Lluís Bassets (Periodista): ´Siempre hay poderosos que intentan protegerse entre ellos´

El director de la edición catalana de El País, Lluís Bassets, analiza en ´La gran vergüenza´ (Península) las complicidades, silencios, inhibiciones... de políticos, prensa y empresarios antes del estallido del caso Pujol.

19 mayo 2017 22:59 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:25
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– ¿Cómo cree que se siente Pujol tras su confesión?

– No tengo ni idea. A juzgar por su comportamiento público y por el del conjunto de la familia, me parece que todos tienen muy bien asumida la situación. Quienes han frecuentado al expresident justo antes de la confesión y posteriormente consideran que no ha dejado de mantener su preocupación por el legado pero que está concentrado, como toda la familia, en su defensa judicial.

 

– Usted titula su libro ‘La gran vergüenza’.

– No tengo duda alguna de que una situación así, como la que está pasando Rodrigo Rato, es motivo de vergüenza personal, familiar, social y también para quienes militan en su partido.

 

– ¿Hasta qué punto ha dañado la confesión de Pujol la imagen de Catalunya?

– Ha dañado la imagen de Catalunya y la de España, de la transición y de la democracia, y lógicamente también del autogobierno catalán e, incluso, del catalanismo, del que Pujol se convirtió en la máxima autoridad intelectual y política.

 

– ¿Los independentistas se sienten defraudados?

– Dentro del catalanismo, probablemente es el independentismo, cuanto más radical mejor, el que menos motivos tiene para sentirse afectado por los fallos del nacionalismo burgués de CiU, un regionalismo español de hecho, que ha estado vinculado siempre a las oligarquías y que pactaba siempre con España.

 

– ¿Ha perjudicado al proceso soberanista?

– Aunque el independentismo no se sienta afectado, sí ha quedado tocado el proceso independentista. Desde la confesión ha perdido centralidad. Ya no es el monotema. Su principal dirigente, Artur Mas, es hijo político de Pujol; ha crecido políticamente con los Pujol; y fue designado sucesor por Pujol y su familia. El partido fundado por Pujol también ha salido afectado, con reflejos serios en las encuestas. La dirección del proceso es más débil y está más dividida, entre otras cosas por el caso Pujol, como se ha visto en las peripecias de la comisión de investigación.

 

– ¿Pujol se siente arrepentido del fraude cometido?

– No soy capaz de entrometerme en la conciencia de nadie. Quienes hacen este tipo de cosas suelen arrepentirse de que se les descubra, no de lo que han hecho. Pero ignoro si es el caso.

 

– ¿Se esperaba Pujol tantas críticas? ¿Calculó mal las consecuencias?

– Es muy posible que la confesión se deba a un mal cálculo en cuanto a las reacciones. Pero esto, como muchas otras cuestiones e incluso misterios del caso, sólo Pujol puede dilucidarlo.

 

– Hay diversas teorías de porque ha confesado.

– Yo he escrito un libro entero dándole vueltas a las explicaciones. No tengo una completa y mucho menos definitiva. La amnistía fiscal es el detonante, sin duda. De nuevo el caso Rato puede ayudar a entender la situación. Pujol sabe que sus hijos han regularizado y que se encuentran, como él mismo, en la lista de las 705 personas con exposición pública a los que Hacienda va a someter a un escrutinio especial.

 

– ¿Qué más posibles explicaciones hay a la confesión?

– ¿Quiere cubrir a sus hijos, cargando sobre sí mismo la responsabilidad del origen de sus fortunas y buscando una coartada ‘limpia’? ¿Quiere cubrirse a sí mismo atribuyendo la fortuna a sus hijos cuando pudiera ser el dinero ‘salvado’ fraudulentamente de Banca Catalana?

 

–O ‘esconder’ el presunto 3% que denunció en su día Pasqual Maragall. O que le aconsejasen confesar.

– ¿Quiere ocultar un sistema de comisiones por obras públicas y por concesiones hipotéticamente recibidas durante sus 23 años de presidencia? ¿Obedece únicamente a las instrucciones de su hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, que es el que en principio estaba más asediado por la justicia? La explicación sólo la tiene Pujol y para que sea admitida como buena exige pruebas y documentos que de momento no existen.

 

– ¿Alguien se esperaba que Pujol confesase?

–Yo no conozco a nadie que se lo esperara.

 

– Los negocios del clan eran un secreto a voces. ¿Los mismos que callaban ahora le critican?

– Unos sí y otros no. No todos callaron.

 

– ¿Han perdido el miedo o la vergüenza a criticarle?

– Quizás es una combinación de ambas cosas.

 

– ¿Se acabó la omertá?

– Una cierta omertá nunca se acaba. Siempre hay poderosos que intentan protegerse unos a otros. Siempre hay intereses considerados supremos que unos y otros pretenden defender con sistemas de complicidades y de silencios.

 

– Usted es periodista desde hace más de cuatro décadas. ¿Pujol le intentó manipular?

– No, al menos que yo sepa, es decir, directamente.

 

– ¿Su caída le ‘alegra’ como una especie de ‘justicia poética’ por cómo Pujol manejaba a los periodistas (el famoso això no toca) o le entristece?

– No me alegra la caída de nadie. Me satisface que funcionen las instituciones y la justicia.

 

– ¿Los medios de comunicación estamos siendo ‘imparciales’ en el caso Pujol? ¿O unos lo usan como arma arrojadiza contra el soberanismo y otros lanzan sospechas de que a Pujol le persiguen?

– Hay de todo, como en botica. Hay medios imparciales, hay medios condescendientes, otros que intentan mirar hacia otro lado, hay medios vengativos, los hay demagógicos y aprovechados contra el soberanismo e incluso los ha habido abiertamente anticatalanes, que han aprovechado el escándalo para atribuirlo al conjunto de Catalunya y de los catalanes. Todo lo propio de una sociedad plural y abierta. Nada de lo que extrañarse.

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