dirigido al Ayuntamiento para ofrecer su casa o lo que haga falta a las familias que huyen de la guerra.
«Nosotros sabemos bien lo que es huir de la tragedia de una guerra. Muchos de nuestros abuelos también debieron huir a toda prisa con lo que cabía en un saco o una maleta hacia la frontera francesa en enero de 1939».
En plena campaña
Después del discurso llegó el turno de las ofrendas florales. En esta oportunidad participaron una cuarentena de instituciones y entidades. Acudieron, como no podía ser menos en plena campaña, la mayoría de los partidos políticos representativos, a excepción del PP y Ciutadans. Algunos aprovecharon los propios arreglos florales para incluir sus siglas.
También hicieron sus ofrendas distintas entidades económicas de la ciudad, colegios profesionales y sindicatos, así como entidades deportivas y culturales, incluidas las cuatro collas castelleras.
Posteriormente llegó la interpretación del Cant de la Senyera por parte del Cor Gregal y las cuatro collas castelleras levantaron simultáneamente y sin inconvenientes sus pilares. Finalmente el cierre lo puso la interpretación de Els Segadors por el coro acompañado de la Banda Unió Musical de Tarragona y buena parte de los asistentes.
En diferentes momentos del acto, incluido el final, hubo gritos a favor de la independencia, así como presencia de banderas esteladas.
