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Bajo el sonido de silbatos, cencerros y ensordecedores petardos, miles de agricultores y ganaderos marcharon hoy por las calles del barrio europeo de Bruselas para reclamar precios justos para sus productos, en una protesta en la que se quemaron objetos y la policía tuvo que recurrir a cañones de agua.
La manifestación, que según la última estimaciones de la Policía belga consiguió movilizar unos 385 tractores y a unos 4.800 agricultores y ganaderos europeos de diferentes países, entre ellos España, experimentó su momento más intenso en la glorieta de Schuman, justo en frente de los principales edificios comunitarios.
El cortejo de manifestantes, encabezado por cinco grandes tractores, partió desde la estación Norte de Bruselas en dirección al Consejo de la Unión Europea, donde se estaban reunidos los ministros de Agricultura de los Veintiocho países para abordar la problemática en un encuentro extraordinario.
El barrio estuvo cerrado a cal y canto. Los túneles de acceso a la zona estaban cortados, al igual que la estación de metro y de tren. Las calles aledañas cortadas y fuertemente custodiadas con un gran dispositivo de seguridad, como no se ve ni en las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas.
La marea de manifestantes, integrada por hombres, mujeres y jóvenes de diferentes países de Europa, provocó un auténtico colapso en el barrio europeo de Bruselas.
Largas marchas de personas con carteles, banderas y herramientas del campo obligaron a cerrar tiendas y negocios.
Con helicópteros sobrevolando el área y camiones con cañones de agua preparados para intervenir esperándolos, los manifestantes recorrieron las calles hasta el Consejo al grito de "Queremos una política justa" o "Sin agricultura no hay comida".
Los agricultores reclaman un aumento del precio de venta de la leche, la carne de porcino, la fruta y las hortalizas para poder cubrir los costes de producción, menos normas medioambientales y mayores rebajas fiscales.
"Queremos que se armonice la legislación y que se nos pague lo que se debe, lo que no es justo es que se nos pague menos de lo que nos cuenta producir", declaró a Efe el presidente de la Unión de Pequeños Agricultores y Sindicatos de España (UPA), Lorenzo Ramos.
